EPÍLOGO

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"Hay un sueño que he estado persiguiendo, quiero urgentemente que sea realidad, y cuando tomas mi mano es entonces que entiendo que esto está destinado a ser. 

Porque cuando estás conmigo es como que un ángel llegó y me llevó al cielo. Porque cuando veo a tus ojos, no podría ser mejor. . .

. . . Porque estas vidas son muy largas, y son demasiado fuertes, así que nena, ten por seguro que nunca te dejaré ir"

Uno de los casos mas difíciles que me tocó presenciar en mi carrera como obstetra, fue... fue mi propio parto.

De alguna manera, todo se complicó.

Y no entiendo como. 

Tampoco entiendo el porque. 

Por una extraña manera, a mi bebe se le enredó el cordón umbilical en su cuello. La epidural no surgió efecto en mi y todo lo que tuvieron que hacerme para que mi pequeño naciera bien, lo sentí. 

Fue un parto largo, verdaderamente largo y complicado.

Al momento en que mi pequeño nace, mi presión arterial comienza a subir y un infarto amenaza con atacarme al corazón. 

Estuve inconsciente por casi dos días completos. 

Para cuando desperté, mi mano estaba rodeada por las dos de Justin. Su frente descansaba en ellas, como si estuviera rezando. 

—No te dejaré ir ... — escuche que susurraba — pero si tienes que hacerlo, debes saber que te amo mucho. 

Gire mi rostro levemente, para poder ver el suyo. Sus ojos estaban cerrados y algunas lagrimas caían sobre sus mejillas. 

No tenia muchas fuerzas, por lo que me quede en silencio por varios minutos, solo observando a Justin rezar por mi vida. 

Sonreí, con lagrimas en mis ojos que lentamente comenzaron a rodas hacia abajo por mis mejillas. 

—Hola — mi voz salio baja y ronca, pero fue suficiente para atraer la atención de Justin que inmediatamente fijo su mirada en mi rostro. 

El ceño que tenia en su frente lentamente se va quitando, y en su lugar una hermosa sonrisa se apodera de su rostro. 

—Mi vida — dice él, inclinándose lo suficiente para besarme tiernamente en los labios — te amo — susurra, su frente recargada en la mía —. No sabes cuan angustiosos fueron estos días.

—¿Como esta él? — pregunto, con un nudo en la garganta. 

Después de nacer, solo vi unos segundos a mi hijo antes de perder la conciencia. 

—Esta bien, es un varoncito muy fuerte, valiente y decidido, al igual que su madre. 

—Quiero verlo —digo decidida, el rie ante el tono de mi voz.

—De acuerdo — dice Justin, se pone de pie y da unos cuantos pasos hasta un pequeño moisés que esta pegado  a la pared, el cual antes yo no había notado. 

Estira sus brazos y lentamente levanta a nuestro pequeño hijo, que al parecer esta durmiendo. Justin lo toma con mucho cuidado, deja un beso en su frente antes de pasarlo a mis brazos. Lagrimas inundan mis ojos —Hola mi amor — saludo a mi pequeño hijo, y en ese instante el abre sus ojos. 

Tiene los ojos del mismo color que su padre. 

—Hola mi pequeño Rauhl — lo saludo, y mi hermoso hijo me sonríe.  

Justin y yo decidimos ponerle ese nombre debido a un apodo que él tenia cuando era niño, a mi me gusto mucho la idea y a Justin le hizo feliz. 


❀ ❀ ❀  


Después de pasar una semana en el hospital, me dieron de alta. Rauhl se pudo ir a casa antes que yo; por lo que el día de mi salida, fueron mi hijo y mi esposo por mi. 

Al enterarnos de que íbamos a ser padres, Justin y yo nos dimos la tarea de encontrar una casa en los suburbios de Chicago, aún conservamos el departamento, pero creímos que seria mejor comenzar nuestra familia en una zona no tan ajetreada de la ciudad. 

Nuestra querida y amada Sophia, nació cuando Rauhl tenia tres años y seis meses. Nuestra adorada rubiecita cumple años exactamente una semana después que su hermano mayor.

Rauhl tiene mi color de cabello pero con los ojos color miel de su padre, en cambio Sophia, tiene el color de cabello de Justin pero con mis ojos azules. 

No quiero alardear, pero creo que mis hijos son hermosos. 

Estamos sentados en la sala de estar, viendo algunas películas infantiles que Justin y yo ya nos sabemos de memoria pero que a Rauhl y a Sophia le encantan.

Rauhl ya tiene seis años de edad y Sophie tres, son dos de los niños mas inquietos en el mundo, asi que en momentos como estos que están calmados, los aprovechamos demasiado.

Justin tiene acurrucada en su pecho a la niña de sus ojos, y en mi regazo se encuentra Rauhl.

Justin tiene un brazo al rededor de mis hombros por lo que estoy acomodada en su costado.

Deja suavemente un beso en mi cien —Te amo — escucho que susurra a mi oído.

Giro mi rostro al suyo, el se inclina levemente y me besa en los labios

  — Tambien te amo, y mucho.

— No más que yo.  

Rio.

 Rauhl hace un sonido de asco —  ¿Podrían por favor dejar de besarse? Es algo incomodo.  

Yo rió y le lleno el rostro de besos —Pero yo también te amo a ti, a si que te voy a dar muchos besos.

  — Noooooo —  grita, antes de saltar de mi regazo y salir corriendo.

Sophia que se da cuenta de lo que hace su hermano, se remueve del brazo de su padre y corre detrás de su hermano.  Sonrió mientras veo correr a mis dos hermosos hijos a su escondite favorito. 

Me pongo de pie para ir a su encuentro cuando las manos de Justin me toman de la cintura y me sienta en su regazo. 

  — Demosles unos minutos —  susurra sobre mis labios antes de besarme apasionadamente.  

Río cuando me separo de él.

  —  Te amo —  dice, antes de aventarme sobre el sofá y salir corriendo en busca de nuestros pequeños. 

Suelto una carcajada antes de ponerme de pie e ir tras ellos.

 No habría podido pedir mejor vida. Después de todo lo que pase y sufrí, la vida me recompenso con creces, dándome el amor incondicional de Justin y mandándome a esos dos hermoso angelitos. 

Y sé que ya nada podría salir mal, si tengo a Justin, si tengo al hombre de mi vida conmigo.





SE TERMINOOOO

MUCHAS GRACIAS POR LEERLA EN VERDAD, EN SERIO, SIGNIFICA EL MUNDO PARA MI QUE MI HISTORIA LES HAYA GUSTADO. 

GRACIAS POR LEER, xoxo ❤️ 🌸

Espero sus comentarios.

LAS AMO ❤️

El hombre de mi vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora