CUARENTA Y OCHO.

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ESCUCHEN EL VÍDEO O LA CANCIÓN DEL MULTIMEDIA MIENTRAS LEEN.

CUARENTA Y OCHO.

"Amar puede herir, amar puede herir algunas veces, pero es lo único que se"

Me salto las conferencias de esa mañana y voy directamente al hotel para recoger mis pertenecías y terminar mis días de estancia en Seattle quedándome en el departamento de Evan.

Por algunos contratiempos movieron la conferencia de Colton para hoy. Aún no estoy segura si quiero asistir o no, sé que se esforzó mucho por su ponencia, pero me aterra el verlo.

Guardo tomas mis cosas en mi maleta y en mi equipaje de mano.
Abro la puerta y ahí está Justin, esperándome, buscándome.

—Te vi llegar — dice —, pero quería darte tiempo para que hicieras lo que tuvieses que hacer antes de venir a hablar contigo.

Su rostro se ve demacrado, cansado, hay ojeras demasiado debajo de sus ojos y estos están rojos por la falta de sueño.

Trago —¿Qué haces aquí?

—T-tengo que hablar contigo.

—Yo debo de irme, me está esperando un taxi y no tengo mucho efectivo.

—Yo lo pagaré — Justin habla rápidamente — pagaré por tu taxi con tal de que me dejes hablar contigo. Por favor.

Niego.

—Jourdan por favor —clava su mirada en la mía y no lo soporto, la desvío. De pronto el marco de la puerta me parece muy atractivo.

—Debo irme — lo empujó lentamente y me da el espacio suficiente para salir, cierro la puerta a mis espaldas y comienzo a caminar, pero de alguna manera, Justin me quitas ambas maletas —. Justin, no hagas esto, por favor.

—Tu no hagas esto, Jourdan, por favor, déjame explicarme, déjame explicarte.

—¿Qué me vas a explicar? ¿Qué no fui lo suficientemente importante para ti como para intentar hacer funcionar lo nuestro? ¿Qué no fue lo suficientemente importante para ti para que te quedaras? ¿Qué no me amabas lo suficiente?— digo, alzando la voz, comenzando a llorar.

—Pero te amaba Jourdan aún te amo—toma mi rostro entre sus manos y limpia mis lagrimas con sus pulgares. Besa mis mejillas, secando con sus labios mis lagrimas — . Por favor no llores, últimamente solo te hago llorar.

—No sólo últimamente — digo, con voz ronca —. Me has hecho llorar por años, meses, días — pronuncio cada palabra con un énfasis.

Él hace una mueca —Lo sé, perdón.

—Ya es muy tarde —quito sus manos de mi mejilla —... Lo siento, pero ya es muy tarde.

Tomo mis maletas y corro hacia el ascensor, llamándolo inmediatamente.

—Jourdan — Justin dice, escucho sus pasos viniendo detrás de mí.

El ascensor llega y entro en la caja metálica, Justin entra conmigo.

—Déjame ayudarte con tus maletas, al menos.

Tiro de mi maleta más cerca de mi.
—Yo puedo sola, gracias.

El suelta una pesada respiración.

—Te vez muy bonita. Tu cabello luce muy bien así, de esta forma.

—¿Despeinado?— digo, sarcástica.

—N-no, yo...

—No te ves como si hubieses estado llorando toda la noche, tal como Evan dijo.

El hombre de mi vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora