- Amy ha llegado la hora... – yo muy a mi pesar asentí.
Llamé a Ryan como habíamos acordado y le dije donde estaba. Justin rompió una botella de cristal y me la dio.
- No... no puedo – le dije.
- Si que puedes... – y dicho esto me besó. Pero no era un beso de despedida no... era un beso como tantos otros pero a la vez el más especial. Sería nuestro último beso en mucho tiempo.De pronto se escuchó la sirena de los vehículos de policía. Justin se tiro al suelo y se hizo el dormido. Yo comencé a llorar más fuerte y aún con la botella en la mano salí de allí no sin antes susurrar un 'te quiero'.
Al salir me encontré con que Ashley y Ryan y un montón de policías corrían hacia mí. Yo corrí hacia ellos y me fundí en un gran abrazo con Ashley. Ambas llorábamos.
- ¿Estás bien? – me preguntó ella.
- Si... está ahí dentro... se despisto y cogí una botella y le di en el brazo... Se desmayó... – le mentí a todos los policías, pues ese era el plan.Por eso cuando vi que lo sacaban de allí. Pude ver cómo abría los ojos y me decía que me quería. Pero eso fue algo que solo yo escuché. Acto seguido volvió a cerrar los ojos. Yo caí al suelo. No tenía fuerzas para nada... ¿Cómo se supone que se supera que se lleven al amor de tu vida y tú mientras tanto no puedas hacer nada? Llore más que nunca en mi vida y absolutamente nadie pude hacer nada por calmar mi dolor. Solo alguien más estaba sufriendo lo mismo que yo, y ese era Justin.
A partir de ese día una parte de mi corazón se rompió en mil pedazos. Pedazos que nunca volverían a ser unidos de nuevo. La imagen de los policías llevándose a Justin me atormentaba hasta en mis sueños. Ashley y Ryan estaban desesperados no sabían qué hacer. Creían que si seguía así acabaría por enfermarme. Pero hace días que yo ya estaba enferma, enferma del corazón.
Hoy se haría el juicio en el que se decidiría los años que Justin pasaría en la cárcel. Solo pensaba en eso. Lo volvería a ver... yo debía de testificar y explicar todo lo que había pasado pero claro estaba no podía contar toda la verdad porque eso supondría admitir que había ayudado a un fugitivo y entonces yo también iría a la cárcel.
Ese día Ashley entró a la habitación yo como tantas otras veces estaba tumbada en la cama mirando a la nada.
- Llegó la hora. Debemos irnos o llegaremos tarde – me incorporé y me la quedé mirando.
- No quiero ir...
- Tienes que testificar...
- Tú no lo entiendes...No quiero ver como se lo llevan y no puedo hacer nada por evitarlo. Encima tengo que mentir... Ashley, tengo miedo. ¿Y si lo condenan de por vida? – ella se acercó a mí y se sentó en la cama.
- Eso no va a pasar, verás como todo sale bien.
- ¿Qué no va a pasar? Ashley, ha matado a una mujer, se fugó de la cárcel y nos secuestró, ¡me apunto con un arma! ¡Esa es la historia que deben creer! No serán varios años los que esté en la cárcel, no verá crecer a nuestro hijo... no lo volveré a ver – En ese momento alguien más entro por la puerta. Era Ryan.
- Chicas llegó la hora. El taxi nos espera.Al final no tuve más remedio que aceptar que tendría que ir al juicio me gustase o no. Pero conseguí convencer a los chicos para que se adelantaran pues prefería ir sola, necesitaba pensar. Por eso cuando salí de casa y me encontré con Kameron en las escaleras, sentí miedo. En su cara podía ver una mirada maligna. Decidí ignorarlo y pasar por su lado como si nada pero justo antes de de que llegará hacia donde él, habló.
- ¿Qué se siente ser madre soltera? – ante este comentario mi furia aumentó. Me puse frente a él y con toda la rabia y la voluntad del mundo le pegue tal puñetazo que cayó al suelo.
- No soy una madre soltera. Y más te vale no volver a meterte en mi vida porque la próxima vez no respondo de mis actos. – entonces me giré, dispuesta a seguir con mi camino pero una vez más él se interpuso. Esta vez se levantó corriendo y me cogió de las muñecas.
- Vaya veo que tú no aprendes la lección... – mientras decía eso iba caminando y me obligaba a avanzar.
- ¡SUELTAME! ¡Me das asco!
- Podrías ser una chica buena... pero no me dejas otra opción... – yo no entendía nada de lo que él estaba diciendo. Por eso cuando me giré y vi que tan solo está a dos pasos de las escaleras comprendí lo que quería hacer.
- Kameron no serás capaz... estoy embarazada...
- Todos creerán que fue un accidente... estabas tan nerviosa por el juicio que no calculaste bien y caíste rodando por las escaleras... puede que tú te salves pero no creo que tu hijito aguante. – en ese momento yo me puse como histérica forcejee, grité pero de nada sirvió. Cada vez me iba empujando más hacia las escaleras y yo no podía hacer nada por evitarlo. ¡Mi bebé estaba en peligro!
- Kameron... ¿por qué me haces esto? Yo no te he hecho nada...
- Si se meten con mi familia se meten conmigo. Por tu culpa mi hermano vive un castigo. Tú lo usaste como si fuera un trapo de usar y tirar. Y ahora vas a pagar por ello. –Justo en ese momento vi su sonrisa maligna y supe que ya nada podía hacer. Estaba a punto de empujarme hacia las escaleras cuando vi algo que me dejo completamente descolocada. Tom acababa de salir de la casa venia corriendo hacia nosotros y para mi sorpresa empujo a Kameron, para que me soltase yo corrí fuera de su alcance en cuanto sentí que mis muñecas estaban libres. Pero Kameron no corrió la misma suerte. Y es que el empujón que le dio Tom hizo que al final fuera él quien cayese por las escaleras.
Tanto Tom como yo bajamos corriendo las escaleras el golpe había sido brutal. Al llegar abajo vimos que por suerte Kameron estaba consciente. Eso si no se podía mover pues al parecer le dolía todo.
- Ahora mismo llamo a la ambulancia. – dije olvidando por completo el juicio de Justin y lo que eso comportaba.La ambulancia tardo en llegar una hora. Menudos irresponsables si por ellos fuera ya estaría muerto. Al llegar lo pusieron con cuidado en una camilla y se lo llevaron al hospital.
- ¿Te encuentras bien? – me preguntó Tom.
- Si gracias a ti... muchas gracias.
- No pasa nada... además te lo debía en parte es culpa mía que actuase así.
- Yo... no sabía que te había hecho tanto daño... pensé que en realidad yo no te gustaba y que encontrarías a alguien para ti.
- Bueno... digamos que me dolió un poco enterarme que estabas embarazada... según Kameron es del psicópata ese... – en ese momento me quedé helada. ¡Justin! ¡El juicio! Con todo eso se me había olvidado por completo.
- Tom, ¿me puedes hacer un favor? – le dije cortando su conversación.
- Si, claro dime.
- ¿Puedes llevarme al juicio de Justin? Es urgente. Llegaré... – miré mi reloj. – ¡Una hora tarde! por favor, por favor, por favor – le supliqué.Al final él acepto aunque no de muy buena gana.
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Secuestrada en mi propia casa. ➳ j.b
Novela JuvenilEsta historia es diferente a todas las demás pero a la vez tan parecida. Cuando me pongo a pensar todo lo que vivimos, pienso cómo es posible que nuestra historia terminara así. Aún puedo recordar el primer día en que nos vimos por primera vez. Fue...