OO7.

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- ¿Por qué? – Fue lo único que atiné a decir. Él se alejo de mi cada vez más y antes de salir por la puerta habló.
- Esa es mi forma de decirte que yo también te odio. – Y se marchó.

Me dejó completamente confundida. No esperaba esa reacción por su parte. Pero en realidad no me sentía así por eso sino por lo que el beso había significado para mí. Y entonces más preguntas aparecieron ante mí. ¿Por qué me hacia eso? ¿Qué era lo que escondía? Y lo peor de todo porqué no me lo podía sacar de la cabeza.

- Como me lo voy a sacar de la cabeza si me tiene secuestrada – Me decía a mí misma.

Este chico era capaz de confundirme y hacer que mi mente se confundiera. Desde el primer momento en que lo había conocido, no había dejado de sorprenderme, primero encontrándomelo en medio de la calle, después con su escapada del hospital, luego me había apuntado con un arma y me había obligado a llevarlo a mi casa y ahora me tenia secuestrada en mi propia casa y acababa de darme un beso para demostrarme lo mucho que me odiaba. Definitivamente estaba loco. ¿Qué sería lo próximo? Seguro no tardaría mucho en descubrirlo y para entonces desearía que nunca lo hubiese conocido.

Ese día durante la cena no sabía hacia dónde mirar. Frente de mi estaba Justin y al otro lado Ashley, ella se comportaba completamente normal, pero si supiera la verdad... estaba segura que no estaría tan tranquila. El trato consistía en que no debía decirle nada a nadie si no quería que tanto Ashley como yo sufriéramos. Realmente no entendía la situación. ¿Quién era él realmente Justin o James? ¿Por qué se escondía? Esas y muchas más preguntas no paraban de rodar por mi mente. De pronto Ashley habló.

- Bueno, chicos están muy callados. No parece que sean amigos de la infancia... – Yo comencé a ponerme nerviosa tanto que hasta tire el vaso de agua. Lo que provocó que casi toda la mesa se mojara.
- Amy, ¡tú tan torpe como siempre! – Yo me giré y lo quedé mirando. Ashley frunció el ceño.
- ¡Si ella no cambia! Es un desastre.
- Sí -río Justin.
- ¡Chicos! Ya basta no soy tan tonta -respondí.
- ¡No, para nada! – Dijo él.
- Tienes que admitir que tiene razón. – afirmó Ashley.
- Cuando teníamos cinco años, inundó el baño del colegio porque había tirado todas las hojas de una libreta al inodoro -añadió Justin.

Ante ese comentario me quedé sorprendida. Era increíble la agilidad que tenía para inventar historias, hasta a mí me había producido gracia y ni que decir que tiene que Ashley también la cual comenzó a reír de forma escandalosa.

- ¿Enserio hizo eso? – Dijo Ashley, riendo entre palabra y palabra.
- ¡Sí! Eso y mucho más. – Dijo él riendo también.
- Pues yo quiero que me las expliques todas, ella nunca me había dicho nada.
- Es que le avergüenza recordar viejos tiempos.
- No solo a mi Justin... recuerda aquel día... – Pero Ashley la había interrumpido.
- ¿Justin? ¿Qué Justin? ¿No se llamaba James?

Como era posible que hubiese cometido tremendo error, no sabía si él se enfadaría pero lo que si sabía es que si no le había dicho el nombre era por algo... y yo acababa de meter la pata.


Secuestrada en mi propia casa. ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora