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  A partir de ese día las cosas fueron a mejor. Ashley y Ryan cada vez estaban más unidos. Se notaba que se querían y que ambos estaban dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de que su relación fuera a mejor. Por otra parte yo y Justin estábamos súper emocionados con la idea de que dentro de poco íbamos a ser padre y nos pasamos el día pensando en que cosas comprarle. Todavía no sabía si sería niño o niña pues apenas estaba de tres meses y el doctor me dijo que todavía no lo veían con claridad. Justin decía que el hecho de tener un niño conmigo era lo que importaba y la verdad era que tenía razón.

Ese día estábamos los dos en el sofá pensando en posibles nombres.

- ¿Qué te parece Iván si es niño? – le pregunté. Él me miró y comenzó a reír. – ¿Qué pasa no te gusta?
-  No es por eso, es que imagínate la profesora lo llama '¡Iván!' y entonces los compañeros que son muy crueles a esa edad dirán o ivan o vienen -dijo riendo.
- No lo puedo creer... tienes vueltas para todo... y eso... ¿se te acaba de ocurrir ahora a ti?
- Digamos que yo era uno de esos compañeros crueles...
- No sé porque pero ya me lo imaginaba.
- Oye y porque no le ponemos Justin.
- No ya te lo he dicho no me gusta eso de que padre e hijo se llamen igual.
- ¿Por qué no? Si es niña Amy y si es niño Justin...

En ese momento entraron por la puerta Ashley y Ryan muy sonrientes.

- Hola chicos, ¿qué hacen? – dijo Ashley mientras se sentaba a nuestro lado.
- Pensábamos nombres para el bebé.
- ¡Que bien! ¿Alguno en especial? – preguntó Ryan sentándose al lado de Ashley.
- Yo había pensado en Iván pero Justin dice... – pero no pude continuar con la frase porque Ryan estalló en carcajada.
-  ¿Iván? -dijo riendo.
- No lo puedo creer... ¿tú eras otro de esos compañeros crueles?
-  ¿Crueles? Que mal suena 
- ¿Alguien me pueden explicar? No me entero de nada. Además a mí, Iván me gusta. – dijo Ashley.
- ¡Lo ves! Además a nadie se le ocurren las cosas que se les ocurren a ustedes... – dije.
- Si lo que tú quieras... pero si el niño luego se traumatiza no digas que no te lo avisamos... – dijo Ryan.

En ese momento Ryan y Justin se miraron.

- Creo que ha llegado la hora de que sepan la verdad. – dijo Justin.
- ¿Nos van a explicar que fue lo que pasó en realidad? – pregunté tímidamente.
- Si... quiero que sepas que si después de enterarte decides que no quieres seguir conmigo, lo aceptaré. – dijo Justin bajando la cabeza avergonzado.
- ¿Quieres que empiece yo? – preguntó Ryan.
- No... yo seré quien lo cuente. – y así fue como Justin comenzó a relatar la historia.  

 -Todo empezó hace 2 años. Yo era parte del cuerpo de policías... era uno de los policías más respetados y queridos en el cuerpo. Tenía muchos amigos entre ellos estaba Ryan, desde pequeños habíamos ido juntos a la escuela y luego decidimos trabajar en lo mismo gracias a él conocí a Susanne, era su hermana, la conocía de toda la vida y siempre había sentido algo especial por ella hasta que un día decidí revelar mis sentimientos y bueno resultaron ser correspondidos, finalmente nos casamos. Éramos muy felices estábamos esperando un bebé todo era perfecto o al menos eso pensaba yo. Pero algo pasó. Ese día al llegar a casa sentí que algo iba mal. Entré y no encontré a Susanne por ninguna parte grité su nombre muchas veces hasta que salió de la habitación. Llevaba una bata y parecía nerviosa.

*Flash back.

- ¿No me escuchabas? – le preguntó Justin a ella – ¿Qué hacías?
- Estaba durmiendo... – notó algo raro en su voz como si quisiera esconder algo. Se acercó a ella y le dio un beso de bienvenida. Pero entonces escuchó un ruido... venía de la habitación.
- ¿Estás sola?
- Si... – Justin hizo un gesto para entrar a la habitación pero ella lo retuvo. – ¿Te apetece beber algo? – Justin la apartó de un empujón y entró. Allí tendido en el suelo había un hombre. Estaba en calzoncillos. Lo reconoció al vuelo era Diego, un compañero de la comisaría.
- ¡No es lo que parece! – se atrevió a decir Diego. Pero como dice el refrán 'un hecho vale más que mil palabras'. En ese momento Susanne entró a la habitación y se arrodilló junto a él.
- ¡¿Me has estado engañando?!
- Justin... tranquilízate – le dijo Susanne.
- ¡¿QUÉ ME TRANQUILICE?! ¡Me encuentro a mi mujer con otro al que consideraba mi amigo y me dices que me tranquilice!
- Yo... yo puedo explicarlo – se atrevió a contestar Susanne.
- ¡Pues empieza! ¡No tengo todo el día!
- Tú no estabas nunca en casa... me sentía sola... y entonces un día me lo encontré empezamos a charlar y...
- ¡No puedo creerlo! ¿Desde cuando me engañas? ¡¿Desde cuándo?!
- Hace unos dos... dos años.
- ¡¿Dos años?! – Justin se sentía realmente mal. Se sentía defraudado decepcionado pero sobretodo traicionado. – ¿Y supongo que ese hijo que esperas es suyo no?
- No... no lo sé...

Esa fue la gota que colmó el vaso. La rabia se apodero de Justin y dejó que ella controlara todo su cuerpo. Sacó la pistola y lo apunte a Diego directamente.

- ¿Justin qué vas a hacer? – preguntó Susanne. Ella estaba aterrada nunca había visto así a su marido.
- Algo que tenía que haber hecho hace mucho tiempo...
- ¡Justin no lo hagas! – gritaba Susanne.

Secuestrada en mi propia casa. ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora