El hombre de mi vida.

TREINTA Y UNO.

—Hola — saludo a Evan cuando tomo asiento en un taburete de la barra del bar.

—Hey, tu, chica ¿Cómo haz estado? Hace mucho que no te veo.

Ruedo mis ojos hacia él —Pero si nos vimos hace apenas una semana, eres un exagerado.

—Es solo que te extraño tanto. 

Río —Eres un ridículo. 

Evan hace una mueca hacia mi, y me entrega una bebida, doy un sorbo, es realmente buena y refrescante.

  — Esto esta muy bien —  digo lamiendo mis labios —  ¿que es?

— Una mezcla de cítricos — explica — , la vi en Internet y quise hacerla, eres la primer persona que la prueba. 

  — Pues sabe bien, solo espero que no me haga daño en el estomago — bromeo. 

— Seria incapaz —  dice, con fingida preocupación.  

Reímos y bromeamos un rato mas; hasta que Colton y Justin vienen a buscarme y la sonrisa en el rostro de mi amigo desaparece. Aun no le he dicho nada sobre Justin y yo, pero no creo que sea incapaz de sumar dos mas dos y dar con el resultado de que al menos tenemos algo. Lo digo de esta manera porque cuando estoy con Evan y Justin esta cerca, Justin se pone todo territorial, no de manera muy obvia, por supuesto, porque mi tío aun no sabe nada de nosotros, pero le lanza miradas de odio a Evan si estamos platicando, o riendo. 

  — Te veo después, Dan—  se despide Evan y se aleja hacia el otro extremo de la barra.  

Le lanzo un beso con mi mano y le sonrió. Justin me frunce el ceño, pero lo ignoro. 

  — Así que ¿porque me pidieron encontrarme aquí hoy? —  pregunto, mientras paso mis brazos por la cintura de mi tío y me abrazo a él. 

  — Porque es tu ultima noche conmigo, mañana te vas a California —  dice Colton, dejando un beso en mi frente. 

  — Pero si me alcanzaras allá en un par de días.  

  — Si pero te extrañare. 

— Estás tan extraño.  

Salimos del bar y me llevan a un restaurante al que nunca había ido, la briza fresca de la noche sacude mi cabello y hace que se me erice la piel, me da un poco de frió, Justin lo nota y me da su chaqueta. Me queda algo grande pero es cómoda, y huele a él, cosa que me encanta. 

Después de cenar me lleva a una bar que deja a entrar a menores de edad, donde también hay una pista de baile. 

Bailamos hasta entrada la mañana, mi vuelo sale a las diez, por lo que me voy directo al aeropuerto sin dormir, me despido de Colton y de Justin con un gran abrazo y un beso en la mejilla, les digo que los veré pronto y paso a la sala de abordaje. 

No es sino hasta que estoy acomodada en mi asiento del avión que me doy cuenta que aun estoy usan la chaqueta de Justin, me abrazo a ella y lentamente me quedo dormida. 

Me despierto cuando la azafata me ofrece algo para comer, acepto gustosa, mi estomago pide a gritos un poco de  comida, acepto un emparedad y una vaso de jugo de naranja, me saben a gloria.  

Para cuando llego al aeropuerto de Los Ángeles, Zack y Marck ya están esperando por mi, corro hacia ellos y los abrazo fuertemente.

El camino hacia su casa esta lleno de bromas, anécdotas y canciones mal  cantadas por nuestra parte.  

Al llegar a su casa, saludo alegremente a sus padres e intento no llorar por lo mucho que me recuerdan a los mios. 

Le prometí a Colton que no iría a mi casa hasta que él llegara aquí y  mantendré esa promesa. Necesito a mi tío a mi lado para poder afrontar esto, aunque hayan pasado ya mas de seis meses, se sigue sintiendo muy reciente para mi.