DULCE TENTACIÓN [EDWARD CULLEN]

XVI

El fin de semana turbulento había pasado demasiado rápido. Apenas quedaban tres semanas para las vacaciones de navidad y dos para el baile de invierno. Los profesores aumentaban la cantidad de deberes, los exámenes y estiraban sus horas al máximo. Cuando no pasaba todas las tardes estudiando, buscando información, con un taco de post it en las manos apuntando datos de exámenes o cualquier otra cosa que recordar y más de una vez con el típico bolígrafo de carpintero colocado en la oreja... todos los demás estaban perfectamente relajados. Los Cullen vagaban por la casa como si no hubiese nada mejor que hacer, mientras yo corría de un lado para otro resbalando con mis calcetines por el suelo de madera. Parecía una posesa, mis carreras solían ser escaleras, pasillo de entrada, cocina (cuando necesitaba nutrirme para no desmayarme de la energía que gastaba estudiando), ordenador de mesa con datos que habían guardado los Cullen sobre trabajos escolares anteriores...

El viernes de esa misma semana llegó.

Edward y yo salimos de la clase de biología. Yo estoy extrañamente feliz por haber sacado un 10 en este último examen. Edward también tiene un 10 pero cuando he ido a felicitarlo, se ha negado, puesto que este tema ya lo había estudiado repetidas veces antes.

- ¿Dónde están los demás?- le pregunto mientras saco las cosas de la taquilla y las meto en mi bolso antes de ir al comedor para almorzar.

- En el comedor- contesta Edward antes de cerrar mi taquilla y tomarme de la mano. 

Durante la semana yo había corrido de un lado para el otro, apenas había tenido tiempo para hablar con nadie. De todas formas Edward faltó junto con Emmett un día entero para ir a las montañas y cazar osos. Ese día fue un poco aterrador hasta que una chica llamada Ella se sentó a mi lado en francés. Era la primera vez que hablaba conmigo y eso que compartíamos varias clases. El caso es que la chica en cuestión resulto ser una pija redomada, cotilla que nada más quería contarme la relación que ahora tenía con Max, el chico que me ataco hará como, ni idea. Me contó que al principio creía que Max saldría conmigo, cosa que no paso porque lo rechace varias veces, después me atacó y al final me dejó en paz. Después dijo que ella había sido tonta por no escuchar los rumores sobre Edward y yo, por lo visto la gente comentó por aquel entonces, es decir desde el primer día que entre por estas puertas, que Edward y yo salíamos desde hacía mucho tiempo, cosa que no se acercaba para nada a la verdad, algunos decían que ya estábamos prácticamente casados porque nos conocíamos desde bebés, tremenda mentira. Al final Ella me explicó el baile de invierno y en ese asunto preste un poco de mayor interés. Dijo que todos los años se coronaban a las princesas de invierno y a la reina de invierno. Por lo visto la tal Ella llevaba siendo reina toda su vida. Cuando lo dijo eso... agito el pelo con la mano y yo luché con todas mis ganas por no poner los ojos en blanco. Dijo que era muy difícil entrar en la votación, un grupo de chicas han de proponerte para la votación, después te vota ese grupo, si sales entre las tres mejores eres princesa y después durante tres días antes del baile, el instituto y el equipo directivo vota a la reina de invierno. He de mencionar que todo esto ocurrió en la clase de francés porque la profesora había faltado, no es que yo sea una persona que no atiende en clase.

Llegamos al comedor, tomo una bandeja con un sándwich vegetal y un refresco. Edward me quita la chaqueta, como ya es costumbre. Coloco el bolso en la silla y me siento tranquilamente a comer. Todos conversan y yo como estoy comiendo solo asiento o contesto con monosílabos. Cuando termino (bastante pronto) Alice me pregunta por mi ropa de hoy. Le comento que tenía ganas de probar algo nuevo. Llevo unos pantalones de cuero sintético negros hasta los tobillos, después unos botines bajos, una blusa de rayas blancas y negras anchas, las gafas como de costumbre colgadas del escote y el pelo en ondas al estilo surfista. Es un estilo un poco más rockero pero no me queda nada mal, en realidad todo me suele quedar bien.