- Vaya... perdón no sabía que Amy tuviese novio...
- Pero es que no... – Sentí como me incrustaba la pistola en la espalda – Lo siento Tom, otro día. – Abrí la puerta y entré a casa. Él cogió la llave. Vi como cerraba la puerta y se guardaba la llave en el bolsillo. Me giré hacia él y empecé a gritarle.
- ¡¿Se puede saber qué te crees?! ¿Qué es lo que quieres de mi?! ¡¿Por qué me has seguido?! ¿Y por qué me tienes secuestrada?
Yo no paraba de gritar un sinfín de cosas cuando de pronto escuche un disparo. Me quedé parada de golpe. Había disparado y la bala había pasado a unos centímetros de mí. Él empezó a reír como un loco. Fue en ese momento cuando realmente me asusté. Pensé que todo esto era un juego y que la pistola no tenía balas. Pero no era así me encontraba con un psicópata al que conocía tan solo hacia un día, que acababa de casi dispararme y me tenía secuestrada en mi propia casa. Lo miré asustada y en ese instante el paro de reír.
- La próxima vez que me eches en cara algo no fallaré el tiro.
Por mis ojos estaban a punto de salir lágrimas pero las contuve tanto como pude abriendo los ojos e intentando que no salieran a flote. No quería que me viera llorando porque eso significaba que era débil ante él y no le iba a dar ese gusto.
- ¿Qué quieres de mí? Ya te he dicho que no tengo dinero.
- Nunca tuviste que pararte a ayudarme ese fue tu error. Si no lo hubieras hecho yo no estaría aquí.
- No entiendo nada.
- Y no espero que lo entiendas.
- No entiendo que tiene que ver todo esto conmigo.
- Es muy sencillo. Me quedo en tu casa a vivir. – Yo comencé a reír de forma sarcástica.
- ¡¿Tu vivir aquí?! ¿Y qué más? – Él se levanto del sofá donde se había tirado y me cogió del cuello.
- Escúchame. Voy a vivir aquí y tú no le vas a decir nada a nadie.
En ese momento me asuste más de lo que estaba. Me estaba ahogando intentaba soltarme de sus brazos pero él tenia mucha fuerza. Entonces me soltó y me dejo caer al suelo.
- Si hago esto es por tu culpa. Si no me hubieras visto ayer no estaría aquí ya te lo he dicho. No me gusta hacer esto pero no me dejaste otra opción. – Él me acercó su mano para que la cogiera y me levantara pero yo la rechace.
- No necesito la ayuda de nadie. Y menos de ti. Está bien te quedaras aquí y no diré nada, pero no quiero que le hagas daño a mi amiga.
- ¿Tu amiga es la rubia con la que ibas esta mañana?
- Si, es ella.
- Está bastante buena. – Yo lo fulminé con la mirada. – Está bien no le haré nada. Pero si alguien se entera que estoy aquí no dudes que te encontraré y entonces no fallaré con el tiro.
- Trato hecho. – Yo estiré mi mano para sellar el juramento él la miro y me la estrecho.
En ese momento se escucho el ruido de la puerta. Y tras ella apareció Ashley. Nos quedó mirando.- ¡¿Se puede saber porque te fuiste sin decirme nada?! Y encima te llevaste el auto. ¿Sabes lo que he tenido que caminar? Tengo los pies molidos. – Te miraba a ti, pero luego lo miró a él.
- ¿Quién es?
- Es...
- Soy un amigo de Amy.
- ¿Un amigo?
- Si, nos conocemos hace mucho y hoy llegue a España y decidí hacerle una visita. Ya le dije que no tenia dónde quedarme y ella insistió en que me quedara aquí... pero no sé...
En ese momento me quedé helada. Tenía tanta capacidad para mentir que hasta yo me lo habría creído.
- ¡No seas tonto! No se hable más te quedas aquí. Los amigos de Amy son mis amigos.
- ¡Muchas gracias! Amy decía que no te importaría.
- ¿Y cómo te llamas?
- Me llamo James y tú?
Amy había quedado atónita. Él la noche anterior le había dicho que se llamaba Justin y ahora le decía eso. Ese chico no era normal. Ella cada vez lo entendía menos. Sabía que era un psicópata y que si decía algo les pasaría algo malo pero no acababa de entender porqué. Ella simplemente lo había ayudado y él, ¿cómo se lo pagaba? Secuestrándola. Definitivamente se iba a volver loca.El ambiente estaba un poco tenso. Ashley estaba en su habitación estudiando para un exámen que tenían dentro de poco y yo estaba en lo mío junto con Justin. Seguía sin poder creer lo que me estaba pasando. Lo quedó mirando a los ojos, no sabía porque, pero cada vez que los miraba me sentía segura y dadas las circunstancias no era nada normal pues eran los ojos de mi secuestrador.
- ¿Por qué le dijiste que te llamas James?
- Porque no quiero que sepa quién soy realmente, ya cometí un error al decírtelo a ti.
- ¿Por qué?
- Tú nunca te cansas de hacer preguntas. ¿Verdad?
- No me gustan las mentiras, por eso pregunto para saber la verdad.
- Pues como no te gustan las mentiras mejor no te respondo.
- Si vas a vivir en esta casa lo mejor será que sepa porque estoy secuestrada.
- ¿Secuestrada? Eso es una palabra muy fuerte yo diría retenida.
- ¡Me sacas de quicio!
- Pues ya te puedes ir acostumbrando.
- ¿Y cómo estas tan seguro de que no voy hacer nada ni decirle nada a nadie? Cuando no estés en esta casa puedo decírselo a quien quiera y vendrán a por ti. – Él comenzó a reír. – No sé qué te hace tanta gracia.
- Si fueras hacerlo, no me lo habrías contado, ¿no te parece?
- Esto...
Él tenía razón. Había algo que me impedía pensar con claridad. Estaba segura que si se hubiera tratado de otra persona no habría dudado en darle un buen golpe y salir corriendo, pero al verlo algo dentro de mí me dijo que no debía hacerlo. Y mira en qué situación me encontraba.
- Además no te creas que irás sola. Un buen amigo mío estará todo el día vigilándote y al mínimo movimiento extraño, ya sabes lo que pasará.
Yo cogí lo primero que tenía a mano y se lo tire a la cabeza pero para su suerte fue mi almohada. Comencé a pegarle con ella con toda mi rabia pero él no hizo ni el más mínimo movimiento.
- ¡Te odio, te odio, te odio!
Cada vez le daba más fuerte. Entonces cuando mis brazos ya estaban cansados y adoloridos paré. Fue en ese momento cuando él con un movimiento brusco se levanto de la cama. Al principio pensé que iba a pegarme por lo que sentí miedo pero conforme se iba a cercando a mí, me di cuenta que no eran esas sus intenciones. Finalmente se acerco a mí y con un hábil movimiento me beso. Fue un beso muy corto pero basto para hacerme estremecer todo el cuerpo. Se separó de mí y me dejó confusa.
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Secuestrada en mi propia casa. ➳ j.b
Teen FictionEsta historia es diferente a todas las demás pero a la vez tan parecida. Cuando me pongo a pensar todo lo que vivimos, pienso cómo es posible que nuestra historia terminara así. Aún puedo recordar el primer día en que nos vimos por primera vez. Fue...