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Mientras Ashley estaba parada en la puerta de la casa de Kameron y Tom, porque deseaba cortar con él de una vez. Quería volver a estar con Ryan y el único problema que había era su 'noviazgo' con Kameron. Ensayaba el diálogo que iba a decirle a Kameron pues no quería lastimarlo aunque seguramente ya era demasiado tarde. De pronto la puerta se abrió y tras ella salió un sonriente Kameron.

- Mi amor – dijo acercándose a ella para darle un beso. Pero Ashley giró la cara. – ¿Te pasa algo? – dijo cambiando un tono de voz. Ashley había ensayado las palabras que debía decirle durante toda la mañana pero ahora se habían borrado de su mente como si nunca hubiesen estado ahí. Así que fue directa al grano.
- Quiero que terminemos.
- ¿Cómo? Escuché mal parece.
- No, no escuchaste mal he dicho que quiero dejarlo – eso estaba resultando aún peor de lo que Ashley había imaginado.
- Sabes te haré un favor y haré como si no lo hubiera escuchado seguramente tendrás un mal día. – y dicho esto se giró dispuesto a hacer como si nada hubiese pasado.
- ¡No te quiero! ¡He dicho que terminamos! ¿Lo entiendes o no? – Ashley fue demasiado brusca con él pues con estas palabras lo único que consiguió fue enfurecerlo más. Él se giro de forma brusca y la agarró del cuello.
- ¡La que no entiende aquí eres tú! Nadie va a dejar a nadie, ¿te queda clarito?
- Suéltame...me haces daño... –

Ashley se estaba quedando sin respiración pues Kameron le apretaba mucho. En ese momento ella comenzó a sentir como la presión de la mano bajaba y cayó al suelo. Alguien había ido en su ayuda. Miró hacia su 'salvador' y vio a Ryan le había pegado un puñetazo y por eso la había soltado. Él se acercó a ella y le tendió una mano para ayudarla a levantarse.

- Gracias...
- ¿Estás bien? – preguntó mientras examinaba su cuello.
- Si... ahora sí.
- Vaya, ¡vaya que conmovedor! Ya veo el motivo de nuestra ruptura. – Ryan se giró hacia él pero ella rodeó su cintura con sus brazos.
- No Ryan... déjalo.
- Si tú protégelo... seguro que pelea como una niñita. – dijo Kameron. Pero Ryan ignoró por completo el comentario.
- Vamos Ashley no merece la pena... – los dos giraron hacia la puerta de nuestra casa pero antes de entrar Ryan se giró y dijo algo.
- No quiero que te vuelvas a acercar a ella. Si no verás como pega esta 'niñita'...
- Me las vas a pagar... nadie juega conmigo. Primero la mosquita muerta de tu amiga con Tom y ahora tú... no saben con quién se meten... pero tranquilas todo a su tiempo... se van a arrepentir de habernos engañado - Ryan y Ashley ignoraron el comentario y entraron en la casa. Pero las palabras de Kameron no quedaron en el olvido y muy pronto las chicas pagarían un precio muy caro por su descuido.

Al entrar en la casa Ashley se quedó parada frente a Ryan.

- Gracias yo... no sabía que se pondría de esta forma...

- No iba a permitir que te hiciera daño... no se atreva a volver a tocarte...
- No pienses en eso ahora. Piensa en que por fin podemos estar juntos de nuevo...
- Tienes razón... ya no mas engaños ni mas mentiras.
- Si, no más engaños y mentiras... – poco a poco los dos chicos se fueron acercando entre sí hasta que se fundieron en un tierno beso que ambos llevaban mucho tiempo esperando pues significaba el inicio de una larga relación.

Yo y Justin estábamos tumbados sobre la arena. Tenía mi cabeza sobre el pecho de Justin y él me daba un leve masaje.

- Te quiero. – susurró él.
- Y yo a ti.

En ese momento Justin se levantó y yo  lo imité. Sacó una botella de champagne no sé de dónde.

- Bueno... no traje copas... esto no es muy romántico... prometo que la próxima vez será mejor. – yo reí ante su comentario. Él abrió la champagne  y luego él tomó un poco. -¿Brindemos? Bueno, yo tomaré por ambos.
- ¿Brindar?
- Si... brindemos por nosotros, por nuestro amor, por nuestro futuro bebé.
- ¿Sabes? yo no creo que sea cero romántico. Para mí este momento es mágico e inmejorable estoy con la persona que quiero en un lugar precioso y no lo cambiaría por nada del mundo ni siquiera por una cena en uno de los restaurantes más lujosos del país y ¿sabes por qué? Porque este momento es íntimo y solo nos pertenece a ti y a mí. Así que brindemos. Simbólicamente claro, sabes que no puedo beber -dije sonriendo.
- Sabes yo tampoco lo cambiaría por nada ni siquiera por mi libertad.

Así que esa noche brindamos allí frente a la puesta de sol por nosotros, por nuestro amor y por nuestro futuro bebe y fue de esa forma como sellamos nuestro amor. Un amor que pasase lo que pasase jamás se rompería.

Secuestrada en mi propia casa. ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora