CUARENTA Y TRES.

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Si un hombre quiere a una mujer, nada lo va a parar; y si un hombre no quiere a una mujer, nada lo hará quedarse.

Tal vez Justin no me quería lo suficiente como para quedarse.
No estoy diciendo que no me quiera o que no sintiese algo por mí... Solo digo que no me quería lo suficiente como para intentarlo un poco.

Tal vez llegue a su vida solo para arruinar sus planes o interferirlos un poco. Pero no soy una constante suficiente como para que me haya incluido en ellos.
Yo no me veía como algo seguro para él como para ser parte de su futuro.

Tal vez eso fue.

Tal vez eso me estoy obligando a creer.

Eso me estoy obligando a creer.

El semestre de otoño comenzó y ya estoy de vuelta en la escuela. Enterrada en un montón de libros, tareas, ensayos y reportes pendientes.
Estoy que me ahogo de tarea pero es una buena distracción.
Casi no pienso en Justin, casi...
Pero a veces lo recuerdo, como cuando en el cajón de mis accesorios me topo con el anillo de promesa que me dio, o en mi librero veo la trilogía que me obsequió por Navidad.

O como cuando Colton me platica lo que Justin le dice sobre su nuevo trabajo y su nueva ciudad.

Le he dicho la verdad a Evan, sobre Justin y yo. Al principio le sentó mal. Me dijo que él se sentía atraído por mí y guardaba una pequeña esperanza de que yo también sintiese una atracción hacia él.

Pero recuperó su actitud de amigo y me consoló cuando rompía a llorar en los momentos menos oportunos.

Renuncié al trabajo en el hospital porque me recordaba demasiado a Justin, en cambio, conseguí un empleo de medio tiempo en una librería que está cerca de casa.

Me siento como en el paraíso.

Entre la escuela, las tareas y mi trabajo, los días se me hacen cortos y rápidos y cada uno sustituye al anterior.

Después de esa noche Justin no me volvió a llamar y yo borre su número de mi teléfono.

Si me llegase a llamar, sería un número desconocido y yo no me atrevería a contestar.

—Hola—saluda Evan entrenado al local donde trabajo cinco minutos antes de mi hora de salida.

—Hey—le saludo, acomodando unos libros recién llegados en los estantes de novedades.

—¿Quieres ir a cenar algo hoy?

—¿No tienes que trabajar?

Niega, toma un libro y lo hojea —Esto huele bien — ríe — . Hoy no, mañana doblo turno en el bar.

—Vale, sólo terminó con esto y vamos.

Él me espera y diez minutos después estamos caminado por la acera hacia nuestro lugar favorito.

Esta demás decir que no he vuelto a ir al restaurante de Joe, si he comido de su pizza, pero suele ser para llevar y es Colton quien se encarga de ir por ella.

En cambio entramos a este pequeño pub echo para estudiantes en el sótano de un edificio de departamentos.

—¿Qué quieres cenar?

—Lo de siempre.

Evan va hacia la barra y ordena nuestras bebidas y comida mientras yo voy a buscarnos una mesa.

Elijo una de esas mesas que tiene lugares para dos personas juntas y esta acolchonado tanto en el asiento como en el respaldo, se encuentra ubicada en el fondo del local, lo que me permite ver todo el lugar.

Cinco minutos después Evan llega con nuestras bebidas, y cuando está tomando asiento frente a mi, anuncian que nuestra comida está lista, porque lo se vuelve a poner de pie y va a la barra.

Regresa de inmediato.
Mi plato habitual suelen ser dos rebanadas de pizza con una orden de papas francesas y un extra de queso amarillo para nachos.

El habitual de Evan es una hamburguesa doble con tocino, aguacate, piña, papas francesas y pepinillos.

¡Ugh! Pepinillos. No sé cómo le gustan.
Ah, y un montón de salsa de tomate(ketchup) también.

Colton me manda un mensaje preguntándome dónde estoy y yo le informó de mi paradero.

—¿Ya te aprendiste los huesos del cuerpo? —me pregunta Evan, descuidadamente.

—No — digo, con voz sufrida —, estoy tentando a intentarlo con la canción de los huesos que salió en Hanna Montana.

Él ríe —Cualquier cosa con tal de que te los aprendas es bueno.

Me río y le lanzó un pequeño pedazo de papa —La descargare apenas llegue a casa.

En ese momento llega Colton ya con su plato y su bebida listos.

—Hola chicos— saluda.

Últimamente se reúne mucho con Evan y conmigo. Creo que el hecho de que su mejor amigo se mudará de ciudad también le afecto. No tanto como a mí, pero si causó un efecto en él.

—¿De qué se ríen? —pregunta. Llevando su mirada de Evan hacia mi.

—Jourdan va a intentar aprenderse los huesos del cuerpo con una canción de una serie infantil.

—¡Oye!—le reclamó —Hanna Montana es para todas las edades.

Colton se ríe —Tengo una guía sobre los huesos en casa ¿porque no me habéis dicho antes?

Me hundo de hombros —Supongo que lo olvide.

En es momento suena su móvil. Ve la pantalla y frunce el ceño. Tras saliva antes de decir —Es Justin—dice quedamente —, le estoy ayudando con un paciente, ahora vuelvo —se excusa y sale del lugar.

Justin. Justin. Justin. Justin. Justin.

—¿Te encuentras bien? — me pregunta Evan, tomando mi mano por encima de la mesa.

—Si —suspiro. Como deseo que mi mundo no deje de girar por un mili segundo a la mención de su nombre.

—¿Estás segura?

Asiento.

—Vale —contesta Evan, no muy convencido.

No estoy completamente segura, pero con el tiempo me olvidaré de Justin y de todo lo que aún me hace sentir ¿verdad?







GRACIAS POR LEER, xoxo❤️🌸
3 capítulos en un día, ahora sí rompí récord, gracias por leer, disfrutadlos mucho.

El hombre de mi vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora