VII

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- ¡La cena está lista!- me avisa Esme desde la puerta de la cocina.

Me dirijo a la cocina y esta vez me llevo la comida a la mesa de comedor donde Alice y Rosalie se están pintando las uñas.

- Buenas nochessss- las saludo.

- Buenas noches. ¿Quieres que te pinte las uñas después de cenar?- ofrece Alice.

- Claro, eso sería fantástico.- digo yo con ilusión.

Me como mi pollo a la plancha y el puré de guisantes. Después Alice me pinta las uñas al estilo francés, mi favorito.

Esme me recomienda que me vaya a la cama y que alguien me despertara una hora antes de las clases. Me despido de todos y me voy a dormir, sabiendo que mañana será un gran día. 

- ¡Bella durmiente!- canta Alice desde la puerta, después enciende la luz de la habitación.

- Cinco minutos más...- suplico desde la cama con voz ronca.

- De eso ni hablar, tienes que estar perfecta para tu primer día de clases. Necesito tiempo para hacerte el peinado.- dice saltado en mi cama y tirando de la colcha.

En mi intento de quitársela caigo de la cama.

- ¿Estás bien?- dice asomándose por el borde de la cama.

- Sí, solo ha sido una caída mañanera- me levanto- ¿Cuándo empezamos?

Alice me deja darme una ducha rápida, después me visto con algo no demasiado rebuscado: unos vaqueros que se ajustan perfectamente a mis piernas largas de bailarina, una blusa burdeos con escote y suelta, para los pies unos botines negros con tacón y por ultimo una chaqueta negra de cuero y cremalleras doradas. Alice simplemente alucina al verme y dice que casi se cae de culo, algo que me hace reír hasta que casi se me saltan las lagrimas. Después me siento en la silla de estudio y Alice me hace una corona de trenzas algo que se ha llevado mucho últimamente. Cuando me miro al espejo la chica que veo es una versión mejorada de mí. Sigo siendo yo, solo que aun mejor.

- Espera, tengo algo para ti.- dice ofreciéndome una bolsa de regalo.

- Gracias.

La cojo y la abro, dentro encuentro unas gafas Ray-Ban negras.

- Edward tiene unas igual y he pensado que quedaría bien si los dos tuvieses unas iguales. Por otro lado Edward no quiere que ningún chico se acerque a ti y si vais los dos con las mismas gafas creerán que sois una pareja.

- No entiendo- digo mirando las gafas.

- Ha sido idea de Edward, créeme no hay quien lo entienda. Puede que en realidad le gustes. Aunque esta siendo un poco sutil, tu solo síguele la corriente. Serás el nuevo cachorrito y todos los chicos se te echaran encima.

- Vale, seguir la corriente. Ser un cachorrito inocente y no una leona. Lo tengo- digo aun sin entenderlo muy bien.

Me coloco las gafas colgando del escote y salgo por la puerta.

- Eh...- me dice Alice tocándome en el hombro- ¿no olvidas algo?

Me reviso de arriba abajo.

- ¡El bolso!- exclamo a la misma vez que entro en la habitación.

Tomo el bolso negro en el que caben libros y carpetas y meto el móvil dentro recién cargado.

Bajo las escaleras y me encuentro a todos en el salón.

Emmett silba cuando entro. Todos se quedan callados pero con los ojos muy abiertos. Observo a Edward y le doy una sonrisa.

- Karenina- me llama Esme por detrás- te he puesto en este vaso portátil un té para desayunar por el camino, cuando lo termines te lo puedes guardar en el bolso. Aquí tienes dinero para la comida, no son demasiado caras. Por favor procura tomar algo nutritivo.- asiento a la misma vez que cojo el dinero de su mano y lo guardo en el monedero- Edward te guiara a las clases. Aquí tienes tu ropa de educación física. Son pantalones cortos, pero tranquila dentro del instituto no hace frío. También he metido tus deportes.

DULCE TENTACIÓN [EDWARD CULLEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora