18: Preocupaciones

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» niall «


Revisé mi horario nuevamente, sólo para asegurarme de que había visto bien y que mí desesperada mente no estaba jugando conmigo. Los martes compartía una clase con Diane, durante dos benditas horas continuas. Lo que me aseguraba verla de nuevo.

Por fin.

Pude incluso sentir alivio y anticipación porque ese momento llegara. Esa mañana no logré llegar tan temprano como deseé en un principio, así que perdí una valiosa oportunidad para alcanzarla en su casillero. Durante el almuerzo no la vi por ningún lado, fui a la biblioteca e incluso al salón de artes visuales, ya que Zayn mencionó que ellos compartían esa clase opcional. Mientras yo estaba en música, ella pintaba... eso explicaba la caja con lápices que le había entregado antes.

No podía sacar de mi mente la imagen de Diane, estaba tan viva en mi mente, pero yo seguía deseando algo más; quería verla ahí, saber que existía físicamente y que no había sido una mala jugada de mi inconsciente, un producto de mi imaginación. Deseé escuchar su dulce voz. Me sentí como un maniaco pensando en ella la mayor parte del tiempo.

Pero que estás diciendo, Horan.

La hora de salida llegó y con ello también mi decepción. Diane no apareció en clase en ningún momento, cosa que realmente me extrañó, ella al parecer solía ser siempre la primera... siempre. Pero nadie pareció preocuparse por eso, o por su ausencia, quizás porque sabían qué ocurría con ella para que no apareciera.

Cerré el casillero al mismo tiempo en que suspiraba profundamente con el rumbo que mis pensamientos tenían, escuché una voz molesta demasiado cerca de mí. Me maldije mentalmente por no haber sido más rápido cerrando el estúpido casillero. Y por ello, tuve que soportar una conversación con Valerie... todo por ser lento. Me volteé a ella.

—Hola, Ni. —dijo la chica mientras enrollaba un mechón de su cabello en el dedo índice una y otra vez. En un vano intento por lucir atractiva o inocente.

No pude sentirme más incómodo en ese momento. No tenía idea de que decir sin gritarle y comportarme como un idiota. Pero, al caer en cuenta del sobrenombre que usó para llamarme, no pude evitar preguntar por ello. No era la primera vez que lo hacía, pero la tensión se desbordó.

— ¿Ni?, ¿Qué mierda es esa? —juro que mamá me dio una buena educación, pero no, no lograría resistir mis impulsos.

—Oh, ¿andas de mal humor? —dijo ella, riendo "simpáticamente". —Yo podría ayudar con ello, pero... ¿Qué culpa tengo yo de que andes de amargado por el mundo? En cuanto a lo de Ni, pensé que se escucharía bonito cada vez que te hablara. Bueno-

—Ve al grano, Valerie. —comenté, escupiendo las palabras y evitando montar un espectáculo diciéndole lo que realmente estaba pensando. —No tengo tiempo para esto. Y no se te ocurra jamás, jamás, volver a llamarme por ese estúpido sobrenombre. ¿Entendido? No tengo tiempo para esto, así que hazlo rápido. Sea lo que sea que quieres hacer. —woah, ¿de dónde había salido eso?

Valerie abrió sus ojos en sorpresa. Yo nunca le hablé de esa manera, hasta entonces. —Vaya, vaya. ¿Alguien ha decidido revelarse? ¿Qué pasó con toda la amabilidad que mostrabas, cariño? Es una lástima que estés perdiendo la dulzura, pero es una suerte que me gusten tanto los chicos malos. —ella puso sus dedos en mi mejilla haciendo un camino hasta llegar a mi mandíbula. Tomó mi barbilla y yo inmediatamente retiré su mano. Valerie presionó sus labios, claramente molesta ante mi reacción. ¿Ella seguía esperando a que yo cayera a sus pies? —Amargado, yo solo quería diversión. —comentó con molestia. —Está bien, tienes un mal día así que lo dejaremos para otro momento. No me gustaría empezar una relación con un chico gruñón. Cuando tengas valor de pedirme perdón por hablarme de esa manera tan cruel, llámame. —me pegó un Post-it rosado con forma de corazón en el hombro que tenía escrito un número de teléfono que supuse era el de ella. Luego se marchó contoneándose ridículamente.

To Niall, with love || niall horanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora