Volver a la rutina.. bueno solo es el primer día de clase, está siendo un poco un caos. La gente está en modo adaptación tratando de lidiar con el síndrome postvacacional, o algo de eso.
- Karenina- dice Ella apoyándose contra las taquillas junto a la mía-. Fue una pena no verte en el Baile de Invierno, te perdiste toda la diversión y... mi coronación.
- Sí, ya. No falté por voluntad propia. Estaba en el hospital- apunto un poco enfadada por el tono que está usando conmigo.
- Sí... creo que oí algo sobre eso. Una pena lo que te pasón durante la clase de biología, la gente no dejaba de comentar que parecía que te estabas desangrando por la nariz, los oídos... debió de ser asqueroso..
- Aprecio tu comprensión- la corto irónicamente cerrando la taquilla de un golpe. Trato de alejarme de ella pero me sigue a todas partes.
- Espero que no te importe que Max y yo ahora estemos juntos... Es muy bueno... ya sabes- después se acerca a mi oído sin mi permiso- en la cama- susurra.
- Apuesto a que sí- murmuro poniendo los ojos en blanco. No me importa para nada si Max es bueno o no en la cama, desde mi punto de vista le deberían de cortar el pene.
- Uy, tú no sabes cuan bueno es- se regodea-. En serio, es mucho más de lo que jamás hayas experimentado tú. Incluso con ese cuerpo tuyo, Max ha seguido eligiéndome a mi.
- No puedo imaginarme por qué- digo irónicamente. Ella me lanza una mirada desconcertada.
- Siento mucho si te lo he robado, pero es que tú no estabas ahí para reclamarlo ni nada... Por cierto, ¿qué te han regalado en navidades?- pregunta cambiando rápidamente de tema.
- Más de lo que jamás imaginé- respondo seriamente.
- ¿Un coche? ¿Una casa?- pregunta ella realmente esforzándose por llegar al final del asunto. Ella recorre mi cuerpo con una mirada y se detiene un segundo en mi pecho. No, querida, sigo teniendo la misma talla de sujetador-. Ese anillo...- señala ella tomando mi mano.
- Sí, es un anillo- digo arrancando mi mano de un tirón de entre las suyas-. Me voy al comedor.
Llego al comedor a toda prisa y tomo una única coca- cola light antes de acercarme a nuestra mesa. Todos están sentados en la mesa ya. Tomo la silla junto a Edward.
- ¿Por qué no has cogido nada de comer?- pregunta con preocupación emborronando sus facciones.
- No tengo apetito- respondo sin mucho esfuerzo mientras abro la lata.
Sé justo el momento en el que Edward se entera de la noticia. Ya sabe que Ella conoce nuestro compromiso, o al menos ella cree que estoy comprometida, que es verdad, pero no soy yo quien se lo ha dicho.
- ¿Se lo has dicho?- pregunta Edward. Niego con la cabeza mientras me concentro en el sabor de la bebida.
- Lo ha adivinado ella solita- murmuro-. Es un pueblo pequeño, en media hora ya lo sabrá hasta el conserje.
- No lo dudes- concuerda Edward-. ¿Te preocupa?
- La verdad es que no. Me da bastante igual lo que opine la gente de este lugar, sin animo de ofender, pero es que no los conozco de nada.
Efectivamente. En la siguiente hora todo el mundo, hasta los profesores, parece saber sobre nuestro compromiso.
- Vais a llevar a cabo este gran proyecto- comienza a explicar el señor Thompson en biología-. Cada pareja debe construir un pequeño invernadero que sea útil, es decir, debéis demostrar que funciona.
- ¿Podemos hacer las parejas nosotros?- pregunta Ella levantando la mano en el aire con mucho entusiasmo.
- No. Cuando estéis trabajando os daréis cuenta de que las cosas no funcionan así. Tenéis que aprender a trabajar con todo el mundo, incluso aunque no sean vuestros amigos- dice mientras toma una caja de madera de encima de su mesa-. Voy a sacar los nombres al azar de esta caja y así formaré las parejas.
El profesor saca los nombre y va formando parejas aleatorias. Como siempre ocurre en estos casos hay gente que se alegra de con quien les ha tocado y gente que no se corta a la hora de demostrar su disconformidad.
- Karenina Powell con... Max Taylor- anuncia el profesor. Es como si me acabasen de dar una puñalada en el pecho, pero sé como recuperarme.
Segundos más tarde Edward es emparejado con otro chico que no conozco de nada y que se sienta en la primera fila en una esquina.
- Ahora podéis sentaros junto a vuestra pareja y comenzar a planear el proyecto...
Edward apoya su mano en mi muslo y me indica con la mirada que me quede sentada en mi sitio. Él es quien se levanta y se va hacia el lugar donde está su compañero de proyecto.
- Parece que nos ha tocado juntos- comenta Max con una sonrisa mientras se deja caer sobre la silla de Edward-. ¿Qué tal las vacaciones?
- Bien- respondo secamente-. ¿Podemos ponernos con el proyecto?- pregunto cruzando los brazos sobre mi pecho.
- Por supuesto, Karen- responde él apretando mi muslo con una mano. Aparto mi pierna suavemente de su mano.
- Me gusta que me llamen por mi nombre. Ka-re-ni-na- digo tratando de dejarlo claro como el agua.
- Ya veremos, gatita- bromea guiñándome un ojo-. Esto va a ser muy fácil. Quedaremos en mi casa y construiremos el invernadero en el garaje. Tengo todo el garaje lleno de materiales que necesitaremos.
- ¿Cuándo quieres que vaya a tu garaje?- pregunto molesta. No me apetece nada ir a su casa, ni a su garaje.
- Dirás a mi casa- apunta entre risas-. Primero tenemos que escribir el trabajo y después pasaremos a la acción- explica guiñándome un ojo.
- Podemos hacer el trabajo por separado- propongo.
- De ninguna manera- se niega en rotundo-. Este trabajo cuenta un veinte por ciento de la nota.
- ¿Desde cuándo te preocupan las notas?- pregunto desafiante.
- Desde ahora mismo- responde seriamente.
Esto es la cosa más exasperante que he tenido que hacer en mi vida. Trabajar con Max es como trabajar en un lugar rodeado por cubas radioactivas, tienes que ir con mil ojos. Me entrega la dirección de su casa escrita en un papel y también su número de móvil, aunque no pienso llamarlo nunca.
Ella se acerca a mi mientras estoy cambiándome de ropa en el vestuario de chicas después de la clase de educación física.
- Si tan solo se te pasa por la cabeza la idea de acostarte con mi novio... date por muerta- me amenaza ella sola en medio de todas las chicas que se callan rápidamente para escuchar la conversación.
- No tengo ninguna intención de acostarme con tu novio, ni de hacer cualquier otra cosa con él más allá del trabajo de biología, ¿vale? Si abres los ojos te darás cuenta de que él no me interesa en lo más mínimo- tomo mi ropa y mis cosas y me alejo de su lado en ropa interior.
Ella está loca de atar. No tengo ni idea de como puede salir con Max... es decir, trató de... de violarme, ¿no?
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DULCE TENTACIÓN [EDWARD CULLEN]
FanfictionOphelia Matthews es una mestiza de 17 años, sus padres vampiros acaban de ser asesinados. Ahora está sola en el mundo. Pero una carta que le dejaron sus padres hace que Ophelia tenga que cruzar el "gran charco" para buscar a la persona que debe ayu...