CAPÍTULO 18- Sorpresa

28 7 0
                                    

JAKE

Mierda. Mierda, mierda. Soy un jodido imbécil. Estos son los únicos pensamientos que puedo tener ahora mismo. Anoche prácticamente me declaré a Jane con mi escenita de celos. ¿Cómo pude perder el control de esa manera? Pero eso no fue lo peor, sino su contestación: "Yo no seré de nadie, Jake, yo solo soy y seré mía". Esa frase llevaba segundas, lo sé. Segundas hacia a mí, diciéndome que nunca le podría gustar alguien como yo. Bueno, ni alguien como yo ni nadie. Cada vez que lo pienso el pinchazo en el pecho se expande un poco más. Me levanto bruscamente de la cama, no he pegado ojo prácticamente y cuando he conseguido dormir, Jane y Alice me han despertado. Al parecer han venido a por Alice temprano y Jane ha ido a despertarla. Parece que aún iba borracha cuando se ha levantado y Jane le ha tirado la bronca por pasarse bebiendo. Cuando he escuchado su voz hablando en susurros en un intento fallido de no despertarnos ni a mí ni a Kate he recordado nuestro momento en el gimnasio. ¿En serio que no le puedo gustar? Aún siento su respiración entrecortada por mi tacto y todo mi vello se eriza. Joder, mierda. Miro el reloj: son las 7. Es hora de ir al colegio y no he dormido nada, genial. Cojo el puto uniforme y me lo pongo rápidamente después de darme una ducha. Cuando salgo de la habitación la luz que entra por las ventanas me ciega y el pinchazo de la resaca me hace pararme en seco en mitad del pasillo. Escucho una puerta abrirse a mi lado y veo como Jane sale de su habitación vestida con el uniforme también. Nos miramos un segundo y bajo las escaleras intentando escapar de sus ojos grises. No entiendo porque todo lo que provenga de ella me afecta tanto. Empiezo a hacer huevos revueltos y su olor me da nauseas. Hago el café y veo de reojo a Jane sentada en la isla de la cocina mirando su móvil.

-¿Café? –le pregunto mirándola y mi voz suena fría.

Debo guardar las distancias con ella, no puedo permitir que me descontrolen todas las sensaciones que me provoca estar cerca de ella. Asiente sin apartar la mirada de su móvil y relleno dos vasos. Escucho la puerta de la habitación de Jane abrirse y recuerdo que Kate estaba aquí durmiendo. La veo bajar las escaleras y tiene la camisa del uniforme pasada mal, el pelo revuelto y unas ojeras que parecen negras.

-Pareces una diosa recién levantada, enana –le digo con ironía y me rio maliciosamente mientras se limpia las manos en la falda.

-No entiendo como podéis aguantar esto. Yo necesito dormir 8 horas diarias como mínimo –dice sentándose en la isla junto a Jane y bostezando- ¿Dónde está Alice? –le pregunta.

Por unos segundos me permito inspeccionar a Jane. Ella también tiene ojeras y seguro que no ha dormido en toda la noche, otra vez. Lleva el pelo suelto y su morena melena le llega hasta la mitad de la espalda. La miro a los ojos y están apagados, seguro que está deprimida porque Alice se ha ido y no han pasado el fin de semana que ella esperaba... han discutido los dos días. Sigue sin apartar su mirada del teléfono.

-Han venido temprano sus padres a por ella, tenía que ir al colegio –Kate también esta inspeccionándola y al final asiente.

-¿Dónde has dormido? –le pregunta y Jane por fin levanta sus ojos grises con los que la atraviesa.

-No lo he hecho. Tus ronquidos no me lo han permitido –Kate se pone roja como un tomate y se mira las manos- Deberías espabilar un poco, mimada –Jane coge el taburete donde Kate está sentada y lo mueve hasta ponerlo delante de ella. Empieza a desabrocharle los botones mal pasados de la camisa y Kate me mira toda roja para que aparte la mirada- Tenía que esperar a que vinieran a limpiar.

Kate empieza a mirar por todo el salón y la casa está impecable, como si no hubiera tenido lugar la fiesta de anoche. No me doy cuenta de que estoy mirando fijamente a Jane hasta que le abrocha bien los botones y nuestros ojos se encuentran. No aparto mis ojos de los suyos y la sensación de que me caigo dentro de ellos se apodera de todo mi cuerpo. Mierda. Aparto los ojos y le entrego la mitad de los huevos que he hecho a Kate en un plato, que los mira con cara de horror.

-Come –dice Jane autoritaria.

Kate resopla y empieza a comer sus huevos y yo hago lo mismo. Estamos en silencio los tres hasta que escuchamos un motor detenerse fuera.

-Es J –dice Jane levantándose del taburete- mi moto no arranca e iremos con él toda la semana.

