Pasaron meses y más meses y nuestra historia seguía igual. Ashley y Ryan cada vez se llevaban mejor y ya estaban mirando un una casa en la que podrían vivir los dos solos. Tom no había vuelto a molestarnos y aunque nadie dijese nada, eso no podía significar nada bueno pues después de la calma viene la tempestad.
Ese día Ashley y yo estábamos corriendo a casa a toda prisa. Veníamos del médico por fin sabía el sexo del bebé. Yo estaba súper contenta y tenía muchas ganas de llegar a casa y darle la gran noticia a Justin. Él muy a su pesar se había quedado en casa pues no iba a permitir que a estas alturas alguien lo descubriera. Cuando de repente escuchamos un ruido. Nos giramos hacia allí y como temíamos nos encontramos a Tom y Kameron.
- Vaya, vaya... Pero mira a quien tenemos aquí si son las vecinitas...
- Sal de en medio Kameron – dijo Ashley. Pues los dos chicos se habían puesto de barrera y no nos dejaban pasar. De pronto Tom abrió mucho los ojos y es que ya se me notaba que mi panza tenía unos centímetros de más.
- Amy estás... ¿embarazada? – preguntó Tom sorprendido.
- ¡Sí! – le contesté yo muy feliz.
- ¿Y quién es el afortunado? – preguntó Kameron con una mirada perversa.
- ¡Y a ti que te importa! – le contestó Ashley – Y ahora sal de nuestro camino.
- No, no. No es así como se nos trata.
- ¿Y qué vas a hacer pegarnos? ¿Te vas a atrever a ponernos una mano encima?
- Si es necesario...
- Yo no lo permitiré. – dijo Tom – Déjalas pasar. – Él se había hecho un lado y se había interpuesto entre su hermano y las chicas.
- No me lo puedo creer... la castaña te ha comido el tarro de mala manera. Pero no te preocupes yo te haré entrar en razón. Además yo que ustedes no estaría tan feliz... – y dicho esto se hizo un lado. Ashley y yo nos apresuramos en entrar en casa y justo en el momento en que cerramos la puerta Kameron dijo algo.
- Disfruten de la poca felicidad que les queda... ¿Tom me pasas el teléfono?
- ¿Para qué lo quieres?
- ¡ME LO DEJAS O NO! –Al entrar en casa Ashley dejó escapar un resoplido.
- Pensaba que de verdad nos iba a pegar...
- Yo también... será mejor que no le digamos nada a los chicos o será peor.
- Si. Oye... las últimas palabras de Kameron no te han dado la sensación ¿de que era como si supiera la verdad?
- ¿Lo de Justin? – Ashley asintió – Seguro que se refería a otra cosa.
- Ojalá tengas razón... – Ashley prefirió dejarlo ahí y no preocuparse más aunque la verdad era que ella seguía dándole vueltas a sus palabras...De pronto un sonriente Justin apareció por la puerta y se abalanzó sobre mí. Me comenzó a dar besos y a abrazarme con fuerza.
- ¿Y? ¿Ya sabes si es niño o niña? – detrás de él estaba Ryan esperando con entusiasmado mi respuesta.
- Me siento importante – contesté yo poniéndolos más nerviosos y riendo.
- ¡Vamos, cariño! ¡Me va a dar algo!
- Y bueno si ya sé el sexo del bebé... y es... ¡un niño! – en ese momento Justin me cogió en brazos y comenzó a darme vueltas.
- ¡Lo sabía! ¡En el fondo lo sabía! ¡Un mini Justin!
- Si, pero ya sabes que no le pienso poner Justin... – él me miro con esos ojitos a los cuales no me podía resistir.
- Está bien... si quieres ponerle Iván adelante...
- No tampoco voy a ponerle Iván... pensé un nombre que creo que es perfecto... –Pero justo en ese momento algo pasó. Algo que se quedaría grabado en mi mente por siempre. La puerta se abrió de un fuerte golpe y tras ella aparecieron una manada de policías.
Entraron en casa apuntándonos con una pistola y al ver a Justin pude ver como una chispa salía de sus ojos.- ¡Alto policía! ¡Manos arriba! –
Yo no podía creer que eso estuviera pasando en realidad. Nos habían descubierto. Justin estaba tras de mí y no pensaba dejar que se lo llevaran antes tendrían que pasar sobre mí. Y entonces pasó algo. Volví a sentir la misma sensación que la segunda vez que Justin y yo nos habíamos encontrado. El día en que me había secuestrado en la universidad. Algo metálico volvía a apuntar mi cabeza y esta vez sí tenía la certeza que lo que me estaba apuntando, era una pistola.
- ¡Den un paso más y la mato! –
Pude adivinar lo que Justin estaba haciendo. ¡Me estaba apuntando con una pistola! ¡Y pensaba matarme si era necesario! En ese momento miles de imágenes venían a mi mente y me decían que no era posible que el Justin que había conocido desde hacía unos meses fuera capaz de matarme él me quería o al menos eso era lo que yo pensaba.
ESTÁS LEYENDO
Secuestrada en mi propia casa. ➳ j.b
Novela JuvenilEsta historia es diferente a todas las demás pero a la vez tan parecida. Cuando me pongo a pensar todo lo que vivimos, pienso cómo es posible que nuestra historia terminara así. Aún puedo recordar el primer día en que nos vimos por primera vez. Fue...