James
Estaba dando un paseo por los pasillos del colegio para despejar mi mente y burlarme de los estudiantes que corrían a sus clases, los que se escapaban para hacer indecencias en el baño o los que simplemente trataban de salir. Mientras iba caminando pasé por la clase de Elena y la vi tan hermosa como siempre.
Se veía muy concentrada en la clase, no sabía que le interesaban tanto la historia, una profesora me sorprendió mientras observaba.
—Buenos días profesor Brown —dijo una mujer como de algunos 40 años se veía cansada y aburrida de su trabajo.
—Buenos días profesora Clen —respondí con educación o eso pende yo.
—No sabía que tenía interés en la clase de historia, creía que su fuerte eran las matemáticas — esa mujer si es metiche, que le importa si estoy en su clase o no.
—Bueno todos tienes su propio interés, pero si me disculpa tengo que ir a revisar unos papeles a mi oficina — espete lo más calmado posible, esa mujer me ponía nervioso.
—Ah y no se olvide de que hoy llega una profesora nueva y usted es el que tiene más tiempo debería enseñarle el programa —refunfuño la vieja esa, asentí y salí disparado antes de que me pidiera algo.
Cuando llegue a mi oficina me tumbe en el sofá y trate de despejar mi mente, se supone que hoy tenía que dar clases y tendría el día ocupado pero tal parece que no, que ha habido un problema con el horario y ninguno de mis estudiante vino.
Alrededor de las 12:30 me fui a recibir a la nueva maestra de arte, se decía que había estudiado en París en una de las mejores escuelas, llegue muy rápido y al verla recibí una sorpresa no muy agradable que digamos.
—¿James...? —dijo una rubia con ojos color verde.
Aunque al principio no la reconocí ya me fui dando cuenta de quién era.
—¿Nadia?
No puedo creer que sea ella es imposible, me repetía a mí mismo una y otra vez.
—¡Si soy yo! Al parecer te acuerdas de mí.
—Como olvidarme —era Nadia mi ex.
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Deseos prohibidos
Romance-¿Me podría dar un poco de leche?-pregunté acercándome hacia el- -Con gusto, pero para eso tendrías que ponerte de rodillas y buscarla por ti misma-dijo arqueando una ceja-