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 - Yo... yo...
- ¿No quieres estar conmigo? Es eso... ¿No sabes cómo decírmelo?
- Yo no he dicho eso... – ante este comentario a Justin se le escapó una sonrisa.
- ¿Entonces? – dijo más animado que antes.
- Ya te lo dije, no me importa quién fuiste en el pasado, solo me importa este amor que nos tenemos y eso es lo único por lo que realmente merece la pena luchar.
- ¡No sabes lo feliz que me hace escuchar decirte esto! – y dicho esto me abrazó. Me abrazó como nunca antes lo había hecho y lloró, lloró todo lo que quiso pues ahí estaba yo para calmar su dolor. Una vez que se separó de mí pude ver como sus ojos brillaban más que nunca.
- Justin ¿por qué lloras?
- Lloro de felicidad. Creí que nunca más iba a amar a alguien y lo que es más importante que nunca iba a ser feliz. Pero gracias a ti lo he conseguido. Pero quiero que sepas que yo nunca podré ser un chico normal. Amy, no dejo de ser un fugitivo. No podré darte una vida completamente normal... tengo que vivir escondido, así que estás a tiempo de cambiar de opinión.
- ¿De verdad crees que eso es un problema para mí? Nuestra historia no es que digamos normal... te conocí como un borracho – Justin ante este comentario rió. – Y conforme te fui conociendo descubrí que eras un psicópata, fugitivo... pero aun así yo te quiero. Así que no me importa si tenemos que huir a un lugar donde nadie nos reconozca porque estaré contigo y eso basta.

Muchas veces se nos olvidaba que todo el cuerpo de policías estaba en la búsqueda y captura de Justin, pues creíamos que así seriamos más felices y más libres. Y ese fue uno de los errores que cometimos, bajar la guardia.

Ashley y Ryan habían salido de la casa para dejarnos un poco de intimidad. Habían decidido dar una vuelta por el parque. Caminaban en silencio cogidos de la mano absortos en sus propios pensamientos.
- ¿Qué crees que hará Amy? – le preguntó Ryan a Ashley.
- Lo aceptara. Amy ya sabía que Justin no era ningún santo y eso no le impidió dejar de quererlo así que estoy segura que lo perdonará...
- Eso espero... hace tiempo que no veía a mi amigo así. Es feliz de nuevo.
- Y tú, ¿eres feliz? – esta pregunta pilló por sorpresa a Ryan. Quien se quedó quieto al instante.
- Sinceramente, no me había planteado esta pregunta. Pero ¿por qué no iba a serlo? Estoy con la mujer que quiero.
- ¿Echas de menos a tu hermana? Debió de ser muy fuerte para ti.
- Si que la hecho de menos. Estábamos muy unidos... pero supongo que la vida sigue y que hay que dejar atrás el pasado aunque siempre tendré presente su recuerdo. ¿Sabes porque me acerque a ti?
- Porque Justin te pidió que nos tuvieras vigiladas.
- Te equivocas... Justin me pidió eso tiempo después cuando yo ya te conocía. Sabía que tenía que tener vigilada a dos chicas de esa facultad pero no sabía que eras tú.
- Entonces ¿por qué? – Ashley se había quedado sorprendida y a la vez aliviada.
- Porque me recordabas a ella.
- ¿A quién? ¿A Susanne? – preguntó entre una mezcla de incredulidad y sorpresa.
- Si... tienes su misma sonrisa, su misma vitalidad y a las dos les encantaba la moda. El parecido es asombroso... la primera vez que te vi pensé que estaba viendo una alucinación. Por eso me acerqué a ti.
- Entonces si te recuerdo tanto a ella, ¿no será que me quieres como una hermana? – Ashley hizo esta pregunta con un profundo dolor.
- No... ¿cómo puedes pensar eso? Es verdad que te pareces mucho pero yo a ti te quiero por quien eres y no porque te parezcas a ella. No quiero que vuelvas a pensar eso, ¿ya? – ella simplemente asintió. Y después se besaron.

Secuestrada en mi propia casa. ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora