Capítulo 3.18

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Stiles

Harry nos miró con el ceño fruncido a todos los que estábamos allí, con desconcierto. A decir verdad, estaba casi seguro de que nosotros lo mirábamos de la misma manera porque estábamos igual de confundidos y deconcertados que él.

― ¿Por qué estoy aquí ahora?― preguntó, mientras se incorporaba― ¿Qué hago aquí?

― Simone te trajo― contesté.

― Bueno, no Simone. El Nogitsune― me corrigió Lydia.

― Y la pregunta es por qué― siguió Theo, acercándose a Harry.

― Seguramente necesite algo solo tú puede proporcionarle― dije, mientras trataba de pensar qué estaría planeando el Nogitsune trayendo a Harry a la vida.

― Lo que significa que podremos negociar con él si te quedas aquí― murmuró Lydia―. Ya sé que todo esto te sonará muy raro, Harry... pero Simone está poseída por un Nogitsune, que es un-

― Ya sé qué le pasa a Simone, y también sé qué diablos es un Nogitsune. Lo sé todo. Soy un ángel de la muerte, he caminado entre vosotros sin que os dieráis cuenta. He protegido a Simone desde el día de mi muerte y nunca he pensado en dejar de hacerlo. Sé en el lío en que está metida.

― Entonces nos ayudarás a salvarla, ¿no?

― Por supuesto.

-

― ¿Qué ha pasado aquí?― pregunté, al ver la habitación de Simone completamente destartalada. Si algo era destacable de Simone, era su orden. Era muy ordenada con todas sus pertenencias, a diferencia de mí, así que al encontrar su habitación revuelta no pudimos evitar sentir que trataba de decirnos algo.

Los pósters que una vez estuvieron en las paredes, ya no estaban. Simone parecía haberlos arrancado con rabia, como si tratara de demostrar algo.

Todo aquello significaba algo, pero no lo tenía claro: ¿era un mensaje de Simone, o una amenaza del Nogitsune?

Lydia y yo empezamos a mirar entre sus cosas. No me hacía mucha gracia tocar las cosas de Simone si su permiso, sentía que estaba invadiendo su intimidad. Pero tenía que hacerlo, quizás había algún mensaje oculto que la verdadera Simone había dejado por allí y que el Nogitsune había decidido esconder.

― Tiene que haber algo― murmuró Lydia, buscando desesperada.

― Pues no lo hay, Lydia, aquí no― contesté―. Haber, tú has estado más veces que yo aquí― ella asintió, mirándome―, ¿qué es lo único que sigue intacto?

Lydia echó una mirada por toda la habitación, y entonces se detuvo justo en la estantería de libros. Se acercó a ella, esquivando la ropa y zapatos que había tirados en el suelo y se agachó. Tan solo cogió un DVD que se encontraba en la estantería. Se levantó y se acercó a mí.

― ¿Te has fijado en esto porque es lo único que sigue en su sitio o por tu instinto de banshee?― le pregunté, cogiendo el DVD.

― Por ambas, creo. 

― Es la película de Star Wars― dije con el ceño fruncido―. ¿Por qué dejaría esto en su sitio?

― Tal vez sea un mensaje solo para ti― respondió Lydia. Cogió el DVD y lo abrió. El disco que había dentro contenía una pegatina con una dirección escrita―. Stiles― me llamó Lydia―, llama a Scott. Tenemos que irnos a México. Otra vez.

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― No podéis iros a México― se negó Liam―, chicos, tenemos que salvar a Mason antes de que sea demasiado tarde.

Dark Ways| Stiles StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora