Justin y Ryan se quedaron conversando en el salón.
- Justin... esta chica nos va a traer problemas. –
Pero él no era capaz de pensar con claridad pues no paraba de pensar en ella.
- En el fondo está asustada, no hará ni dirá nada que pueda perjudicar a su amiga.
- Deberías irte de esta casa.
- ¡No! Si me voy me pillarán estoy seguro. Además ya han visto demasiado, si me voy no tendré más remedio que matarlas.
- ¿Y desde cuando eso ha significado un problema?
- No se... me dan lástima.
- ¿Seguro que es solo eso?
- ¡Claro! –
Mientras yo estaba sentada en mi cama. Una lágrima comenzó a caer por mi mejilla. ¿Cómo era posible que hacía unos minutos pensara que entre Justin y yo podría pasar algo? Definitivamente me estaba volviendo loca. Cogí un cojín y pegué mi cabeza a él. Grité lo más fuerte que pude. Necesitaba descargar mi ira. Mi grito no se escuchó, pues el cojín había ahogado el sonido. Después de un largo rato dejé el cojín a un lado, me había quedado desahogada pero esa presión en el estomago seguía ahí, finalmente me quedé dormida a causa del cansancio y el sueño que se fue apoderando de mí.
A la mañana siguiente cuando me desperté me encontré con que Ashley y Ryan ya no estaban en casa.
- Se han ido – dijo él tan campante. Justin estaba sentado en el sillón leyendo el periódico.
- Los has dejado que se fueran juntos...
- Si tranquila, él no hará nada que ella no quiera.
- ¡Eres un idiota!
- Cuida tu vocabulario.
- Rectifico.
- Así me gusta.
- Eres un pedazo de mierda. – él se levanto hacia mí.
- Tengo que reconocer que eres valiente... –
Pero yo no estaba tan segura, cada paso que daba hacia mí me producía más terror. No sabía por dónde saldría esta vez, si me besaría de nuevo o me dañaría por mi atrevimiento. Cuando ya quedaba poca distancia entre nosotros volvió a hablar.
- Pero tengo que reconocer que me gusta... –
Cuando nuestros labios estaban a punto de tocarse un sonido nos interrumpió. Habían golpeado la puerta, yo me separé rápidamente y fui a abrir. Al otro lado de la puerta estaba Tom sonriendo.
- ¡Hola Cari!- Yo me quedé parada, ¿cómo que Cari? ¿Que se suponía que me había perdido?
- ¿Tom, qué demonios... –
Pero no me dejó terminar pues se abalanzo sobre mí y comenzó a besarme. Yo estaba punto de separarme cuando sentí como Justin observaba la escena, entonces correspondí al beso. Una vez que me separé la sonrisa de Tom se hizo más grande.
- Después de lo de la otra noche tenía dudas... pero ahora ya no. –
Entonces comprendí todo. La noche en que había salido con él, lo besé... supongo que se había hecho una mala idea de lo que realmente había pasado pero yo no quise aclarárselo y mucho menos delante de Justin, quería demostrarle que yo no sentía nada hacia él y que sus besos me resbalaban, aunque no fuera así.
- ¡Vaya felicidades! ¡Veo que lo conseguiste Tom! – él lo miró con cierta arrogancia.
- Si lo logré. Amy es una chica estupenda, y no sabes cómo besa.
- Creo que sí lo sé -dijo Justin con una sonrisa de ganador.
- ¡¿Que dijiste?!
- Pues eso que... – pero yo lo interrumpí.
- Esta de broma así es él. Cuando éramos pequeños ya sabes besos de niños nada importante, entre nosotros nunca hubo química por eso somos amigos – dije como indirecta que al parecer Justin capto a la perfección.
- No es eso lo que decías...
- Ya está bromeando otra vez, vámonos Tom. – tenía que llevármelo de allí cuanto antes, pues sentía que de un momento a otro Tom se iba a tirar sobre él y empezarían a golpearse. – ¿Me llevas a la universidad?
- ¡Claro! Adiós, Justin. – dijo muy cortante. –
Ese día lo pasé junto a Tom, la verdad que me estaba aburriendo un montón. Por la noche me llevó a una discoteca bastante aburrida donde la música no era de mi estilo para nada así que me dediqué a beber. Quizás ese fue mi gran error pues había tomado demasiado y casi no podía mantenerme en pie, Tom que se había dado cuenta de mi estado me levantó y me llevó al auto.
- Te llevo a casa. – yo no tenía fuerza ni para contestarle.
Una vez en casa Tom golpeó la puerta y abrió Justin.
- Vaya veo que se han divertido...
- Cállate y déjame pasar mira como esta.
- Hola... Justin... – fue lo único que atiné a decir con una sonrisa tonta. – Tom, sabes que me tiene secues... – pero no pude terminar pues vomité sobre él.
- Mira como te ha dejado la camisa -dijo Tom.
- Cállate estúpido. –
Yo había salido corriendo al lavabo así que no me quedé a ver qué era lo que estaba pasando, pero Justin le había cerrado la puerta en las narices a Tom. Al salir del lavabo me quedé parada. Justin estaba sin camisa. Tenía tan buen cuerpo, se notaba que se cuidaba, pero tenía unas horribles cicatrices.
- ¿Cómo te has hecho eso?
- Vaya veo que ya estás mejor...
- Lo siento -dije.
- Da igual... ¿Estás bien?
- Si... –
En ese momento me entró un mareo y estuve a punto de caer al suelo sino hubiera sido porque Justin me cogió a tiempo. Nuestras miradas se encontraron de nuevo y sin siquiera planearlo o pensarlo nos besamos de nuevo. Pero esta vez los besos eran más apasionados y con mucha más efusión. La cosa cada vez iba a más hasta que Justin me quitó la camisa. La cosa fue subiendo de tono y finalmente terminamos haciendo el amor. Quizás no fue planeado por ninguno de los dos simplemente nos dejamos llevar. No nos importó el hecho de que prácticamente éramos unos desconocidos sino que nuestro corazón era el que ahora mandaba y nada de lo que pensábamos podría hacernos cambiar la forma de actuar.
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Secuestrada en mi propia casa. ➳ j.b
Novela JuvenilEsta historia es diferente a todas las demás pero a la vez tan parecida. Cuando me pongo a pensar todo lo que vivimos, pienso cómo es posible que nuestra historia terminara así. Aún puedo recordar el primer día en que nos vimos por primera vez. Fue...