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En ese momento Justin me sujetó de la muñeca y me hizo un gesto para que caminara pero sin parar de apuntarme. Al salir de la casa pude ver como Kameron y Tom miraban la escena atónitos. Kameron sonreía y tenía en su mano un celular. Pude adivinar que fue él que llamó y que no le importaba lo más mínimo lo que pudiera pasarme. Sin embargo Tom estaba pálido. Yo sabía que él tenía un buen corazón al contrario de su hermano. Justin me hizo entrar en el auto. Una vez dentro arrancó el auto.

- ¡Maldito cabrón! Ha sido Kameron el que ha llamado por teléfono, ¿verdad? – pero yo no le contesté. ¿Cómo podía comportarse de esa manera? – ¿Amy qué pasa? ¿Estás bien? – en ese momento se giró hacia mí y vio como lloraba. No podía evitarlo eso era humillante pero era lo que sentía.
- Creo que tú le superas... tú eres mil veces más cabrón que él. – por fin me habían salido las fuerzas para enfrentarme a él.
- Amy ¿por qué me hablas así?
- ¿Qué porque te hablo así? Creo que es bastante obvio... pensé que me querías de verdad y ahora resulta que todo esto que hemos vivido ha sido un engaño...
- ¿Quién ha dicho que es un engaño? ¡Oh no! Ya sé lo que te pasa. ¿De verdad crees que pensaba matarte? Vamos... todo ha sido un plan para poder escapar. – ante estas palabras yo lo mire sorprendida.
- ¿Un... plan?
- Ahora no tengo tiempo de explicarte... no puedo creer que desconfiaras de mí... tendría que haber sido actor... – de pronto paró el auto y se bajó de él. Dio la vuelta y me abrió la puerta.
- Vamos.
- ¿Qué?
- ¿Confías en mi? – dijo fijando esos hermosos ojos color miel en los míos. Me tendió una mano y me sonrió.
- Si... – yo le cogí la mano y salí del vehículo.
- Ven. Hay que irse de aquí. – y al decir eso rompió la ventana de un auto lo que hizo que toda su mano sangrara y gritara de dolor.
- ¡Justin!
- Estoy bien tranquila... sube al auto – dijo tras abrir los pestillos del auto de algún desconocido.
- Pero si ya tienes el auto que te han dado...
- Se creen que soy imbécil pero sé que el auto tiene GPS y que en menos de un minuto estarán aquí. Así que sube. – Yo le obedecí aunque no entendía muy bien sus intenciones ahora si sabía que Justin nunca me haría daño y que si me quería.

Durante todo el trayecto ninguno de los dos abrió la boca. Era demasiada la tensión que había. Después de unos minutos angustiantes Justin paro el auto. Yo salí de él y lo seguí.

- ¿Justin a donde vamos?
- A un lugar donde podamos estar a salvo durante unos minutos.

Él me cogió la mano y me llevó hasta un oscuro callejón. En el cual al final del todo había una puerta. Los pasos de Justin eran decididos como si ya conociera ese lugar. Caminó hacia la puerta y al llegar le propinó una patada. La puerta al principio parecía que no iba a abrirse pero al final acabo cediendo. Él entró y yo lo seguí. Todo estaba muy oscuro pero no podía entender porque me llevaba allí.

 - Ya hemos llegado.
- Justin... ¿por qué me has traído aquí?
- Es el único sitio que se me ocurrió. Aquí es donde vivía antes de conocerte.
- ¿Aquí?
- Si... lo encontré un día por casualidad. Es una fábrica abandonada. Pero le acabé cogiendo cariño. Es el único sitio donde me siento seguro. Siento haberte apuntado con la pistola... pero es que no sabía qué hacer...
- Pensé que ibas a matarme de verdad... que me habías traicionado y que todo había sido una mentira... – Justin se acercó a mí y me abrazó.
- Siento que tengas que pasar por todo esto... – dijo mientras tocaba mi panza. – Pero quiero que sepas que nunca he pretendido hacerte daño. Además la pistola no estaba cargada. – en ese momento vació la carga y tenía razón no había ninguna bala.
- ¿Entonces?
- ¿De verdad pensabas que iba a apuntarte con una pistola cargada? Debí imaginarme que tú también creerías que pretendía matarte.
- Hombre... ¿tú que creerías si alguien te apunta con una pistola y delante de todos los policías dice que o le hacen caso o te mata?
- Visto así... pero yo solo quería tiempo. Necesitaba irme de allí contigo para poder tenerte unos últimos minutos.
- ¿Cómo?
- Amy, yo ya no puedo seguir huyendo.
- ¡Yo me iré contigo, huiremos juntos!
- Suena bonito... pero no. Amy estás embarazada en tu estado acabaran encontrándonos. Además no quiero que mi hijo tenga que vivir este tipo de vida.
- Entonces, ¿qué vas hacer? ¿Te vas a ir tú solo? ¡Nos vas a abandonar!
- No... me voy a entregar, no quiero seguir huyendo... me voy a entregar a la policía.
- ¡No puedes hacer eso! Además tú mismo lo dijiste, si hubieses seguido allí te hubiesen acabado matando.
- Eso era antes... antes no tenía fuerzas para defenderme. No tenía un motivo por el cual luchar. Pero ahora si lo tengo.
- No... Justin, no me dejes...
- Amy yo nunca te voy a dejar. Será solo por un tiempo. Piénsalo ahora no te puedo dar la vida que mereces. En cambio si cumplo condena podré pagar por mi crimen, por favor entiéndelo... Al salir seré libre de nuevo. Podré vivir la vida sin tener remordimientos por lo que hice porque habré cumplido mi castigo.
- Justin... si te entregas no verás nacer a tu hijo... no lo verás crecer...

- ¿Tú crees que no me duele? Si por mi fuera me pasaría el resto de mis días con ustedes. Pero si huimos acabarán enterándose de que eres cómplice de un fugitivo y entonces ¿qué pasará? ¿Si nos encuentran y nos meten en la cárcel que pasara con nuestro pequeño? Por eso fingí secuestrarte. Nunca deben saber que si estaba en casa al final fue porque nos queríamos. Nunca deben saber que ese niño es mío.

Yo no paraba de llorar estaba sometida en un ataque de histeria. No podía creer que eso estuviera pasando.

- Shh, pequeña no llores. – dijo él mientras secaba mis lagrimas dulcemente. Pero por mucho que quisiera no logró hacerse el fuerte y él también comenzó a llorar. Me abrazo más fuerte que antes como temiendo que el momento de separarnos llegara. No sé cuanto tiempo pasamos así pero el mundo se paró. Los dos deseábamos estar así por siempre. Pero como era de esperar Justin se separo de mí.

Secuestrada en mi propia casa. ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora