«And now I'm one step closer to be two steps far from you» «You've just got to see me through anothe day, my body's aching and my time is at hand, and I won't make it any otherway»
El slytherin estaba llegando a las mazmorras, donde se encontraba su sala común, cuando fue sorprendido por el profesor Snape, este lo empujó contra una de las paredes.
— ¿Qué demonios haces Malfoy? —interrogó Severus, con la voz calmada que lo caracterizaba.
—No es de su incumbencia. —respondió, arrogante y seco.
—Vete al dormitorio si no quieres que te castigue. Trata de pensar en lo que estás haciendo, recuerda que puedo ayudarte.
— ¡Yo no quiero su ayuda! —gritó Draco, y acto seguido se dirigió a su habitación.
No volvió a encontrarse con Hermione. De hecho, ni siquiera coincidieron en alguna clase. Sin embargo, algunos días después, ella le mando una nota en la que se leía:
"Malfoy:
Me gustaría saber cómo has estado, pues no he tenido noticias tuyas.
Recuerda que puedes confiar en mí.
H.J.G"
Luego de leer aquella nota, Draco la dobló cuidadosamente y la guardó en un pequeño cofre de madera que se abría con magia. El hechizo solo lo sabía Draco.
Su respuesta a la gryffindor fue demasiado corta para su gusto, pero ¿qué iba a decir? Su final se acercaba cada vez más.
"Granger:
Esperando a que acabe pronto, sé que así será.
Deseo que te encuentres bien. En caso de no ser así, no me molestaría prestarte mi hombro otra vez.
D.M.B"
Al recibirla, Hermione sonrió por el hecho de que, incluso en los peores momentos, él chico seguía con ego tan alto como el primer día de clases. Pero se notaba preocupada. No sabía exactamente que estaba planeando Draco, ya no lo veía en las clases y muy pocas veces lo encontraba en el gran comedor.
Decidió contestarle.
"Malfoy:
He encontrado dentro de ti una pizca de bondad que no creía que existiera.
No lo olvides."
Y la respuesta por parte del slytherin nunca llegó.
Hermione tenía miedo de que cometiera una locura.
Draco guardó todas las notas de la joven. Sabiendo que si alguien lo descubría, estaría muerto.
Deseaba que así fuera.
Al entrar a la Sala de Menesteres el 30 de junio de 1997 supo que esa noche lo marcaría por el resto de su vida. Del armario evanescente emergieron Alecto Carrow, Amycus Carrow, Yaxley Thorfinn, Gibbon, Fenrir Greyback, y su tía, Bellatrix Lestrange.
Harry y el profesor Dumbledore regresaban a Hogsmeade, cuando fueron informados por la señora Rosmerta de la aparición de la Marca Tenebrosa sobre la torre de astronomía. Volaron hasta allí en escobas y cuando llegaron, se encontraron con Draco. Antes de que Harry pudiese revelar su presencia, Dumbledore lo inmovilizó con un hechizo no verbal.
Malfoy ni siquiera se percató de la presencia de Harry, y desarmó a Dumbledore de inmediato.
— ¿Qué hace aquí, joven Malfoy? ¿Qué está buscando? —preguntó el viejo director, con tanta calma que sorprendió a Draco.
—A usted. —respondió—. Vengo a matarlo.
—Debo decir, Draco, que ya lo sabía. Tus intentos por matarme han sido... previsibles. ¿Un collar maldito entregado a tu compañera? ¿Esa botella envenenada? Esperaba más de ti... Pero no eres un asesino, Draco, puedes cambiar.
— ¡Yo no puedo cambiar! ¡Seré un maldito asesino! —gritó, levantando su varita y apuntando a su director, aunque la mano le temblaba visiblemente.
— ¿Quién te ha enviado Draco? ¿Fue... tu padre?
—Usted sabe muy bien quién me envió. Él me ha elegido para esta misión, ¡tengo que hacerlo! ¡Tengo que matarlo, o él me matara! —comenzó a llorar, <por supuesto> pensó <justo ahora tengo que mostrarme como el débil que soy>.
—Puedo ayudarte... si me dejas. Podría ocultarte, a ti y a tu madre... él no los encontrará. —de verdad quería hacerlo, Dumbledore quería ayudar al muchacho, o al menos evitar que se convierta en un asesino. Y Draco de verdad quería ser ayudado, pero no podía.
Justo entonces entraron Bellatrix y todos los demás. Draco no podía contener tanta desesperación. Atrás suyo se encontraban los mortífagos, diciéndole que lo haga. No quería hacerlo, no quería convertirse en un asesino. Ahora le resultaba más difícil hacerlo, porque el viejo le había ofrecido su ayuda, quería protegerlo a él y a su madre, ¿cómo podía matarlo después de eso? Le dijo que podía ocultarlos, a ambos, y Voldemort no los encontraría. Eso mismo le había dicho Hermione, pero el chico sabía perfectamente que él los encontraría, y entonces estarían perdidos. Los torturaría hasta el punto de volverlos locos, no se conformaría solo con asesinarlos.
—Draco... años atrás, conocí un chico, que tomó todas las decisiones equivocadas... por favor, déjame ayudarte...
— ¡Ya se lo dije! ¡Yo no quiero su ayuda! ¿No entiende que tengo que hacer esto? Tengo que matarlo, o él me matara a mí y a todos los que quiero...—su voz se escuchaba quebrada, y no pudo aguantar más las lágrimas.
No podía hacerlo. Su mano temblaba.
En uno de los pasillos de abajo se encontraba Hermione, cuidando del profesor Flitwick.
Ella y Ron habían sido advertidos por Harry sobre los mortífagos. Ambos amigos intentaron llamar al ejército de Dumbledore pero sólo Neville y Luna habían respondido al llamado. Harry les dio felix felicis a todos.
Hermione y Luna hicieron guardia afuera de la oficina de Snape, quién les dijo que el profesor Flitwick se había desmayado y les pidió que lo cuidaran. La castaña sentía una gran opresión en el pecho. Intuía que algo malo estaba a punto de pasar. Quería llorar, pero no se lo permitió. Temía que fuera Draco quién había traído a los mortífagos. Por supuesto, era consciente de que esa era la verdad, pero se negaba a aceptarla. Si Draco había permitido que entraran... ya lo había perdido. El chico que tanto le gustaba, ya no quedaba nada de él que valiera la pena.
Snape había llegado a la torre de astronomía.
—Severus... por favor... —declaro Dumbledore al verlo. Escogió sus palabras de tal manera que no revelara la verdadera lealtad de Snape.
Al profesor de pociones le dolía tener que hacerlo. Pero ya lo habían acordado. Reunió todas las fuerzas que fue capaz de tener, y con firmeza dijo: —Avada kedavra.
Poniéndole fin a la vida de uno de los mejores magos que el mundo mágico había conocido. Y salvando a Draco de convertirse en un asesino.

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Falling in love.
Fanfiction«Desde el momento en que te vi no entiendo qué fue lo que hiciste conmigo, que no puedo borrar tus ojos de mi mente, y le pregunto al corazón qué ha pasado...» Este fanfic apoya The Free Love Campaing (@freelovecampaign) Disclaimer: los personajes y...