CAPÍTULO 28- Negro

39 7 9
                                    


JAKE

La fuerte música que sale del reproductor del coche consigue que deje de pensar en Jane. Ian me pasa una vez más el porro que se están fumando y le doy una fuerte calada que me llega hasta lo más hondo de mis pulmones. Expulso el humo haciendo aros con la boca y uno de los amigos de Ian hace lo mismo. Empiezan a cantar y a los segundos sin saber muy bien porqué, me estoy riendo de algo que ha dicho Ian. Llegamos hasta las afueras de la ciudad riéndonos y fumando y nos detenemos en un camino de tierra que no sé muy bien hasta donde llega. Bajamos del coche y todo a mi alrededor da tantas vueltas que me tengo que sujetar al coche durante unos segundos. Ian y sus amigos me llaman entre risas y los sigo mientras las cosas dejan de dar vueltas. Llegamos a una casa de madera dentro de una propiedad privada. La música que sale de la casa me inunda los oídos y todas las luces me ciegan después de estar un buen rato andando a oscuras.

-¿De quién es esta propiedad? –pregunto a Ian mientras me acerco a él.

-De Sophia –dice y me da una vez más el porro.

Le doy una última calada y lo tiro al suelo apagándolo con fuerza. Me detengo por un momento antes de entrar. Sé que estoy enfadado con Jane... ¿pero es esto lo que debería hacer? A mí Sophia también me ha tocado los cojones más de una vez... Doy una vuelta sobre mis pies para volver por el camino por el que hemos venido. Antes de dar un paso escucho la voz de Ian detrás de mí.

-¿Tanto te controla esa tía que no eres capaz de hacer esto? –me giro y encaro a Ian. No me gusta que hable así de Jane.

-Ella no me controla –digo fríamente y mirándolo fijamente a los ojos.

-No lo parece. Escucha –me dice dando un paso hacía a mí- sé cosas de ella que estoy seguro que tú no sabrás... pórtate bien y disfruta hoy aquí, y mañana hablaremos.

Me guiña un ojo y me da una palmada en la espalda. ¿Qué coño va a saber este de Jane? Nada, él no sabe nada. Pero tiene razón. Jane me controla más de lo que me puedo permitir. Empiezo a subir las escaleras de la entrada a la casa sin vacilar. Veo a unos cuantos tipos borrachos en la entrada fumando y a unas cuantas parejas dándose el lote por ahí. Cuando paso por la puerta, veo lo que sería un salón, todo lleno de gente que baila delante de un dj. Huele a alcohol y a drogas por todas partes. A la parte derecha del salón hay unas escaleras que supongo que llevarán al segundo piso. Ian y sus amigos pasan por mi lado y se ponen a saludar a Alexia que está por las escaleras con un tío que está muy pegado a ella. Por un momento, sus ojos se encuentran con los míos, pero aparta la mirada rápidamente para hablar con Ian. Me quedo parado en la entrada, me encuentro tan fuera de lugar que no sé muy bien qué hacer. Escucho una risa familiar bajando por las escaleras y doy un paso adelante. Veo la melena castaña de Sophia salir de estas y detrás veo un tío casi tan alto como yo con el pelo oscuro cogiéndola por las caderas. Nos quedamos mirándonos por un segundo y cuando me doy cuenta de quién es mi sangre empieza a hervir de tal modo que me quema. Sophia me mira por un momento y la sonrisa que tenía en la cara se le borra. Empiezo a andar en dirección contraria y salgo de esa estúpida cabaña. Antes de poder bajar los escalones el capullo de Logan se posiciona delante de mí impidiéndome el paso.

-¿Qué haces aquí? –me pregunta fríamente, como si no pasara nada, como si estar en la fiesta de la enemiga de su "novia" fuera lo más normal del mundo.

-¿Eso no debería preguntártelo yo, capullo? –le digo mientras me río con superioridad al ver como se cierran sus puños.

-Yo solo he venido a beber y a pasármelo bien, ¿sabes? –dice riéndose de la misma forma que yo y cruzando sus brazos en el pecho para remarcar sus bíceps.

-¿Ha pasártelo bien a la fiesta de Sophia? –una carcajada sale de lo más profundo de mi garganta sin que pueda reprimirla- Siempre he pensado que ocultabas algo, pero no esperaba que fuera esto. ¿Te gusta ir a dos bandas o algo así? ¿Te da más morbo? –me acerco tanto a su cara que puedo escuchar su corazón latir con fuerza. Por un momento, todo se calla y me olvido de que estamos en una fiesta. Me mira fijamente sin contestar- ¿Sabe Jane que estás aquí? –le pregunto para ver si reacciona.

Y lo hace. Da unos pasos atrás y una vez más reaparece su estúpida risita de superioridad.

-Bueno... es que a mí no me controla como lo hace contigo, ¿sabes? –Empieza a andar a mi alrededor y me tenso- En realidad debería darte las gracias... cada vez que haces algo o la cagas, viene corriendo a mí para que la ayude a aliviar el asco que le provocas, tío. No sé qué coño habrás hecho está tarde –se acerca a mi oído- pero me ha dejado tocar allá donde nadie lo había hecho nunca... deberías haber escuchado como gemía por el placer que le daba con mis dedos...

Antes de que me dé cuenta le he empujado contra la pared y le ahogo con uno de mis brazos. A pesar de la situación en la que se encuentra empieza a reírse y yo escucho como la sangre bombea en mis orejas. No me puedo creer lo que acabo de escuchar. ¿Cuándo Jane se ha ido con él después de besarnos han hecho eso? No... No puedo imaginármelo... No quiero pensar en eso... Todo se vuelve negro por la rabia y levanto uno de mis brazos para meterle un puñetazo. Un puñetazo que llevo deseando desde el primer día que vi que tocaba a Jane delante de mí.

-Hazlo –me dice con voz ahogada. Su rostro empieza a ponerse rojo, pero no muevo mi brazo. Todo me da vueltas y mil imágenes de Jane con este capullo se amontonan en mi cabeza- Dale un motivo más para que vuelva corriendo a mí.

Vuelve a reírse y entonces le suelto. No le pienso dar esa satisfacción. Además, Jane y yo no somos nada, ella me lo ha dejado muy claro. No lo somos ni lo seremos, ¿para qué malgastar más mí tiempo con este? Me la suda Jane, me la suda todo. A pesar de eso, necesito descargar toda la rabia que llevo dentro como sea. Veo como Alexia intenta separarse del tío con el que estaba, aunque este la aprisiona contra la pared para impedírselo. Una vez más, los ojos de Alexia se encuentran con los míos mirándome suplicante y sin pensármelo dos veces, doy grandes pasos hacía ese tío. Lo aparto de Alexia y antes de que me pregunte, le meto tal puñetazo que se queda en el suelo sin poder levantarse.

-Gra-gracias... -dice Alexia mirándose los pies.

No le contesto y me dirijo a una mesa llena de alcohol. Cojo la primera botella que encuentro y empiezo a beber hasta que el líquido me quema el estomago. A mi lado se posicionan Ian y sus amigos y Logan en la otra parte.

-Ese es mi chico –dice Ian dándome un nuevo porro, al cual le doy una grande calada.

-Toma anda –me dice Logan dándome un vaso de dios sabe qué- Será mejor que empieces a disfrutar de la vida, tío. Todo es más fácil de lo que parece.

Me quedo mirando el vaso unos segundos y al final me lo bebo de un trago. Y luego todo se vuelve negro. 

LibérameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora