Elena
James y yo llegamos al apartamento y yo ya estaba muy cansada así que estaba bostezando como loca todo el tiempo.
-Vamos a dormir princesita-dice James juguetón-
Yo asiento medio adormilada y llegamos a su habitación donde caigo como tronco en la cama, nada más escucho una risilla de James pero no le doy importancia y me dejo caer en los maravillosos brazos de morfeo.
(...)
Me levanto desorientada y observó que todavía está muy oscuro y miro en el reloj de la mesita de noche que son las 3:30 de la mañana y alarmada despierto a James.
-¡¡James!!, ¡¡James!!-lo zarandeó y lo muevo hasta que el rechista y se levanta-
-¿Que pasa?-pregunta con los ojos cerrados y adormilado-
Se veía tan adorable.
-¡El demonio me está llamando!-gritó desesperada-
A lo primero James como que no capta la información pero después abre los ojos como platos y me mira horrorizado.
-¿¡Que rayos!?-
-Es que mira la hora, son las 3:33 de la mañana es la hora en la que el diablo sale-
-¿En serio Elena?-me pregunta con cara de póker-
-¡Si!, ¡muy serio!-digo alarmada-
-Esos son solo mentiras vuelve a dormir-dice ya cansado-
-Es que no puedo...me ha llegado como no se ese momento que le da a las mujeres donde quieren joder a todo ser viviente-
-¿No será porque tú eres molesta y ya?-lo miró ofendida y el solo rueda los ojos-
-Cariño déjame informarte que las mujeres estamos hechas para gobernar el mundo y ese es un don que se nos ha sido otorgado así que ubícate-James nada más giro los ojos y se cubrió con las sabanas-
-Buenas noches Elen-
Yo hice un puchero y me levante de la cama para ir por algo de tomar...me tome un vaso de agua y volví a la cama, me acosté y comencé a tratar de dormirme de nuevo.
James
Me levanto y encuentro a Elena todavía dormida cubierta por las sabanas, le acaricie un poco el cabello mientras la admiraba y me llego el recuerdo de lo qué pasó anoche y no pude evitar reírme. Ella aveces salta con cosas que ni siquiera se de donde las saca...cómo diablos se le ocurre que el demonio la está llamando, pero bueno la amo así de rarita. Me levanto y me estiro un poco para después ir al baño y lavarme los dientes, se me ocurre prepararle el desayuno así que bajo a hacer los panqueques. Cuando ya tenía todo listo subí las escaleras y mi querida princesa todavía seguía durmiendo.
-Princesa...-la llame pero ella no respondía-
Así que deje el desayuno en la mesa y me tire encima de ella para comenzar a hacerle cosquillas, ella despertó al instante y comenzó a reír gritándome piedad y que parara, yo lo hice después de un rato y me acomode en la cama.
-¿Acaso quieres matarme?-pregunto sarcástica-
-Umm nope, solo quiero darte el desayuno-
-Bueno-hizo un puchero y le di un pico-
-Voy a ducharme-ella asintió y fui al baño-
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Deseos prohibidos
Romance-¿Me podría dar un poco de leche?-pregunté acercándome hacia el- -Con gusto, pero para eso tendrías que ponerte de rodillas y buscarla por ti misma-dijo arqueando una ceja-