«Our time is torn and we don't need it no more, wherever we are I'm yours always» «You light me up when all I see is darkness, you light me up when I'm down and if I fall apart you know where to find my pieces»
Había pasado todo el verano con sus padres. Le había contado a su madre lo que sentía respecto a Ron... y respecto a Malfoy. Aunque no lo veía desde la noche en que la besó, su mente no dejaba de pensar en él.
Sabía que había sido medio culpable de la muerte de un gran hombre, y sobre todo, un gran mago. Pero también comprendía que Draco no había querido eso, todo lo había hecho para proteger a su madre. Debajo de la máscara de frialdad se encontraba un Draco Malfoy compasivo que pedía a gritos ser liberado.
Su madre le había dicho que después de que todo terminara, ella sabría a quién quería más. Aunque Hermione negaba querer a Draco, sabía que su madre tenía razón.
El verano había terminado.
Con un dolor inmenso, bajó las escaleras, sosteniendo su varita con firmeza.
Los observó por última vez, pensando que quizá no los volvería a ver nunca más, y con las pocas fuerzas que le quedaban susurró: —Obliviate.
Salió de su casa y caminó hasta que las lágrimas desaparecieron. Sin embargo, el dolor seguía creciendo. Tuvo que hacerlo, tuvo que borrar su memoria y desaparecer de la vida de sus padres porque corrían demasiado riesgo. No iba a permitir que murieran por una guerra a la que no pertenecían. Y tampoco quería que sufrieran en caso de que ella muriera. Se irían a Australia, serían felices allí. En caso de que ella muriera, jamás recordarían que tuvieron una hija. Y si sobrevivía, los buscaría. Aunque últimamente dudaba que pudiera salir de la guerra viva.
Pensar en su muerte le resultaba extraño. En caso de que llegara, la recibiría como una vieja amiga. No tenía miedo de morir. Deseaba que no fuera así, deseaba vivir. Pero en caso de que suceda, estaba preparada.
No muy lejos de su casa había un pequeño parque, donde sus padres la llevaban cuando era una niña. Casi podía sentir el viento en su cara cuando dejaba que su padre la lanzara para arriba, segura de que nada le ocurriría porque sus brazos le impedirían caer. Ahora, sin embargo, un error significaba su caída, y su padre no estaría para sostenerla.
Las lágrimas caían silenciosas por su rostro. Pensar en sus padres la transportó a la época muggle de su vida, cuando era sólo una niña mediocre que jugaba a las barbies. Jamás tenía miedo, ni siquiera cuando sus padres la dejaban a cuidado de alguna niñera, porque sabía que si algo pasaba ellos la iban a buscar, revolverían el cielo y la tierra por su hija. Ahora, vivía con miedo, con miedo de perder a sus amigos, con miedo de perderse ella misma, con miedo de perder a Draco. El miedo era parte de su rutina diaria.
El miedo también lo sentía al pensar en sus sentimientos por Draco, porque aunque los negara, ella sabía perfectamente que estaban ahí, que existían con cada latido de su corazón.
Entonces lo supo, por más que intentara negarlo, ocultarlo, se estaba enamorando de Draco, estaba cayendo en un pozo sin fin, donde reinaba el amor y el dolor. Porque amar a Draco estaba lleno de dolor. El dolor del rechazo, de la distancia, de las diferencias. Había muchas cosas que les impedían amarse correctamente, pero lo hacían, a pesar de todo.
—Oh, Draco... —susurró—. No sabes cuánto me gustaría tenerte aquí conmigo.
No supo cuántas horas pasaron, pero el cielo ya se estaba oscureciendo, así que se vio obligada a seguir marchando. El próximo destino era la casa de los Weasley, su segundo hogar.

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Falling in love.
Fanfiction«Desde el momento en que te vi no entiendo qué fue lo que hiciste conmigo, que no puedo borrar tus ojos de mi mente, y le pregunto al corazón qué ha pasado...» Este fanfic apoya The Free Love Campaing (@freelovecampaign) Disclaimer: los personajes y...