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Maratón 2/2

«Sooner or later it all comes around hopefully then I will see after the people and the places are gone, you will come back to me»                         «I was stumbling,looking in the dark with an empty heart»

 

Draco caminaba de un lado a otro, dando muestra de su desesperación.

—Calma, Draco. No sabes si ellos realmente irán allí. —susurró su madre.

Habían oído que Nagini, la serpiente, haría posesión del cuerpo reanimado de Bathilda Bagshot para emboscar a Harry. Y Draco temía. Temía porque Potter podría estar en compañía de Hermione, o incluso que Nagini pudiera matarlo, entonces la idea de ser salvados se iría al demonio.

—Madre... ¿qué pasa si Potter muere? ¿Él lo gobernara todo, verdad? —preguntó, atemorizado.

—No lo sé mi niño... no lo sé. Esperemos que Potter siga con vida el tiempo suficiente para poder derrotarlo. —respondió Narcissa.

—Tiene que haber una manera de advertirles. No podemos permitir que les pase algo, a ninguno de ellos.

— ¿Y cómo piensas hacerlo Draco? Ni siquiera sabes dónde están.

Su madre tenía razón. No sabía absolutamente nada de Hermione ni sus amigos, lo último que se enteró, por estar oyendo conversaciones ajenas, era que el trío de oro no estaba en Hogwarts. Draco tenía la intuición de que ellos estaban buscando los horrocruxes. Y si su intuición no le fallaba, podrían estar en cualquier parte, incluso en el Valle de Godric. Realmente esperaba que a Potter no se le ocurriera ponerse melancólico y visitar aquel lugar. Sabía de los horrocruxes por los libros prohibidos que su padre guardaba en la biblioteca, y que él, de chico, leía todo el tiempo.



Harry y Hermione se aparecieron en el Valle de Godric, frente al cementerio. La castaña notó que era navidad, ¡Cuánto extrañaba a sus padres! Se encontraba en aquel lugar, junto a Harry, totalmente solos y sin ánimos de festejar absolutamente nada.

— ¿Crees que están ahí? Mis padres —preguntó Harry.

—Sí, yo creo que sí. —respondió con sinceridad.

Ambos se adentraron en el cementerio, inspeccionando cada lápida para encontrar la de Lily y James Potter.

Hermione limpió con su mano la capa de nieve que cubría una de las lápidas, y lo que encontró debajo la desconcertó. Allí estaba inscripto el mismo símbolo que encontró en su ejemplar de Los cuentos de Beedle el Bardo, que Dumbledore le había legado, y con el mismo que Albus firmó sus cartas dirigidas a Grindelwald. Hacía rato se preguntaba qué significaba aquel símbolo y verlo allí sólo aumentó su curiosidad; intuía que era algo importante, sólo no sabía cómo descubrirlo.

—Harry. —llamó, y al levantar la mirada vio a su mejor amigo parado frente a una estatua, con las manos en los bolsillos. La pose del gryffindor le recordó a Draco, que solía pararse de aquella forma. Al acercarse, pudo distinguir que la estatua representaba a los padres de Harry, con él en brazos.

"El último enemigo que será derrotado es la muerte.

Lily y James Potter.

1960-1981"

Hermione se acercó y con un movimiento de su varita, creó una corona de rosas blancas que Harry tomó y colocó sobre la tumba de sus padres. Ella se volvió hacia Harry y lo abrazó con fuerza.

—Feliz navidad, Harry. —susurró en su oído.




Lucius, Narcissa y Draco se encontraban cenando en la cocina, ya que su casa era ocupada por mortífagos.

— ¿Sabes qué día es hoy, dragón? — preguntó su padre. Draco odiaba que utilizara ese pseudónimo para llamarlo.

—No lo sé, padre. —contestó, irritado.

—Es navidad ¿Has olvidado ya las navidades que pasamos los tres, cuando yo mismo te traía bolsas de regalos? —Lucius hablaba añorando el pasado, y los momentos en que era feliz junto a su familia. Él sabía que todos esos años había sido una mala persona para con su pequeña familia, pero había aprendido que su mujer y su hijo siempre le habían sido fieles. Se arrepentía de todo el mal que les causó. Estar en Azkaban le había cambiado drásticamente la vida.

—No, no las he olvidado. Como tampoco he olvidado las navidades en que llegabas molesto e intentabas golpearme, pero mi madre se interponía y recibía el castigo. ¿Has olvidado esas noches? —soltó. Era la primera vez en su vida que se enfrentaba a su padre, y sabía que la represalia sería severa, pero estaba cansado e irritado.

— ¡Eres un insolente, Draco! —dijo Lucius, y acto seguido le dio una bofetada. — ¡Sal de aquí, ahora! —gritó.

Draco observó a su madre, que lloraba en silencio. Se arrepintió entonces de haberle faltado el respeto a su padre, realmente odiaba ser la causa del llanto de Narcissa. Sin embargo, se marchó.

En su habitación, se dedicó a levitar objetos con su varita y a pensar en Granger. Deseaba que la muchacha estuviera con sus amigos, y con la gente que quería, incluso con la comadreja. Imaginaba estar con ella frente a la chimenea de la mansión, tomando cerveza de mantequilla, abrazados. Por su mente pasó aquella sensación que alguna vez había probado; el olor a manzanillas de su pelo, y su dulce perfume, en el aire a su alrededor; los brazos de ella sobre su cuello, rodeándolo. Esperaba algún día volver a sentirla a su lado. Pero sabía que eso era imposible. Primero, porque el moriría pronto, estaba seguro. Segundo, ella amaba a la comadreja Weasley. Y tercero, era imposible. Pero nadie podía impedir que soñara con eso. Ya le habían quitado su juventud, su vida, no dejaría que también le quitarán eso.

Se acercó a la ventana y observó el patio, que se encontraba completamente blanco, «otra navidad arruinada» pensó.

Alguien tocó su puerta. —Adelante. —dijo.

Bajo el marco de la puerta aparecieron Lucius y Narcissa.


Hermione y Harry se encontraron con Batilda Bagshot, quien los dirigió a su casa, que era oscura, sucia y olía a carne podrida. Aquello llamó la atención de Hermione, que intuía que algo estaba mal en la anciana. Harry se dirigió al piso de arriba con Batilda, y Hermione se quedó abajo, inspeccionando el lugar. Encontró allí el reciente libro de Rita Skeeter: "Vida y mentiras de Albus Dumbledore", que decidió llevarse.

Arriba, Batilda le preguntó a Harry si él era Potter, lo cual el gryffindor confirmó. Harry se percató de que el guardapelo comenzó a latir con más fuerza, y que Bathilda le hablaba en pársel, supuso que por eso no quiso hablar delante de Hermione. De repente, su cicatriz comenzó a doler y escuchó una voz que decía "retenlo". Fue entonces que vio como el cuerpo de Bathilda comenzaba a deshacerse, dejando ver a Nagini. Antes de que Harry la pudiera atacar con un hechizo, Nagini le mordió el antebrazo, e hizo que la varita del joven saliera volando por los aires. Logró tirarlo al suelo y comenzó a enrollarse alrededor de él, para retenerlo en ese lugar.

Hermione, desde abajo, vio sangre en el piso, al mismo tiempo escuchó ruidos y corrió escaleras arriba, luchó contra la serpiente, logró mantenerla alejada de Harry, pero la serpiente estaba demasiado cerca de ella.

— ¡Ahí viene, Hermione! ¡Ahí viene! —gritó Harry, advirtiendo que la llegada de Voldemort era inminente. Jaló a su amiga hacia atrás, alejándola de la serpiente, mientras la joven lanzaba una maldición explosiva contra Nagini. Ambos se lanzaron por la ventana, desapareciendo, en el preciso momento en el que Voldemort llegaba al Valle de Godric.

Falling in love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora