26: Estrellas pt. II

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« diane »


—Decirte que te quiero.

Niall soltó y eso me golpeó fuerte. Dentro de mí había un montón de pequeñas versiones de mi misma corriendo en todas direcciones, haciendo implosión ante sus palabras. Parpadeé un par de veces en su dirección y luego, su mirada me cohibió. Sus palabras eran todo lo que siempre quise escuchar y luego recordar los acontecimientos en la casa de Valerie... sólo me hicieron estremecer y luché contra mis verdaderos impulsos unos momentos, dentro del silencio que se formó entre ambos.

No podía llorar, no iba a permitírmelo.

¿Por qué diablos quería llorar?

Inspiré profundo por la nariz y me puse de pie ágilmente sin siquiera preocuparme por la mirada fija y confundida del rubio en mis espaldas. Estaba más que claro que iba ganando la parte malvada de mi conciencia que no podía tomar con facilidad lo que dijo sin pensar que algo iba mal, que todo era una nueva trampa.

Avancé a grandes zancadas, sintiendo las lágrimas quemar detrás de mis ojos. Me giré justo a tiempo para ver a Niall frunciendo el ceño y acercándose a donde estaba. Me apresuré al interior y deslicé la puerta de cristal para dejarlo afuera. No quería enfrentarlo, no sabía qué otra cosa hacer.

— ¡¿Qué fue lo que hice, Diane?! —Niall exclamó del otro lado. El cristal no era lo suficientemente grueso como para evitar el paso del sonido. Evité un sollozo y negué, sintiéndome la más tonta de todas.

— ¡Vete de aquí, Niall! —una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.

— ¿No te has dado cuenta que me tienes encerrado? —mordí mis labios.

—Hay una puerta blanca que te lleva al pasillo de servicio a tu izquierda, Niall. Está abierta. Vete ahora. —hablé alto para que él me escuchara. El rubio palideció ante mis palabras.

—Yo no voy a irme hasta saber qué en el infierno pasa para que reacciones de esta manera. —masculló, su tono de voz fue bajo pero pude alcanzar leer sus labios. —Diane, apesto literalmente y soy un tonto, pero creo que al final de cuentas merezco saber por qué te comportas así.

Miré a mis pies y luego le di la espalda sin mirarlo. Él sabía cómo marcharse en el momento en que decidiera, pero yo no tenía el corazón para dejarlo así. Yo no era una perra. Yo no era como Valerie. Tallé mi rostro con mis manos desesperada, quité furiosa las lágrimas que estaban atascadas en las cuencas de mis ojos y volteé para encararlo.

Niall miraba a sus manos en puños, probablemente decidiendo entre marcharse o intentarlo una vez más. Su camiseta se pegaba a su torso y su cabello estaba liso hacia abajo, probablemente como producto de su carrera hasta mi hogar. Él corrió detrás de mí, el vino a mi casa sólo para decirme te quiero. ¿Podía darle una oportunidad y creerle? ¿Valía la pena?

Deslicé la puerta para abrirla, fui tan silenciosa que él no se dio cuenta o decidió no mirarme a la cara. Inspiré profundamente.

— ¿Quién te crees tú para decirme que me quieres después de lo que hiciste? ¿Es este otro plan de ustedes? ¿Quieres romper lo que queda de mi corazón aún más? Vamos, hazlo. Deseo saber si eso me hace ser menos estúpida y confiada en las personas. —dije rápidamente y con rabia. La imagen de Valerie y Niall se reprodujo en mi mente como si estuviera frente a ella. —Lo repito, dile a ella que tiene lo que quiere y pu-

Grandes y fuertes manos se posaron sobre mis mejillas y me atrajeron a un par de labios que se posaron sobre los míos para acallar mis palabras. Mis ojos se abrieron en sorpresa y noté que era Niall. ¿Quién más podría haber sido si no él? Permanecí estática, internamente disfrutando de la sensación de sus suaves labios moviéndose sobre los míos. El rubio supo que yo era una causa perdida y separó su boca de la mía unos escasos centímetros.

To Niall, with love || niall horanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora