CINCUENTA Y DOS.

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Espero a que Colton termine la llamada antes de tomar el valor suficiente para acercarme y preguntar que es lo que le ha dicho a Justin. 

—¿Es cierto? — pregunto con voz débil, debido a la inseguridad que me causa el hecho de que su respuesta pueda no ser positiva. 

—¿Qué? — pregunta de vuelta, vagamente confundido. Sabe que yo no soy del tipo de personas que escucha las llamadas de alguien mas. 

—Lo... — trago saliva; no se porque se me dificulta tanto decir esto — lo que le has dicho a Justin, que puede pedir un cambio de hospital.

El frunce el ceño ligeramente antes de comenzar a asentir —Si, se lo he dicho, pero no te ilusiones demasiado, Jourdan, el puesto en el que Justin está ahora es muy bueno y le ayuda mucho en su carrera, se esta haciendo un hueco en el gremio de los médicos jóvenes, las personas importantes en este medio están comenzando a notarlo... 

Deja las palabras al aire, se lo que quiere darme a entender: que no le deje caer mas presión encima de la que ya tiene. 

  — Ademas, no falta mucho para tu graduación, y aun no sabemos donde tendrás que hacer tu internado.  

Asiento —Iré a mi habitación — hablo quedamente.

Comienzo a subir las escaleras cuando escucho la voz de mi tío hablándome —Jourdan, por favor no lo tomes mal.

—No lo hago, entiendo lo que me dices — le sonrió y termino de llegar a mi cuarto. 

Mi computadora de escritorio suena con una vídeo llamada. Sé quien llama, lo hace siempre a esta hora y hasta el día de hoy no ha faltado nunca. 

Contesto rápidamente, pero no estoy cerca de la pantalla ni de la cámara cuando la imagen por fin se aclara se enfoca. 

  — Hola, ¿estas ahí?  —  pregunta Justin. 

  — Si, lo estoy—  contesto sentada desde la cama, donde me estoy vistiendo con mi pijama. 

No te veo.

— Lo se.  

  — ¿Estas bien? Te escucho, no lo se, diferente.  

  — Si, es solo —  no creo que sea una buena decisión decirle que se sobre su oportunidad del cambio de hospital; pienso antes de hablar. Creo que me  he quedado callada por un tiempo porque es Justin quien rompe el silencio llamándome por mi nombre —Es solo— vuelvo a decir — que estoy algo nerviosa, mi graduación se acerca, y después el internado. 

Me acerco finalmente a la computadora, tomo asiento y por primera vez en el día veo el rostro de Justin a tiempo real. 

 —¿Hace frió haya? — le pregunto, cuando veo que tiene puesta una sudadera

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 —¿Hace frió haya? — le pregunto, cuando veo que tiene puesta una sudadera. 

Niega —Es el aire acondicionado de mi departamento. 

El hombre de mi vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora