¡A disfrutar!

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Elena

Estaba con Elizabeth en un pequeño café tomando unas bebidas, ella estaba muy rara y preocupada, tal vez sea por Diego.

—¿Eli que te pasa? Ya llevas un buen rato jugando con la pajita de tu bebida.

—Es que... me siento como una cerda... —dijo ella exasperada.

—Pero si todavía estás flaca. Si con tan solo un mes estás así, no me imagino cuando ya te empiece a salir barriga.

—Es que últimamente estoy comiendo como una cerda, como todo el día —no podía ser más dramática.

—Es normal, cálmate —de repente su mirada se tornó maliciosa.

—Elen... Mi querida Elen —dijo con una sonrisa que no me inspiraba nada bueno.

—¿Eli..? No me está gustando para nada esto... —dije mirándola fijamente.

—Elen. ¿Sabías que un tal Nick va a hacer una fiesta?

—Nick, el futbolista más popular de la escuela. ¿Qué pasa con eso? dijo ya sabiendo lo que quería.

—Pues... ¡Qué tenemos que ir mujer! —dice ella muy emocionada.

—Elizabeth. Estas embarazada y no, como que una fiesta estas loca —digo cruzada de brazos.

—Elena... ¿Hace cuánto que no vas a una fiesta y te diviertes como Dios manda? —la verdad es que hacía mucho tiempo que no iba a una fiestaA parte tú cumpliste tus 17 y no hiciste una fiesta como dios manda y yo cumpliré mis 18 en dos semanas más imagínate —todavía me acuerdo del lío ese día.

*Flashback*

—¡¡Feliz cumpleaños!! —gritaron todos cuando entre al salón de clases.

—Chicos... —Estaban James, Elena, Diego y un par de amigas que había hecho... Estaban todas en el salón de clases.

Elizabeth se acercó para abrazarme y después todos en fila, James se acercó, me dio un abrazo y me susurró algo en el oídoEn la casa lo celebraremos más a fondo— con eso ya sabia de que hablaba se separó y trajeron un pastel.

El pastel llevaba escrito ¡Felices 17!, aunque no había sido una de estas fiestas grande era perfecta... Y no hubo clases gracias a eso, así que todos me lo agradecieron y desde ahí empecé a hacer más amigos.

*Fin del Flashback*

—Elizabeth... —todavía no estaba muy convencida.

—Elena... Sé que te preocupa que estoy embarazada, pero es que pronto no podré salir como antes... y quiero que antes de que llegue ese momento en el que me estaré quejando de todos los dolores del embarazo y te joda la existencia, disfrutar un poco. Engancharme en unos tacones súper altos, un vestido ajustado y maquillarme para poder salir y disfrutar sin preocupaciones. ¿Es mucho pedir?.

—Esta bien... pero no beberás más que una o dos cervezas solo porque el doctor dijo que eso no te afectaría mucho —a Eli se le dibujó una sonrisa en el rostro y fue directo a abrazarme.

—Sabes que te amo mucho cierto —dijo efusiva, yo rodé los ojos y la seguí abrazando.

—Ya pesada —ella se alejó y puso sus manos en mis hombros.

—Tenemos que ir de compras. ¡Ahora! —exclamó muy alterada.

—Calma que tenemos tiempo.¿Cuándo es la fiesta? —Eli puso una sonrisa, y bajo los ojos como si hubiese hecho algo malo.

—Es hoy... —dijo con inocencia.

—¡¡Qué!! —como se lo ocurría contármelo el mismo día de la fiesta —Mejor vamos ahora mismo al centro comercial.

Las dos terminamos nuestras bebidas rápidamente. Llamamos un taxi y nos fuimos al centro comercial, si no estuviera embarazada la mataría en estos instantes.

James

Como hoy Elena estaba con Elizabeth aproveche para avanzar un poco de trabajo extra porque no tenía ganas de salir ni nada por el estilo. Cuando acabe alguien entró en mi oficina.

—Hola James —dijo alguien en tono coqueto desde la puerta, alce la mirada y rodé los ojos.

—Hola Nadia —ella se acercó provocativamente hacia mí y se sentó en mi escritorio.

—¿Cuánto tiempo? Porque pienso que me has estado evitando estos días... —dice ella tomando mi corbata entre sus dedos.

—He estado ocupado —dije quitando su mano de mi corbata y parándome para ponerme a una distancia más razonable.

—Es que... ¿ya no me quieres jamecito? —dijo haciendo un mohín.

—Estoy en una relación y agradecería que me dejaras tranquilo —ya me estaba irritando mucho.

—¿Porque me tratas así? ¿Es que acaso te has olvidado de los buenos momentos que pasamos juntos? —preguntó bajándose del escritorio.

—¡¡ES QUE ACASO NO TE ACUERDAS!! —no me gusta gritar pero ella me estaba sacando de mis cabales.

Ella se asustó y abrió los ojos como platos.

—James... Fue un error, yo todavía te amo —dijo ella mientras le salían lágrimas de cocodrilo.

—Un error... ¡Un error!. ¡¡ME ENGAÑASTE CON MI MEJOR AMIGO!! —ella dio un paso hacia atrás.

—James. E-eso solo fue una estupida equivocación... Todos cometemos errores —cada vez que la veía me daba asco.

—Ahora es una estupida equivocación—dije sarcásticamente —¿Sabes que? Lárgate ya de mis despacho —no aguantaba más esta situación, si ella seguía aquí no sé qué haría.

—Pero James... —dijo acercándose un poco hacia mi.

—¡¡QUÉ TE LARGES!! —ella me miró con odio y se largo.

Me deje caer en mi silla y trate de tranquilizarme. Como puede venir aquí y decirme que me ama después de todo lo que me hizo, es que acaso no tiene respeto por ella misma. Le di un puñetazo a la mesa y me quedé mirando por la ventana.

Nadia

El es mío, solo mío y de nadie más, si él cree que se deshará de mí tan fácilmente está muy equivocado. Yo sé que el todavía me ama y aunque lo niegue, sé que todavía lo hace. Tengo que hacer algo, pero primero tengo que descubrir quién es la zorra con la que está.

Deseos prohibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora