To Niall, with love || niall horan

8: Compras

»diane«

La sonrisa que se extendió a través de mi rostro después de la realización de las palabras de Niall era tan grande que sentí mi rostro entumido de la felicidad. Después de los primeros segundos de incredulidad, yo quise correr al interior de mi hogar y gritar, dar vueltas en círculos; en fin, hacer todo lo posible para descargar la carga repentina de energía positiva que estaba corriendo por mi cuerpo. El efecto era el mismo que un niño que es hiperactivo cuando come montones de golosinas.

Y fue por eso, que después de anotar mi número en su teléfono y musitar un agradecimiento por haberme llevado hasta la comodidad de mi hogar, salí inmediatamente del auto, procurando no mirar atrás. Incluso cuando entré, decidí no mirar al momento de cerrar la puerta. Solo sonreí de nuevo y me deslicé a través de la misma, hasta que estuve sentada abrazando mis rodillas, conteniendo mis ganas de gritar a sabiendas de que mamá estaba arriba, tomando un baño o una pequeña siesta antes de ir a su segundo turno en el trabajo.

Me levanté inmediatamente al oír sus pasos a través de las escaleras y corrí hasta la cocina, para beber un vaso de agua y prepararme para parecer cansada por una larga caminata. Recé porque mamá no hubiera visto el automóvil de Niall estacionado en el frente de la casa.

—Hola hija, ¿quién te ha traído a casa? —y por supuesto, ella no dejaría pasar la oportunidad.

—Eh. —mordí el interior de mis mejillas, debatiéndome entre decirle la verdad o una pequeña mentirilla blanca. Lo malo del caso era que, necesitaba dinero para comprar algo para usar al día siguiente y tendría que contárselo tarde o temprano, quisiera o no. Así que exhalé el aire que no me percaté antes estaba reteniendo y dejé el vaso a un lado, cerca del lavaplatos. —Fue Niall, él... fue bastante amable, me salvó de la lluvia el día de ayer.

— ¿El Niall que conozco, hijo de Maura? —mi rostro se puso rojo mientras asentí y me giré para tomar el vaso y dirigirme al refrigerador, fingiendo estar ocupada en otra cosa. —Oh, que chico tan dulce. Me aseguraré de-

—No. —interrumpí. Supe que ella querría llamar a su amiga en cuanto se enterara y yo no quería que hiciera eso. —Mamá, enserio te pido que no vayas y le cuentes a Maura cada cosa que hablo de Niall. —Como seguramente lo has hecho durante todos el tiempo. —Él me invitó a una fiesta mañana y-

—Por supuesto. —entonces, fue ella quien interrumpió. Fruncí mi ceño, volteando a verla.

—Mamá, ni siquiera terminé de decirte-

Ella elevó su ceja. —Bueno, pero es bastante obvio a decir verdad. ¿Quieres ir al centro comercial? —ofreció, retirándose de la cocina. Tuve que caminar detrás de ella, bastante intrigada por el drástico cambio de todo. Ni siquiera me dejó terminar mis oraciones y ella ya había hecho sus conclusiones. Muy acertadas, al final de cuentas.

La seguí mientras tomaba su bolso y abría la puerta. Después fuimos hacia el centro comercial sin decir palabra alguna. Yo no quise comenzar una conversación porque era bajo mi propio riesgo la dirección que esta tomaría. Y nunca era una buena. Siempre era una conversación vergonzosa y sin salida, que me tendría mirando hacia el exterior por la ventanilla del auto.

—Me alegro muchísimo de que esto esté pasando. Ya sabes, por el tiempo en que has estado... uh, ¿fijándote en él? Bueno, sabes a lo que me refiero. —mamá farfulló, incómoda por el tema. Y no era debido a que jamás habláramos la una con la otra, ni que mamá fuera cerrada en el tema. Simplemente, mi rostro le indicaba que yo no quería una charla de esas.