Elizabeth
Elena se acercaba a James y la perra junto a él. Estaba asustada por lo que ella pudiera hacer, se que no es una loca... Bueno, se que no está tan loca. Volví a mirar a Elen y esta vez me fijé en lo que traía puesto, un abrigo de cuello de tortuga. Ella odia esas cosas, ella no se las pondría a menos que... ¡Tiene el real chupon! Me reí internamente por eso.
Elena
¡Estaba furiosa! No me gusta que esa zorra está tan cerca de James, y menos después de saber que es su Ex.
—¿Profesor Brown no interrumpo? —pregunté seriamente cómo toda una niña buena.
—No... ¿Que necesitas? —dijo de lo más normal. Vaya es bueno disimulando.
—Es que usted dijo que teníamos que hablar algo sobre las olimpiadas, y me preguntaba si podría ser en este momento —le dije coquetamente mientras hacía un mohín.
El me miro un momento y se volteó hacia la perra.
—Pienso que deberías decirle a otro profesor que te ayude con la introducción Nadia, aunque sigo pensando que no es necesario.
Ella lo miró molesta y a mí me lanzo una mirada asesina, yo compuse mi mejor sonrisa cínica. Y ella bufó.
—Esta bien James. Espero que salgamos algún día, adiós.
¡¡Salir!! Esa puta esta loca pero de remate después de todo lo que le hizo a James, todavía quería que salieran. Y yo que creía que no podía ser más puta. James asintió y ella salió de la clase, pero no sin antes darme una de sus encantadoras miradas asesinas.
—Elena... —dijo James preocupado.
—¿De qué estaban hablando? —pregunté cortante.
—Ella solo estaba dando excusas para que pasáramos tiempo juntos nada más.
Se veía que lo decía sinceramente, así que relaje la mirada y solté el aire que había estado aguantando este tiempo.
—Mejor me voy a sentar, pronto llegarán los estudiantes —el me miró y asintió.
—Quiero que hablemos después de clases.
—Esta bien y hay algo de lo que quería hablar también —nos miramos y me fui a sentar en mi sitio.
Llegue a mi lugar al lado de Eli, mas sin embargo esta no dejaba de mirarme con esa cara de que pasó, no me dejes así.
—Te cuento después... —dije antes de que ella pudiera decir algo, asintió y los demás fueron llegando.
Durante la clase se podía notar que James estaba fuera de si, ni siquiera podía explicar bien así que él decidió que hoy no daría la clase completa.
—Bueno chicos les dejo los últimos 30 minutos libres.
—Profesor Brown ¿podemos jugar a algo? —dijo una de esas chicas pinkis, con voz de mini duende irritante.
—Si claro, ¿a qué quieren jugar?
—Preguntas y respuestas —dijo un chico en el fondo, James se quedó pensativo y asintió.
—Ok. ¿Qué quieren saber?
—¿Tiene novia profesor? —pregunta una chica morena del fondo.
—Si, y la amo mucho —yo me sonroje porque mientras decía eso me miraba fijamente.
Todos los estudiantes comenzaron a decir "uuu" y a reír. Aunque las perras maldecían por lo bajo y refunfuñaban por su mala suerte.
—¿Es bonita? —pregunta un chico rubio que estaba detrás mío.
—Es muy hermosa... es la chica más hermosa que he conocido.
No podía estar más roja, y para el colmo Elizabeth me soltaba ojitos picarones y yo no podía estar más avergonzada.
—Profesor ¿Cómo se llama su novia?
—Pues ustedes están muy curiosos hoy, eh chicos-todos se rieron mientras asentían.
-¿Cómo es en el sexo?-preguntó un atrevido y yo me puse todavía más roja, todos miraron al profesor y empezaron a pedir que responda.
—Chicos, eso es privado y debo decir que fue una pregunta muy atrevida. Solo yo puedo saber cómo es mi diosa en la cama —dijo con una sonrisa triunfante mientras me observaba.
No podía estar más roja como pudo haber dicho eso, y lo peor es que no dejaba de mirarme. Elizabeth solo exploto en risas. La quería matar a la muy perra... yo casi me muero cuando dijo eso.
La campana sonó y por fin se acabo esta tortura, como era la última clase espere a que todos salieran. Aunque al parecer todos tenían ganas de quedarse y que James les respondiera más preguntas.
—Profesor. ¿Podemos hacer una última pregunta antes de irnos? —dijo un chico de cabello rojizo.
—Si claro.
—¿Qué es lo que más le gusta de su novia?
—Me gusta absolutamente todo de ella .
El estudiante asintió satisfecho y todos salieron. James se acercó y le puso seguro a la puerta, yo baje hasta su escritorio, aun con la vergüenza latente en mi cara.
—¿No es mejor irnos a casa y hablar de eso allá?
James se me acercó y me acarició la mejilla, mientras que con la otra me tomaba de la cintura y me acercaba lentamente hacia el.
—Si, pero tus labios los necesito ahora —susurro contra mis labios.
James me beso con fervor y yo gemí por la sorpresa. El sonrió durante el beso y me apretó más contra él. Cada vez más el beso se volvía demandante y mi necesidad de más aumentaba, estaba a punto de perder el control hasta que nos separamos.
—Ahora si podemos irnos a casa.
Me quede un momento en shock por separarnos tan bruscamente pero en un instante me recompuse y me acomode el uniforme. James recogió sus cosas y yo tomé mi mochila para después quitarle el seguro a la puerta.
El sonrió y yo asentí feliz. Mientras estuviera con el, todo estaría bien.
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Deseos prohibidos
Romance-¿Me podría dar un poco de leche?-pregunté acercándome hacia el- -Con gusto, pero para eso tendrías que ponerte de rodillas y buscarla por ti misma-dijo arqueando una ceja-