Sad Spring {HunHan / ChanBaek}

Esperanza. (Luhan)

Al día siguiente desperté con un horrible dolor de caderas. Mis piernas no se movían como quería y mis pensamientos sobre lo sucedido ayer no se van y no creo que lo hagan. El solo recordar las sucias manos de Minseok recorriendo mi cuerpo, las lágrimas salían. No tuve idea de cuánto estuve llorando desconsoladamente ayer y me parece increíble que aún pueda llorar.

En la mañana, Minseok entró a mi habitación a cambiar las sábanas –Pues estaban manchadas con mi sangre- y me avisó que hoy me visitaría mi madre. Lo cual era lo que menos quería ahora. No sabía cómo la vería al rostro, en este estado, fingir que estoy bien era lo que menos podía hacer.

Me duché e intenté quedar lo más limpio que pudiera. Me miré al espejo y sentí un nudo en mi garganta. Marcas rojas se podían notar en mi cuello hasta mi vientre. Me abracé a mí mismo intentando así consolarme, lo cual no logré, obviamente. Al salir de la ducha me puse la característica bata de hospital y me recosté delicadamente en la cama, intentando verme lo mejor posible para mi madre.

Escuché unos pasos que venían desde afuera, llegó.

La gran puerta blanca se abrió y respiré hondo. Mi madre se asomó lentamente por la puerta y al verme, sonrió. Intenté hacer lo mismo y ella entró tranquilamente a la habitación. Dejó unas cosas en una pequeña mesa al lado de mi cama. Era una cesta con frutas y unos aperitivos hechos por ella.

Me abrazó con fuerza, yo intenté no llorar y contarle lo mal que estoy pasándola en ese asqueroso lugar. Pero no podía, miré sobre el hombro de mi madre a Minseok, se encontraba en el umbral de la puerta, mirándome con una mirada fría. Sabía que si decía algo él me la haría pasar mal de nuevo, y no quiero eso.

Me separé de mi progenitora y ella se sentó en un banco que se encontraba al lado de mi cama. Me miró algo seria y yo sonreí con tal de que no descubriera lo mal que estoy.

-Hannie... ¿Estás bien?... —Preguntó y colocó una mano en mi frente, intentando ver si tenía fiebre, suspiró aliviada al ver que no era así. –Luces cansado...—Comentó suspirando. Negué con la cabeza y reí levemente. –Creo que es un resfriado... solo eso. —Murmuré sin importancia y ella entrecerró sus ojos. -¿Seguro? —Preguntó muy poca convencida con mis palabras. Sonreí asintiendo rápidamente.

Al principio no estaba muy convencida, pero poco a poco, durante nuestra plática, lo fue dejando de lado. Estuvimos casi una hora conversando, me contó lo duro que la están pasando ella y mi padre al no tenerme en casa. Sinceramente ese el lugar en el que prefiero estar ahora, en mi casa, lejos de aquí, lejos de Minseok.

¿Cuántos días faltaban para que me dieran de alta? ¿Cuándo podré salir de este infierno?

Después de que un rato, mi madre salió porque tenía que ir al turno en su trabajo. Me despedí de ella con un fuerte y largo abrazo.

Lo más duro para mí, fue tener que decirle que todo estaba bien.

Mi madre salió por la puerta, dejándonos a Minseok y a mí solos. Me puse algo tenso, empecé a tener miedo. Mis manos comenzaron a sudar y mi mirada hacia Minseok se basaba en miedo y odio.

-... Perdón. —Logré escuchar un susurro de su parte. Lo miré completamente indignado. El miedo se convirtió en furia y rencor. - ¿¡Perdón!?... ¿¡Sólo eso vas a decir!? ¿¡Tienes idea de lo que me hiciste Kim Minseok!? —Exclamé desconcertado. Mi voz se quebraba conforme más gritaba. El mayor me miró con culpa, como si en verdad se hubiera arrepentido por lo que hizo.

Pero yo ya no caeré más en sus mentiras.

-Créeme que yo realmente me arrepiento de lo que hice... perdí el control... Lo lamento...—Murmuró con un hilo de voz y yo bufé.