Dejo lo que hemos ensuciado en el lavaplatos y salimos hacia el jardín. Veo a J y a Brad en la furgoneta y los saludo con la cabeza. Parece que el capullo de Logan no ha venido, bien. Recuerdo cuando besó a Jane en la fiesta y cierro mis puños. El muy imbécil lo hizo para joderme, y no me gusta que él pueda pensar que siento algo por Jane. Kate se duerme en mi hombro y Jane va mirando por la ventana aunque su cabeza está lejos de aquí. Cuando llegamos al colegio me cuesta bastante despertar a Kate y tengo que sacarla de la furgoneta a empujones o se queda ahí durmiendo.

-Hola –dice Logan cuando baja de su moto y se une a nosotros.

Jane ni le mira y los otros le saludamos con la cabeza. Se enciende un cigarrillo y yo tiro el mío al suelo, no me apetece estar junto a él y tengo que aguantarlo todo el día en clase. Suena la campana y nos dirigimos hacia las clases como si fuéramos zombis. Estoy demasiado cansado para tener que hacer caso a algo ahora mismo, pero si tengo demasiadas faltas sin justificar pueden suspenderme. Logan se va a su clase y Kate y Brad se despiden también.

-¿Y bien? –dice J y mira fijamente a Jane, que resopla y aparta su mirada.

-No ha pasado nada, solo que ayer se comportó como un capullo en la fiesta –dice finalmente y supongo que está hablando de Logan- Además, no se despidió cuando se fue y no me dijo donde iba –J la mira y levanta una ceja- Joder, es que... no quiero que piense que puede tener algo más conmigo de lo que tiene ahora.

Toso. Es la primera vez que escucho a Jane reconocer que tiene algo con él. "Tener algo"... eso es lo que tienen: algo. Jane me mira de reojo y empieza a tocarse un mechón del pelo distraídamente.

-Sabes cómo es, Jane, y no creo que quiera algo más, ya se lo dejaste muy claro desde el principio –dice J.

Siempre he sabido que J y Jane se llevaban bien y que ella confiaba en él más que en los otros. Pero no sabía que hasta este punto. Jane nunca habla de nada conmigo... vivimos juntos y me puedo pasar un día sin verla prácticamente. Acelero el paso, no quiero estar más cerca de ella. Debo alejarme de ella hasta que pueda entender porque me afecta tanto esta chica. Entro en mi clase y la mañana se me pasa tan lenta que me duermo más de una vez en las clases. He estado toda la mañana sin ver a Jane y si me la he encontrado me he ido por algún pasillo para que no me viera. Salgo al patio y voy a las escaleras de atrás, necesito fumar. Cuando llego solo están los chicos hablando sobre algo que me importa una mierda. Me siento en la escalera y saco un cigarrillo del paquete. Doy dos grandes caladas y cuando me estoy preguntando mentalmente donde están las chicas aparecen por la esquina. Jane va por delante con el paso acelerado y Kate intenta seguirla.

-¿Me dejas que te lo explique? –le dice Kate a Jane y los chicos se callan.

-Ya te he dicho que me importa una mierda mimada. Haz lo que quieras, tú no perteneces a mi grupo, así que puedes juntarte con quien quieras. Pero luego no me vengas llorando, no estoy de humor como para salvarte el culo –no entiendo muy bien lo que ha pasado, pero Jane parece cabreada de verdad.

Aunque creo que solo me lo parece a mí, porque Kate se mira los pies y se limpia las manos en la falda con cara de dolida. La voz de Jane suena fría, pero se nota que lo que ha hecho la ha cabreado. Bueno, o lo noto yo. Jane empieza a subir las escaleras sin mirarnos y la pierdo de vista. Kate intenta subir detrás de ella pero la cojo del brazo y la detengo.

Después de eso la mañana se pasa rápido. No paro de pensar en que ha pasado para que Jane se ponga así ya que Kate no nos lo ha podido contar. Cuando estamos yendo a casa Kate habla con sus padres y parece que esta noche ya no la pasará aquí. Después de comer Kate se queda dormida en el sofá y Jane se encierra en el gimnasio. Yo decido tirarme a la piscina y nadar un poco para ver si se me pasa la resaca que llevo. No sé cuánto tiempo me paso metido en el agua pero cuando salgo me duelen todos los músculos de mi cuerpo. Escucho el timbre de la puerta y entro chorreando para abrir, pero parece que Kate ha llegado antes. Una melena rubia entra al salón y me quedo plantado al ver quién es. Nicole, la amiga de Sophia, entra y veo todo su maquillaje esparcido por la cara y los ojos rojos de llorar.

-¿Esta Jane? –dice la rubia mientras una lágrima lecae por la mejilla. 

LibérameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora