Señores aviso que esto es (Hot) súper Hot.
Elizabeth
En lo único que podía pensar en el día entero era en una simple cosa, ¿Diego la tendrá grande? Si, lo se, soy una pervertida en potencia.
-¡Eliiii!
-¡Elen! Te veo muy animada. ¿Qué pasó ayer entre el profesor y tú?
-Ya te cuento después. ¿Qué tal va todo entre Diego y tú?
-Te cuento que hoy voy a ir a su casa.
-No te ves muy emocionada.
-Es que no se y si no es como me lo esperaba.
-Tal vez sea mejor, no te agobies.
-Está bien.
Después de platicar y comer con Elen me fui a clases, estaba demasiado nerviosa casi no entendía nada de lo que decía el profesor. Después de que acabaran las clases espere a por Diego en la salida.
-Hola.
-¡Hola!-dije muy entusiasmada y me abalance sobre el para besarlo-
-¿Lista para el mejor día de tu vida?-dijo acariciando mi cabello mientras sonreía-
-Unmm eso espero.
Nos agarramos de las manos y fuimos caminando a su casa.
-Eli, ¿qué película quieres ver?
-Que te parece...."El conjuro"
-A mí me parece bien.
Recogimos las palomitas y las bebidas de la cocina y fuimos al sofá, Diego encendió el televisor que estaba conectado a la computadora y busco la película. Se sentó a mi lado y yo me acurruqué entre sus brazos, se sentía tan rico aquí mientras él dejaba pequeñas caricias en mi cabeza yo ronroneaba de vez en cuando y él sonreía. El se acercó y me dio un beso.
Me sentía incómoda cuando Diego buscaba cada 5 segundos una posición en la que le fuera más fácil besarme, porque eso era lo que parecía después de un rato el empezó a besarme la cabeza he iba bajando hacia mis labios cuando llegó. Se detuvo y en un movimiento rápido me coloco a ahorcadas sobre él, abrí los ojos y él sonrió, me acerco a él y comencé a besarlo mientras presionaba contra su pene.
Diego se detuvo para recuperar el aire y continuó ya después de estar como 5 minutos entre besos y caricias el se paró y me llevó hacia su habitación, yo no me queje y solo seguía besándolo apasionadamente. El me soltó en la cama y empezó a desabrocharse el pantalón para después quitarse la camisa... me mordí el labio al ver ese cuerpo estructural. Tenía el abdomen muy marcado, los brazos anchos al igual que su espalda... era como yo dije, un dios griego, el se acercó hacia mi y tomo mi labio inferior y lo jaló hacia el mientras lo chupaba, me sentía tan excitada mientras me besaba que no me di cuenta como bajaba su mano lentamente hacia mis pechos.
El los acariciaba y los apretaba, se sentía tan rico, después él fue bajando hacia mi feminidad y metió su mano por debajo de mis pantalones y yo sentí una electricidad recorrer por todo mi cuerpo.
El saco su mano y se la metió a la boca y me miró a los ojos-Sabes deliciosa-me sonroje como un tomate y él comenzó a besarme pero más brusco que antes como si me necesitará para sobrevivir, después él me saco el pantalón y después la blusa, desvíe la vista por un momento y el me tomo por el mentón para que lo mirara y susurro-Te amo Elizabeth-y me dio un beso suave y dulce-Yo también te amo-el sonrió ampliamente y continuó besándome.
El ya había logrado deshacerse de mí sostén y mis bragas estaba completamente desnuda ante el. Mientras se colocaba el condon me miraba fijamente a los ojos y al terminar entro suavemente, yo arquee mi espalda al sentirlo y él después de un momento aceleró el ritmo de las estocadas, después él me levanto hacia el y los dos nos miramos fijamente hasta que me beso. Diego comenzó a moverse más rápido y yo le clavaba las uñas todavía más fuertes en su espalda el gimió muy fuerte-¡¡¡Ohhh Elizabeth!!!-¡¡¡¡Diego!!!!-los dos llegamos al orgasmo y caí a su lado en la cama pero al parecer el no había terminado.
-Elizabeth esto todavía no se acaba-dijo con la respiración forzada-
Yo solo abrí los ojos como platos y en un abrir y cerrar de ojos yo estaba en la posición del perrito, una posición muy vergonzosa.
-¿Diego que es eso?-el sostenía un líquido en sus manos y después de mirarlo dos veces era lubricante y yo me quede sin habla nunca lo había hecho por detrás ¡está loco!. El me vio con una sonrisa maliciosa y vertió el líquido en mi agujero y después de untarlo correctamente, el entro su dedo de mi.
-¡Diego!-chille asustada por el dolor-
Cuando noto que ya me estaba acostumbrando entro dos dedos más con los que hizo movimientos de tijera y yo solo pensaba que él quería partirme en dos.
-¡Diego ya no puedo más!-
El hizo caso omiso de mi súplica y entro el tercer dedo, dolía al principio pero después de un rato se sentía bien y yo hasta me acercaba en busca de más placer.
El noto mi movimiento y saco los tres dedos, yo me volteé para reprocharlo pero lo que vi fue a él untándole más lubricante a su pene. Trague fuerte y él posicionó su pene en mi entrada y comenzó a entrar despacio, mis piernas temblaban y se me salían unas cuantas lagrimas, el entro por completo y yo chille.
-¿Estás bien?-asentí con la cabeza y moví mis caderas-
El comenzó suave para que me acostumbrara y ya después de un rato me dio más fuerte, al punto que ya no sabía si era dolor o placer, o tal vez una mezcla de ambos. Estaba comenzando a creer que me había convertido en una masoquista, Diego entro dos dedos en mi vagina y comenzó a acariciar mi clitoris.
Yo no podía con tanto placer, después de unos movimientos me corrí y me desplomé, a penas podía tener el culo alzado pero Diego me sostenía con sus dos manos. El aumento el ritmo hasta que se corrió dentro de mi ano, él cayó al lado mío y voltee la mirada para ver cómo el semen se escurría por mis piernas. Lo mire y él me ayudo a acomodarme entre sus brazos.
-¿Te gusto?-
-Me encanto-
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Deseos prohibidos
Romance-¿Me podría dar un poco de leche?-pregunté acercándome hacia el- -Con gusto, pero para eso tendrías que ponerte de rodillas y buscarla por ti misma-dijo arqueando una ceja-