Capítulo 3.15

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Simone

Valack consiguió golpear a Theo con el taladro, después de que las quimeras intentaran enfrentarse a Parrish, lo cual, resultó inútil. Después, me levantó de la cama y me hizo caminar hasta salir al pasillo. Nos encontramos cara a cara con Stiles, quien se interponía en el camino del doctor Valack, dispuesto a impedirle el paso y que me soltara. Pero también fue inútil: una de las quimeras salió disparada por los aires por culpa de Parrish, aterrizando encima de Stiles.

Cuando conseguí girarme unos segundos, pude ver al resto de la manada de Theo tirados en el suelo, muy mal heridos.

― Sigue andando, Simone― me ordenó Valack, empujándome. A penas pude abrir la boca para negarme, me encontraba demasiado mareada y cansada. Tenía mucho sueño. Apenas había dormido por culpa del Nogitsune; no quería ser poseída por uno.

Cruzamos una puerta que se cerró automáticamente, y escuché los gritos de Stiles llamándome detrás de esta, golpeándola con desesperación.

-

Una luz cegadora se encendió justo encima de mi cabeza. Me encontraba sentada en una camilla. Habíamos llegado hasta allí a través de los túneles, y sentía que toda mi aventura estaba llegando a un final. Que este era mi final. Presentía que después de tantas idas y venidas cercanas a la muerte, esta ya sería la última. Aunque ese sentimiento crecía a cada segundo que pasaba, otra parte de mí se negaba a rendirse. ¿De verdad iba a darme por vencida después de haber bailado con la muerte? De ninguna manera. Merecía vivir, como cualquier ser humano, aunque sentía que al final del día no lo conseguiría.

Mis sentimientos eran demasiado contradictorios y confusos, todo lo que estaba pasando y lo que podría pasar era impredecible y estaba en nuestras manos. Sobretodo en las de Scott, Stiles, Lydia, Kira, Malia y mías.

― Simone, quiero que te concentres en mi voz y este sonido― me pidió Valack. Vi que se acercaba a una pequeña radio y empezaba a encenderla. Al principio, el sonido que escuché era casi inaudible, pero a medida que me concentraba más, lo oía con más claridad: no era una melodía ni nada parecido, solo un sonido en blanco.

― ¿Qué quieres de mí?― le pregunté, aún prestando atención al ruido en blanco.

― Quiero tu ayuda contra los doctores del mal― respondió― Ellos me destruyeron. Me llevaron a la obsesión, renegándome del ridículo profesional. La gente pensaba que yo era un monstruo, ¡cuando solo intentaba abrirles los ojos!

― Y ahora quieres que yo sea los tuyos.

― Vas a ver cosas, Simone, cosas que nadie más puede ver. Puede que no sobrevivas― susurró, dándose la vuelta― Pero tal vez salves las vidas de tus amigos.

La máscara que me enseñó Valack hizo que se formara un nudo en mi garganta. Estaba claro que pasara lo que pasara, iba a doler mucho. Y también iba a ser letal.

― ¿Por qué a mí?― pregunté, teniendo en cuenta que tan solo era una simple humana sin ningún súper poder especial.

― ¿Y por qué no a ti?― preguntó de vuelta Valack, mientras colocaba unos cables rojos y los conectaba en mi frente. Empecé a escuchar ruidos de personas gritando, como si estuvieran huyendo de algo― Primero tenemos que ralentizar tu mente. Hay demasiada actividad en tu cerebro; tenemos que pasar de una onda gamma a una onda theta.  

De pronto empecé a escuchar más gritos y disparos. Era como presenciar una guerra. De hecho, los sonidos que estaba escuchando eran propios de una.

― Hay demasiado ruido...― me quejé, apretando los ojos con fuerza― No puedo hacerlo...

― Si lo hago con la máscara te mataré. Tienes que calmar la mente, Simone.

Dark Ways| Stiles StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora