Un rayo de luz entró en la habitación. Abrí los ojos lentamente y lo que vi a mi lado me produjo sentimientos contradictorios. Justin estaba recostado a mi lado. Dormía plácidamente cualquiera que lo viera en esa situación no creería que era un psicópata. Lo miré detenidamente, no era posible, me había acostado con él y lo que era peor no me arrepentía de ello. Mi cabeza me decía que había sido una completa estúpida pero mi corazón me decía todo lo contrario. Fue tanto el rato que estuve absorta en mis pensamientos que no me percate de que él se había despertado. ¿Por donde me saldría esta vez? Se reiría de mi, haría como si nada hubiese pasado mostrándose indiferente o por el contrario me daría lo buenos días como dios manda, ese chico era tan impredecible que no era capaz de saber por dónde me saldría esta vez.
- Hola – me dijo junto con una sonrisa. Pero yo no le conteste. Él se levanto y se vistió. Finalmente me habló. – Vaya parece que hoy no hablas mucho, y eso es raro en ti.
- Es que...
- Vamos sé que te mueres de ganas por preguntármelo.
- ¿Preguntarte qué?
- Si lo de anoche fue un juego o no.
- ¿Lo fue? – él comenzó a reír.
- ¿Cuál es la respuesta que quieres escuchar? Si te digo que si, comenzarás a pegarme dirás que estoy loco y que me aprovecho de ti y si te digo que lo que paso ayer lo sentí de verdad querrás saber quién soy y ya sabes que eso no te lo puedo decir.
- Todavía no entiendo porqué no me dices la verdad.
- Y no espero que lo entiendas... – él se giró dispuesto a marcharse de la habitación pero volví a hablarle.
- No me has contestado la pregunta.
- Sí, creo que te la he contestado... – y dicho esto se marchó.
Y me dejo allí plantada con mis dudas. Aunque en el fondo yo también sabía la respuesta. Su silencio había hablado por él. Ese día al entrar en la cocina me encontré con Ashley. Ella estaba radiante de felicidad.
- Vaya Ashley , ayer no te vi en casa.
- Es que estuve hasta tarde con Ryan.
- ¿Con Ryan? No puedo creerlo.
- ¿Qué no puedes creer?
- Que salieras con Ryan, no me gusta que salgas tanto con él.
- Pues tendrás que ir acostumbrándote.
- ¿Qué quieres decir con eso?
- ¡Ryan y yo estamos saliendo! – Yo me llevé las manos a la cabeza.
- ¡¿QUÉ?! –
- Pensé que te harías más ilusión...
- ¡No puedes salir con él!
- No lo puedo creer Amy
- La que no lo puede creer soy yo. ¿Tú... y Ryan... juntos?
- ¡Oh ya sé lo que te pasa!
- ¡No lo creo!
- ¡Estás celosa! Eso es lo que te pasa.
- ¡¿Yo celosa?! Tú estas mal, ¡muy mal!
- Estás celosa porque tú llevas mucho tiempo sola. ¡Yo no tengo la culpa! ¡Ryan y yo nos queremos y mucho!
- Yo no estaría tan segura...
- ¿Se puede saber que insinúas?
- ¿Yo? Nada. Solo... ¡que te prohíbo que lo vuelvas a ver!
- ¡Pero quien te has creído! Tú no eres nadie para prohibirme nada. ¿Te quedó claro?
- ¡Sólo quiero protegerte!
- ¿Protegerme? Hazme un favor, si quieres protegerme, ¡déjame en paz! – y dicho esto salió de la cocina dando un gran portazo que me hizo estremecer.
Yo solo quería ayudarla. Sabía que Ryan era el cómplice de Justin y que todo esto lo estaba haciendo para poder pasar más tiempo con él y tener más control sobre nosotras. No podía permitir que jugase con los sentimientos de Ashley. Tenía que hacer algo antes de que Ashley sufriera... aunque me temía que ya era demasiado tarde. Por eso fui hasta la habitación de Justin y la abrí de un portazo.
- ¿Amy, que te pasa? – yo me acerque a él muy furiosa.
- ¡¿Dónde está tu amiguito?!
- ¿Ryan?
- ¿Quién más sería?
- No... no lo sé. – yo me acerqué a él y lo agarré del cuello.
- No tengo tiempo, quiero saber dónde está y ¡ahora!
- Amy tranquilízate... no sé donde está. – lo miré a los ojos y pude ver que me decía la verdad, lo solté del cuello y me dejé caer en la cama.
- ¡Estoy harta! Harta de ustedes dos.
- No entiendo nada...
- ¡Son unas basuras! ¡Tú solo querías reírte de mí, ¿verdad?! Y Ryan de Ashley pero no lo van a lograr.
- Te juro que no sé de qué me estás hablando.
- ¡Ryan y Ashley están saliendo! ¿Eso también es obra tuya? Me dijiste que si no decía nada no le harías nada a ella.
- Y no lo he hecho.
- Hay peores heridas que las físicas.
- ¿Que quieres decir?
- Ryan le va a romper el corazón, ¿verdad? Todo esto forma parte de tu juego.
- No... yo le dije que no se acercara a ella. Y me va a oír ya lo creo.
- Márchense de nuestras vidas... antes de que sea demasiado tarde. – le supliqué.
-No puedo... ya te lo he dicho.
De pronto sonó el timbre. Justin fue abrir la puerta y como vi que tardaba mucho salí a ver qué pasaba. Entonces me encontré a Justin y a Tom charlando acaloradamente. Corrí hacia ellos antes de que su conversación pasara a las manos.
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Secuestrada en mi propia casa. ➳ j.b
Teen FictionEsta historia es diferente a todas las demás pero a la vez tan parecida. Cuando me pongo a pensar todo lo que vivimos, pienso cómo es posible que nuestra historia terminara así. Aún puedo recordar el primer día en que nos vimos por primera vez. Fue...