De la oscuridad a la Luz [Completada]

Capítulo 43

~ Narra Zack ~

Abby se sentó en la camilla. Y al terminar, apretó los ojos por el mareo que supongo tuvo. Como acto reflejo, me paré de donde estaba sentado y apoye una de mis manos en su brazo para sostenerla, y la otra en su cabeza, acariciando levemente.

- Con cuidado - le dije, riéndome. Pero no de manera burlesca, sino con pura suavidad. No crean que soy malo, pero me parecía muy tierna la Abby convaleciente.

Al momento que abrió los ojos, me pilló mirándola. Pero no me detuve, ni me avergoncé. Todo lo contrario. Comencé a examinar su rostro, pasando mi mirada por cada una de sus facciones, lentamente, dándome tiempo para memorizarlas.

Cuando me di cuenta, estaba mirando sus labios. Y al devolver mi vista a sus ojos, vi que lo había notado.

Estaba algo nerviosa. Sin embargo, no hizo nada.

Cuando descubrí que estábamos demasiado cerca, todo a nuestro al rededor desapareció, siendo sólo nosotros dos.

La mire nuevamente a sus ojos por unos segundos. Volví a acariciar levemente su cabello con mi mano, y luego la dejé ahí.

Quería besarla. Y mucho.

Y eso fue lo que hice.

Mantuve una de mis manos en su cabeza y la otra la ubiqué en la parte superior de su brazo. No pensé en nada; todo mi ser racional se apagó, mientras que el sentimental se fue a otro mundo con nuestro beso.

La estaba besando. Pero ella no a mi.

Cuando me separé de ella, vi en sus ojos que algo pasaba, y no tenía nada que ver con lo que había hecho hace un instante. Era algo más.

- Abby? - le dije suavemente acariciando su mejilla con una de mis manos.

Ella siguió con su mirada mi movimiento.

- Te encuentras bien? Qué sucede? - le pregunte con un tono algo más alterado por la preocupación. Ella se limitó a mirarme - Estas mareada? - le hice esa última pregunta sabiendo su respuesta con el fin que me dijera algo. Sin embargo, no lo hizo. Sino, que ahora apartó su mirada de mí y la fijó en un punto de la habitación.

- Abby - la llamé, pero no me miró. - Mírame - le dije moviendo suavemente su mentón de tal manera que su rostro quedara justo enfrente mío. - Puedes confiar en mí. - agregué con mucha más suavidad y total sinceridad.

Con estas últimas palabras, al fin conseguí que fijara su vista en mí. Vi en sus ojos confusión, y algo de miedo. Supuse que era por la batalla que tenía sobre contarme o no lo que le pasaba.

- Que tienes? - insistí luego de una pausa.

Tragó con dificultad. Miró a un punto equis de la habitación y finalmente posó su vista en mi. Levanto un poco su cabeza hacia el cielo. La escuché suspirar y balbucear algo como "no lo supero" o no puedo". Luego cerró sus ojos, y al abrirlos posó sus ojos en mi - que en este momento se encontraban algo cristalizados. Me analizó unos segundos antes de abrir su boca para hablar.

- Es mi hermano - me dijo con un tono neutro y una cara sin la más mínima expresión.

- Hermano? - le dije algo sorprendido por la palabra. - No sabía que tenías un hermano.

- Ese es el punto. Muy pocos lo saben.