Capitulo 17

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Narra Belinda.

Me desperté un poco aturdida...Lo veía todo borroso y mis parpados pesaban mucho, sabía que no estaba muerta y también sabia que no estaba en mi cuarto ¿Dónde estoy?

Mas tarde pude ver con claridad que estaba en un cuarto de hospital, me dolía la cabeza mucho, miraba por todo los sitios y vi que no había nadie en la habitación, iba con una bata de enferma y en mi brazo izquierdo estaba conectado a un cable que conducía a una bolsa de un liquido transparente y en el otro brazo tenía conectado a una maquina que marcaba mis pulsaciones del corazón.

Me quite la que marcaba mis pulsaciones y me senté en la cama de hospital, luego con todas me fuerza me levante de la cama y yendo paso por paso hacía la puerta, mis piernas temblaban como flan y me sujetaba con el esta cosa que era un perchero y que sujetaba las bolsas estas de liquido.

No pude aguantarme mas y me caí al suelo de moros, en ese mismo tiempo alguien abrió la puerta de la habitación.

-¡Que haces fuera de la cama! Aun no tienes fuerzas para estar de pie, ven, te voy a llevar a la cama otra vez.-Me dijo la enfermera cogiéndome cuidadosamente.

Me llevo despacio otra vez hasta la cama, ahí me recosté y me tapo con las sabanas blancas. 

-Ahora no vuelvas a salir de la cama hasta que el medico te lo diga, voy a buscarlo y tu no te muevas de aquí.-Me dijo ella casi amenazando fríamente y se fue de la habitación.


Minutos mas tarde entro el doctor y detrás de el estaba Dita sonriéndome sabiendo que estaba viva.

-Hola Belinda ¿Cómo se encuentra?-Dijo el doctor con una sonrisa amigable.-Me duele un poco la cabeza...-Dije yo con la voz débil.-Bueno es normal no te preocupes, dentro de poco se te pasara. Ahora lo que necesitas es tener mucho reposo para recuperarse de todo. Ya porque la lejía le a quitado muchas fuerzas y le a echo mucho daño a todo su cuerpo, estarás en el hospital durante cinco semanas o mas. Ahora te dejare a solas con su madrastra, mas tarde vendrá la enferma a darte de comer.

-Gracias doctor...-Dije yo con la mirado para bajo.-No hay de que, aquí estamos los médicos, para mantenerlas y salvarlas.-Dijo el sonriéndome y guiñándome un ojo y después se fue dejándonos a solas.

-Espero que te recuperes rápido...Casi muero de un susto cuando te vi en el suelo en malas condiciones.-Dijo Dita con una sonrisa débil acariciándome el hombro derecho.-¿Brian sabe que estoy aquí?

-Si y también le explique que te habías bebido toda la lejía.

-Dios...Ahora estará como una furia conmigo. Menos mal que aun queda un mes para verle...

-Bueno, cuando le dije eso el decidió venir esta semana a verte. Y seguramente ahora estará en un avión en dirección a los Estados Unidos para verte.

¿¡Como!?¿¡Que esta en una avión para verme!?¡Ay dios ahora si que me e metido en un lío muy gordo!

-No se si le quiero verle...No quiero que me vea en esa condiciones, seguro que me gritara y me odiara como siempre.-Dije yo llorando.

Dita no me dijo nada, me miraba tristemente a mi, no sabía tampoco como animarme.


Mas tarde vino la enfermera con una bandeja que allí traía la comida, me la puse delante de mi y se fue. Vi que mi comida era sopa de fideos y agua, no tenía mucha hambre ya que me siento mal por comer y no se el porque...

-¿Pasa algo con la comida Belinda?-Me pregunto Dita.-¿Quieres que llame de nuevo a la enfermera y haber si te traen otra cosa?

-No, no es eso. Es solo que...No tengo hambre.

-Tienes que comer. No puedes estar todo el día con el estomago vacío, no has comido nada desde que te despertaste y será mejor que comas ahora antes que te de algo por no comer.

-Ya pero el problema es que no tengo hambre y si no tengo hambre pues no voy a comer. Ya comeré algo por la noche pero no pienso comer ahora.

-Belinda por favor, no te comportes como una niña de cinco años, ya tienes 14 años. Al menos come cuatro cucharadas de sopa y ya esta.

-No quiero.

-Por favor Belinda, por cuatro cucharadas de nada no te vas a morir.-Dijo Dita un poco enfadada.

Me quede en silencio unos segundos y al final respondí.

-Bueno vale comeré las malditas cucharadas, pero luego no me vengas con una mas.

-Te lo prometo.-Dijo ella jurándolo con las manos.

Entonces comí las cuatro cucharadas y luego bebí un poco de agua.

-Lo ves, a que no a sido para tanto.-Dijo Dita sonriendo.-No...Voy al baño a refrescarme un poco que tengo calor. 

-Vale yo te espero aquí.

Me levante de la cama cuidadosamente para no caerme como la ultima vez y salí de la habitación para ir al baño. Cuando llegue vi que no había nadie en el baño de las chicas, me encerré en uno de los váters y abría la taza del váter.

Allí me puse de rodillas y abrí mi boca y me metí dos dedos hasta la garganta. Me salió una arcada y luego ya me vino ganas de vomitar y allí expulse el vomito que me había provocando. Me dejo el estomago otra vez vacío, pero me sentía mejor así estando con el estomago vacío.

Salí de allí, me seque las lagrimas y me mire al espejo, me veía horrible. Se me veía muy bien los moratones de mi frente, y los cortes se me notaban algunos estaban horribles que los otros y mi cara parecía y mis ojos estaban como cansados, pero eran las consecuencias que me hicieron tener mis compañeros de instituto.

Salí del baño y me fui a mi habitación como si nada. 



Era de noche, Dita ya se había ido hace rato y estaba sola en la habitación mirando la ventana del hospital, no había nadie en la calle, se escuchaba el ruido de los grillos y las luces de la farola iluminando la calle, realmente me sentía aburrida.

Entonces alguien abrió la puerta, me gire y vi que era Brian. Estaba parado en la puerta mirando fijamente, estuvo allí durante unos segundos y luego se acerco a donde estaba yo. 

-¡A-Ah Brian yo..!-Fui interrumpida por un abrazo de el.

Estaba con los ojos abiertos de lo sorprendida que estaba, no me había reñido y era la primera vez que el me daba un abrazo. Yo no le estaba abrazando pero unos segundos después le abrace yo también a el.

Estuvimos así unos segundos, ninguno hablaba y pude sentir que el estaba alegre por verme y que estaba viva.

Dejo de abrazarme y me miro diciéndome.

-¿Porque lo hiciste?

-Eh...Yo...Yo...-Decía yo cortante mirando mis pies tímidamente.-No...No me encontraba bien...Me sentía triste...-Solo pude decirle esto porque comencé a llorar un poco por recordar todo lo que me hacían.-No hace falta que me lo digas ahora si no quieres. Mañana si quieres me lo explicas con mucha mas tranquilidad.-Dijo el con una voz tranquilizadora.-Deberías irte ya a dormir...Es demasiado tarde y tienes cara de cansancio.

-Sí, tienes razón...Debería irme a dormir.-Dije yo sin mirarle la cara.

Me fui a la cama y allí me recosté tapándome con las sabanas blancas y aun sin mirarle, Brian me acaricio el cabello y me susurro en la oreja una "Te quiero" y se fue.

Y después yo me quede dormida en un profundo sueño.   

   


La hija de Marilyn MansonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora