Caminamos hacia la entrada de la casa. Estaba nerviosa, preocupada mejor dicho. Sin embargo no tenía miedo. Mi padre no era del tipo que le pega a sus hijos, o les grita tanto que los hace llorar. Pero tampoco relajado, de los que les da permiso para todo a sus hijos. Sino, que era estricto, estructurado. Le gustaba la responsabilidad. Y eso no me molestaba. Incluso me gustaba que fuera de esta forma.
Íbamos caminando en total silencio. No dijimos ninguna palabra. Ninguno sabía de qué hablar. Ni siquiera nos miramos.
- ¿Está todo bien? - me preguntó preocupado casi cuando estábamos llegando a la puerta. Nos detuvimos. Seguramente al notar que estaba un poco tensa, preocupada, pensó que me podía pasar algo malo. - ¿Tendrás problemas? Porque me deberías haber dicho antes y no te hubiera obligado a quedarte.
- No me obligaste. Yo lo decidí por mi cuenta.
- Yo podría hablar con tu padre... - me propuso al mismo tiempo que nos detuvimos. Él quería ayudarme.
- No. Tranquilo. No me pasará nada malo. Mi padre no es de ese tipo.
- Ok. Pero si en verdad te ocurre algo sólo dímelo - me dijo al mismo tiempo que me tomó al brazo cariñosamente, mostrando confianza y afecto.
- Está bien - le dije sonriendo.
Al llegar a la puerta busqué mis llaves. Abrí la puerta. Al parecer mi papá estaba en la cocina.
- No quiero ser grosera, pero será mejor que te vayas. - le dije tristemente
Me quedó mirando.
- Disculpa. Pero en verdad será mejor - insistí
- Ok - me dijo al mismo tiempo que me miraba con algo de decepción.
Se dio vuelta y fue hacia su auto. Lo quedé mirando.
Antes de subir, me miró y despidió con una sonrisa, a la cual respondí despidiéndome con la mano. Después de ver mi reacción, se subió a su auto y se fue.
Me quedé observándolo hasta que se fue.
Al darme la vuelta para entrar, me encontré de frente con mi padre enojado.
- Hola - le dije
Frunció las cejas.
- ¿Quién es? - me preguntó
- Un amigo de la escuela.
Mantuvo silencio. Abrió, pasó y sostuvo la puerta para que entrara, y luego la cerró.
- ¿Recuerdas que te comenté que iba a ir a estudiar con él hoy?
- Sí. Y tu, ¿recuerdas que hay reglas en esta casa?. Acordamos que no se podía llegar tarde. Y menos ahora, que estabas con un chico que no conozco en un lugar que tampoco conozco.
- Si lo sé. Sólo que se me hizo tarde.
Mantuvo silencio y nuevamente frunció las cejas, arrugando la frente. Mi padre podía ser muy simpático, el mejor amigo que cualquiera quisiera, pero cuando el ponía una regla era para
cumplirla, y cuando el decía no, era no.- Esta vez lo dejaremos así. Pero que no se repita
- Descuida, no habrá una segunda vez.
- Así está mejor...
Luego de esto, caminó hacia la cocina. Seguramente iba a preparar algo o estaba comiendo antes que yo llegara. Lo seguí.
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De la oscuridad a la Luz [Completada]
Novela JuvenilAbby es una adolescente de 16 años tímida, introvertida y no de amigos. Cuando llega un nuevo chico a su escuela, crea una gran cercanía con el. Será este chico el que le ayude a salir a delante con la verdad que nadie conoce sobre ella? O solo le...