OO9.

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Ese día mientras estaba en la universidad sentía que me iba a volver loca. Las palabras de Justin se me habían quedado clavadas en mi mente. Había dicho que alguien estaría vigilándonos, no paraba de mirar a diestro y siniestro pues sentía como alguien me miraba posiblemente se trataba de mi imaginación pero no conseguía estar tranquila. No atendí a las palabras del profesor ni tomé apuntes simplemente me fijaba en el comportamiento de la gente. Si me hubiese dejado llevar por mis instintos ahora mismo más de uno estaría en el suelo... pues cada vez que alguien me miraba no paraba de formularme miles de ideas. Y lo peor es que no podía contarle nada a Ashley era parte del trato. Cuando salí de clase lo primero que hice fue ir hacia la cafetería donde Ashley siempre me estaba esperando. Pero al llegar vi que estaba hablando con alguien. Ese alguien era un chico rubio, con el pelo corto y muy guapo. Me acerqué a ellos.

- ¡Hola! Interrumpo algo? – dije intentado sonar lo más inocente posible.

- No claro que no. – dijo Ashley. – Este es Ryan, un compañero de mi curso.

- Encantada. – le dije.

- Igualmente.

- Nunca te había visto por aquí. ¿Eres nuevo? – le pregunté.

- No, llevo aquí un par de meses lo que pasa es que no me he relacionado mucho con la gente, y faltaba mucho.

- Si, hoy se ha sentado a mi lado que casi siempre estaba vacío, me pidió los apuntes y me quede sorprendida pues nunca lo había visto. Luego empezamos hablar... y nos caímos bien.

- No si ya lo veo...

Pero al parecer la única que comprendió las palabras de Amy fue Ashley que se puso colorada.

- Bueno... nosotras nos tenemos que ir... – dijo Ashley no muy convencida de querer irse. – Nos vemos mañana.

Después de una despedida que duro media hora por parte de Ashley conseguí llevármela a rastras. Mientras íbamos en el Ashley la bombardeé a preguntas.

- Con que un amigo, ¿no?

- Amy no empieces con tus paranoias, ¿sí? Es un amigo y punto. No hay más vueltas.

- Si vueltas eran las que daban tus ojos que no paraban de mirarlo de arriba abajo.

- ¡Amy!

- Lo único que me parece raro... nunca lo había visto.

- Ya te lo ha dicho no venía mucho.

- Pero aún así era tu compañero alguna vez lo tenias que haber visto... estoy segura que no se te habría pasado por alto.

- ¿Que quieres decir con eso?

- Nada que me parece raro ese chico nada más.

- ¿Por qué todos los chicos que me gustan te tienen que caer mal?

-  ¡Has admitido que te gusta! -añadí burlándome.

- ¡Yo no lo he hecho!

- Si que lo has hecho... Además yo no he dicho que me caiga mal, simplemente me parece raro y ya está.

- No tengo ganas de seguir con esta conversación me aburres. – y dicho esto puso la radio.

- 'Hoy la temperatura...' – Ashley cambio de estación. – 'El programa demás éxito...' 'Hace unos días de la cárcel...'

Otra vez había cambiado de estación, finalmente lo dejó en uno donde estaba sonando una canción muy movida. Yo pegué un pequeño grito y le subí el volumen. Ashley bajó las ventanas y le subió más todavía el volumen. Las dos comenzamos a cantarla. De pronto paramos en un semáforo, el auto de al lado comenzó a sonar para llamar nuestra atención cuando nos giramos vimos que dos chicos muy guapos estaban en el otro auto. Ashley bajó la música.

- ¡Hola guapas! ¿Les apetece tomar algo?

- Tú no te cansas, ¿verdad Tom ? – eran los pesados de nuestros vecinos. 

- No con ese color de pelo que tanto me pone. – yo dejé escapar una sonrisa ese chico era directo.

- Es que no entiendes que no queremos nada con ustedes.

- Rubia no digas cosas que no sientes. – se refería a Ashley, ya que yo era castaña y ella rubia.

- Haremos una cosa.- Ashley me miro alarmada. Con los ojos me decía que ni se me ocurriera quedar con ellos.

- Si consigues seguirnos, esta noche salimos con ustedes. Pero si nos pierden de vista nos dejan en paz.

- No sabes lo que acabas de hacer, ¡vamos a ganar!

- Eso está por verse. – le dije. Subí la música a todo volumen y cerré las ventanas.

- ¡Amy estás loca!

- Tú dale al acelerador como sabes y luego me das las gracias.

- ¡Estás loca! Ahora no hay dudas.

- Además si perdemos no están tan mal... son un poco pesados...pero para divertirnos están bien, ¿no?

- No puedo creer lo que estás diciendo. Son Tom y Kameron nuestros vecinos molestosos, ¿te acuerdas?.

En ese momento el semáforo de los peatones empezaba a pestañear, señalando que ya estaba a punto de ponerse en rojo, y verde para que los autos pudieran seguir su rumbo.

- ¡Ashley! Atenta que ya se pone verde. – en ese momento el semáforo cambió de color. Dio verde. - ¡Vamos!

Ashley hundió el pie en el acelerador. Sabía muy bien que íbamos a perder, Ashley era un as en la carretera y la velocidad le encantaba, pero sabía que tanto Tom como Kameron competían en carreras. Lo único que quería era pasar el menos tiempo posible en casa y por el momento iba a conseguir pasar la noche fuera. Para mi sorpresa fue mucho el tiempo que le sacábamos de ventaja a los chicos, estábamos a punto de perderlos de vista. Ashley se lo estaba tomando muy en serio, tenía que hacer algo.

Secuestrada en mi propia casa. ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora