Capítulo 14

5.4K 639 187
                                    

Minho no se había equivocado para nada en sus predicciones. Las pesadillas continuaron y seguía muy enfermo. Claro que para no preocupar a los demás más de lo debido no decía nada de sus pesadillas. Jeongin no estuvo todo lo que quedó de la semana en el departamento. En algún momento tenía que ir con su familia otra vez.

Hyunjin se preocupaba como siempre, pero Minho solo acudía a el cuando lo creía estrictamente necesario. Los demás no volvieron a realizar una salida ya que sabían que Minho se encontraba enfermo. Hyunjin le había hecho el favor de traerle ropa de su departamento así que no tuvo que mover un dedo en toda la semana.

Ahora era sábado y era un día libre para todos, pero nadie había ido a visitarlo. ¿La razón? La feria estaba en la ciudad y ese sería el último día. Todos en un principio se había rehusado a ir ya que Minho estaba enfermo, pero el chico les dijo que no importaba y que estaba bien que fueran. Además, Minho no es realmente muy fanáticos de las ferias así que no le importaba que fueran sin él. Es por eso que se encontraba ese sábado en la cocina de Hyunjin esperando a que un ramen se terminara de hacer y poder comer algo. Había estado durmiendo todo el rato y ahora en la tarde se había levantado con el ruido de sus tripas.

Cuando el ramen estuvo listo lo comió y tomó sus medicamentos del resfriado. También se tomó la temperatura por precaución aunque no había tenido fiebre desde el segundo día del resfriado.

Ahora se encontraba totalmente aburrido en la casa sin nada que hacer. Tal vez hubiera sido bueno que todos se quedaran en la casa a hacerle compañía, pero no era tan egoísta. Además, no quería contagiar a todos de sus males.

-A la mierda. -dice y se levanta para ir a tomar una ducha.

Estaba mejor. No estaría mal dar una vuelta. Después de todo, ninguno de sus amigos tenía porqué enterarse. No los preocuparía.

.
.
.

Luego de tomar la ducha se vistió de manera casual y tomó todo lo necesario para meterlo en una mochila y salir. Pidió un taxi para no tener que esperar tanto por el bus y ahora se encontraba en una plaza dando vueltas. No tenía idea de que hacer. Tal vez no debió salir después de todo.

Se sentó en una banca y esperó a que algo interesante pasara mágicamente, pero nada. Estaba rendido. Se levantó dispuesto a ir al departamento, esta vez en bus para hacer más largo el camino, pero entonces alguien a su lado tocó su hombro.

-¿Christopher?

-Entonces si eres tú. ¿Debería preocuparme de que le di libertades a mi hijo, pero parece que me mintió? Me dijo que saldría con unos amigos, pero aquí estás. -dice eso, pero Minho pudo percibir que era broma.

-No soy el único amigo de tu hijo. -le dice sonriendo de lado. -En realidad salió con los demás a la feria. A mi no me gusta mucho la feria y se supone que no salga de la casa. Estoy resfriado.

-¿Entonces qué haces aquí? -ambos comienzan a caminar y Minho se encoge de hombros.

-Soy un alma libre. Estaba aburrido de estar tanto tiempo encerrado y salí. Además, creo estar mejor. -suspira y luego esturnuda.

-Saliste muy poco abrigado. Ya está fresco a esta hora.

-No mientas. -suspira y se abraza a si mismo. -A esta hora hace calor.

-¿Qué hora crees que es, Minho?

-Es medio día. Es obvio.

-Error. Ya son las cinco de la tarde.

-Imposible. -alamrado toma su celular y maldice. -No puedo creer que haya dormido tanto desde que me dejaron solo. -suspira. -Como sea. No regresarán hasta la media noche de seguro.

CuriosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora