XVIII

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  «So much hurt, so much pain, takes a while to regain what is lost inside»    «Is it starting to break underneath my feet, you're so far away, am i just out of reach?»


Mansión Malfoy, 1983

Hubo una vez, en que estaba solo con su padre porque su madre había tenido que viajar, y sus niñeras tenían el día libre. Parecía que era la pesadilla de su padre, porque se había pasado toda la mañana en su estudio. Draco estaba jugando en el gran jardín trasero, cuando de repente, sin notarlo, cayó dentro de la gran piscina.

No sabía nadar.

Lucius escuchó el estrépito y bajo corriendo por las escaleras, lo más rápido que pudo.
Apenas veía los pequeños brazos de su hijo agitarse en el agua. Se tiró sin pensarlo, y lo sacó de allí.

Una vez que Draco había tosido toda el agua y se había recompuesto, esperaba que su padre lo castigara, como solía hacer. Lucius entró en la cocina, donde el pequeño Draco se encontraba sentado, y le colocó unas toallas sobre la espalda, para que así pudiera secarse y dejar de temblar.

—Padre... —habló el niño en un susurro— L-lo siento.

—Draco, no —su hijo se sorprendió de la falta de autoridad en su voz. Lucius se acercó al niño y le tomó sus manos—. No debes pedirme perdón, soy yo quien debe hacerlo. Te deje solo... Si te pasaba algo... No podría soportarlo. Lo siento, nunca te dejaré sólo, nunca más.

Y acto seguido, envolvió a su pequeño hijo en sus brazos, abrasándolo fuertemente.

Hogwarts, 1998

"Nunca te dejaré solo" las palabras resonaban en su cabeza una y otra vez, martirizandolo.
Lucius lo había dejado solo, más de una vez, pero ahora era para siempre.

Aún seguía abrazado a Hermione, llorando.
—Debo encontrar a mi madre. —susurró. Ella lo soltó, y lo tomo de las manos.
—Iré contigo. —respondió.

Buscaron por todos los alrededores del colegio, pero no la encontraron. Por un momento, Draco pensó lo peor. Sin embargo, Narcissa apareció junto a Voldemort y los demás mortifagos. Muy cerca de ella venía Hagrid, con Harry en sus brazos.
—Ha muerto. Harry Potter ha muerto. —dijo, lleno de éxtasis, Lord Voldemort.

Hermione lloró pegada a Draco. No podía creerlo, ¡su mejor amigo! ¡Su hermano! La vida era muy injusta.

Voldemort pidió a los alumnos que se unieran a sus filas, pero ninguno se movió.

—Draco, ven. —hablo Narcissa lo suficientemente fuerte para que su hijo la escuchara.

El rubio miró a Hermione, que aún seguía sosteniendo su mano, y más fuerte que nunca, mientras las lágrimas recorrían su rostro.
—Volveré enseguida. —le susurró. La castaña asintió.

No lo volvió a ver.

Él y su madre se fueron, sin ser vistos, cuando la guerra entre Voldemort y Harry había comenzado.

—Madre, hay algo que tengo que decirte. —susurró.

—Lo que sea puede esperar a que lleguemos. —respondió y lo tomó del brazo para aparecerse frente a la mansión.
Apenas entraron, Narcissa corrió escaleras arriba, y Draco la siguió.
—Prepara algunas maletas, nos iremos de aquí. Olvidaremos todo esto —decía—. Sólo espero que Lucius llegue a tiempo, como lo habíamos acordado... —parecía que hablaba sola. Se giró a mirar a su hijo y agregó: —¡Rápido! ¡Ve!

Draco se acercó y le tomó las manos.
—Mamá... Lucius no volverá. —dijo.
Pudo ver cómo la confusión desencajaba su rostro.
—Él... Él dio la vida por mi. —susurró.
—¿C-cómo? —fue todo lo que Narcissa pudo articular.
—Bellatrix iba a matarme, me tenía acorralado. Lanzó el hechizo y antes de que pudiera llegar a mi... Él se puso en medio y... —fue incapaz de terminar, las lágrimas bajaban por su rostro.
Su madre lo abrazó, y lloró con él. Se habían quedado solos.
Al cabo de un rato, cuando ya no quedaban más lágrimas por caer, Narcissa soltó a su hijo y lo miró a los ojos.
—¿Quieres que huyamos? —preguntó. Para ella no tenía sentido huir sin Lucius. Ya nada tenía sentido.
—No —respondió—. Vamos a entregarnos.

Falling in love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora