Esta vez tanto yo como Ashley estábamos en shock. Todo lo que estaba pasando era demasiado para nosotras. El hecho de enterarnos de que Justin era un cruel asesino había sido muy fuerte pero eso era la gota que colmaba el vaso. ¿Qué clase de hermano sería amigo del causante de la muerte de su hermana? Eso era de locos.
- Pero podemos explicarlo...
- ¡Basta! ¡No quiero oír ni una sola palabra más! – grité muy irritada.
De pronto algo sucedió. Empecé a sentir una sensación extraña. Me sentía mareada y tenía unas ganas irremediables de vomitar. Dejé de escuchar su conversación solo distinguía los gritos de Ashely contra ellos. Miré hacia delante y vi como Justin me miraba.
- ¿Estás bien? – me preguntó. Y justo en ese momento la sensación de angustia se apodero de mí. Noté como algo me subía directo del estomago y comencé a vomitar.
Ashley corriendo se acercó a mí.
- ¡Amy! ¿Estás bien?
- S... si...
- ¡Todo esto ha sido la culpa de ustedes! ¡Quiero que se vayan de esta casa!
- Me parece que tú no entendiste bien. ¡De aquí no se marcha nadie! – dijo Ryan. Los dos comenzaron a discutir. Momento que aprovechó Justin para acercarse a mí ya que estaba como ida.
- ¿Te sientes mal? – me preguntó.
- ¡A ti que te importa! – le contesté secamente.
- Mira estás pálida... será mejor que vayas al médico.
- No me toques... ¡Me das asco!
- Pues eso no es lo que me demostraste hace unos días...
- ¡Yo también sé fingir, idiota! Sólo quería saber que se siente al estar con alguien... como tú.
- Ya claro... debes de ser toda una experta en fingir porque vam... – esas fueron las últimas palabras que pude escuchar pues de nuevo volví a sentirme mareada y esta vez me desmayé.
Cuando abrí los ojos estaba en mi cama. Ashley estaba a mi lado se había quedado dormida. Entonces comencé a recordar todo lo que había pasado, ¿cómo era posible que hubiese acabado en mi cama? Como se suponía que había llegado allí. Lo último que yo recordaba era estar discutiendo con los chicos, de pronto Ashley se incorporó, se había despertado.
- ¡Amy! – se abalanzó sobre mí y me abrazó. – ¿Estás bien?
- ¡Me estás ahogando! – protesté. Lo que provocó su risa
- Perdona... – dijo apartándose de mí – Me has asustado mucho.
- ¿Qué me pasó?
- Estaba hablando con Ryan, cuando de pronto escuché como Justin comenzó a gritar, entonces me giré y te vi sobre sus brazos. Habías perdido el conocimiento. – pero yo me quedé sorprendida.
- ¿Has dicho Justin?
- Si... ya sé que no se llama James... ya lo sé todo. No entiendo porque me engañaste podías haberme contado la verdad.
- Si lo hacía, amenazaron con hacerte daño. Lo siento.
- Ahora ya sé porque no querías que saliera con Ryan. Y pensar que estuvimos a punto de arruinar nuestra amistad por esos.
- Pero ahora que las dos sabemos la verdad, no nos vamos a separar. – dije muy convencida de mis palabras- ¿Los denunciamos a la policía? -añadí.- ¡Sí!
- Pero... ¿y si nos hacen algo?
- Yo no les tengo ningún miedo. ¿Tú todavía estás enamorada de Ryan?
- Si... lo que siento por él es muy fuerte. Y ni siquiera esto ha hecho que desaparezca. No sabes lo que es estar enamorada y enterarte de que es un monstruo.
- Si... ya... no puedo saberlo. – pero la verdad era otra. Yo estaba pasando por lo mismo pero por alguna extraña razón no me atrevía a confesárselo.
- Pero voy hacer como si no existiera...
- ¡Esa es mi Ashley!
- Oye Amy, mañana tú y yo vamos al médico sin falta.
- ¿Al médico? ¡Oh no! Sabes que los odio.
- Me da igual, no es normal que pierdas el conocimiento así porque así. Además el médico vino hoy y te estuvo revisando y no vio nada...
- ¿Ves? Entonces para que voy a ir.
- Dijo que quería examinarte mejor. ¡Así que no me discutas, vamos y punto! –
Ese día nos lo pasamos en la habitación. No teníamos ganas de salir y encontrarnos con Ryan y con Justin porque eso significaba más peleas y ya estábamos hartas. Habíamos tomado una decisión al día siguiente después de que fuéramos al médico. Iríamos a la comisaría y los denunciaríamos. Pero algo no salió como nosotras esperábamos al salir de la habitación nos encontramos con que Ryan y Justin estaban en el sofá esperando a que nosotras saliéramos.
- ¿Van a ir a algún sitio? – preguntó Justin.
- No veo por qué tenemos que dar explicaciones. – le conteste mirándole directamente a los ojos.
- Oh ya lo creo que sí. Ahora que lo saben todo. No podemos dejarlas solas. – dijo Ryan.
- ¡Vamos al médico! Estúpido, por si no lo sabes, Amy se desmayó ayer y no se encuentra bien.
- En ese caso yo voy con ustedes – dijo Ryan.
- Ja ¡lo que faltaba! ¡Encima de mentiroso, salido! – le reclamó Ashley.
- Mira niñita – dijo recalcando niñita – Yo no soy estúpido y no me trago el cuento del médico, lo que quieren es delatarnos. Así que o voy con ustedes o no salen. – Ashley estaba tan furiosa que si no hubiera hablado en ese momento estaba segura que se habría tirado a pegarle.
- ¡Basta! Que venga, da igual... – dije intentando calmar las cosas.
- Vaya veo que tú eres más inteligente...
- ¿Qué has querido decir con eso?
- ¿No llegas ni a eso? eras más simple de lo que pensaba. –
- ¡Yo lo mato! – Si no hubiera sido por Justin que sujetó a Ashley, se le habría intentado tirar encima por segunda vez. Ryan ante esta reacción sólo reía lo que provocó que Ashley se pusiera cada vez más y más furiosa.
- O se tranquilizan o no me acompañan ninguno de los dos. – Ashley en ese instante paró.
- Está bien... ya pararé pero dile a este que no me provoque... o verá lo que es bueno.
- Mira que miedo me das... ¡uuuuh! – dijo con ironía Ashley.
- ¡BASTA! – esta vez fue Justin el que habló. – ¡Me tienen harto! Cállense de una vez. – su voz sonó tan fuerte que los dos se callaron al instante.
Finalmente Ryan nos acompañó. Durante todo el camino tuve que aguantar las continuas peleas y golpecitos entre ambos y la verdad yo no estaba de humor. Hacia unos días estaba casi segura de que Justin sentía algo por mí, pero ahora que me había enterado de la verdad cada vez que lo miraba el miedo se apoderaba de mí. El hecho de pensar que había sido capaz de matar a su mujer embarazada me producía una profunda angustia. Luego me ponía a recapacitar y recordaba el hecho de que fue él, el que me dio la pista para saber quién era realmente. Cada vez estaba más confundida. Luego estaba el motivo de mis desmayos. Últimamente me sentía rara. Y lo asocié con el hecho de que todo lo que me estaba pasando era muy fuerte... pero ¿realmente me estaba pasando algo? ¿O esos desmayos eran producidos por las preocupaciones que me atormentaban continuamente? La respuesta no la sabía y esperaba que el doctor si fuera capaz de respondérmela.
ESTÁS LEYENDO
Secuestrada en mi propia casa. ➳ j.b
Novela JuvenilEsta historia es diferente a todas las demás pero a la vez tan parecida. Cuando me pongo a pensar todo lo que vivimos, pienso cómo es posible que nuestra historia terminara así. Aún puedo recordar el primer día en que nos vimos por primera vez. Fue...