Extra: Meanwhile

1.3K 115 13
                                    


Los días siguientes a una ruptura son siempre de ¿sufrimiento?, ¿arrepentimiento?, ¿alivio?; bueno, eso es dependiente a la parte a la que pertenezcas. Si eres la persona que la provocó, probablemente puedes sentir alivio al terminar una relación que por una u otra razón no te hacía sentir cómodo como en el principio de ella, si rompiste por completo el corazón de la otra persona debes estar preparado mentalmente para soportar esas miradas fulminantes que las mejores amigas te van a dar cada ocasión que te vean, tienes que estar preparado para todo el escuadrón que probablemente te atacará hasta que la depresión del roto acaba. Si estás en el puesto del roto, lo más probable es que llores... a mares, que pienses una y otra vez que fue lo que salió mal, que fue lo que hiciste incorrecto en la relación, imaginarás maneras imposibles de unir lo que no puede ser unido ni siquiera con ese pegamento súper adhesivo. En este caso, nunca estás preparado. Porque no lo vez venir, sólo llega, te rompe y se va. Como un vil ladrón que encuentras en la calle y arrebata tu teléfono de las manos, o tu cartera y corre como si no hubiera un mañana.

En cambio, los días siguientes a una muerte cercana. Lo más probable es que te sumas en la tristeza, en los recuerdos y en los remordimientos (sí es que hubo algo que hiciste mal ó algo que nunca alcanzaste a decir o hacer con esa persona). Una muerte te toma totalmente por sorpresa, al contrario que una ruptura, esa persona no va a estar ahí, mortificándose por que se ha ido y ha dejado un montón de cosas por hacer, personas llorando o lo que sea que no haya terminado.

Yo pienso que una partida es una mezcla de ambos. De una muerte y una ruptura. Te mortificas por lo que no hiciste, por lo que no dijiste, por lo que pudiste hacer por cambiar la situación y que esa persona se quedara a tu lado, por siempre. No te toma por sorpresa, pero la partida duele inmensamente. Puedes llorar a mares, imaginar una vida vacía y sin sentido.

Vez totalmente el fin del mundo.

El fin de todo tu mundo.

Así me sentí los segundos siguientes al término de la lectura de la carta que Diane dejó para mí. Y me encantaría decir que sólo se trató de segundos, pero no deseo mentir; fueron horas, días y aún continúo tratando de entender el por qué. Mi rostro retratado a lápiz más de diez veces hacía que me sintiera incómodo, ahora únicamente me hace inhalar profundamente mientras decido que hacer con ellos. No deseo un recordatorio permanente de la chica que ha tomado una gran parte de mi ser en cuestión de pocos meses. No quiero un recordatorio de que, literalmente desconocí la existencia de ese maravilloso ser por muchísimos años.

Ahora no me queda nada de ella, miro hacia el baúl en mis manos y los trozos de cada uno de esos hermosos pedacitos de arte. Cierro los ojos y enciendo un fósforo. Mi misión es clara, mis manos tiemblan y la llama se consume.

No soy capaz de terminar con lo último que me queda de ella, además de su recuerdo.






1: Total desperdicio



Las suaves sábanas envuelven mi cuerpo, aún estoy vestido y siento como la funda de la almohada está pegada a mi mejilla debido a la gran cantidad de lágrimas derramadas la noche anterior. Me desconozco totalmente. Una semana y todo lo que he hecho es lamentarme, llorar, comer mientras veo repeticiones de viejas series en la televisión con mamá.

To Niall, with love || niall horanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora