CAPÍTULO 50- Mensajes

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KATE

Stephen me mira de reojo con el ceño fruncido. No le he dado muchos detalles de anoche ya que no sé qué cosas ha contado Alison por mí. ¿Dónde ha pasado la noche? ¿Estará enfadada después de todo lo que le dije? ¿Cómo ha vuelto a mi casa? Ahora mismo tengo demasiados pensamientos en mi cabeza, aunque uno de ellos revolotea más que los demás. La hermana de Jane quiere ver a su padre. Es más, Alice va a ver a su padre. La verdad es que no me parece una mala idea. Creo que sería bueno para Jane que viera a su padre, que escuchara su historia. Creo que sería bueno para que Jane pudiera empezar a quererse y pudiera perdonarse por la muerte de su madre. Por una muerte en la que ella no tuvo nada que ver, pero que se culpa y no es capaz de ver nada más. Llegamos a mi casa y salgo del coche para que Stephen no tenga tiempo de preguntarme nada más, no sé si sería capaz de mentirle en la cara. Me conoce bien y sabe cuando le miento. Cuando entro, las maletas de Alison y su familia están en la entrada y cuando veo su pelo naranja bajar por las escaleras voy hacia ella rápidamente antes de que pueda encontrarme con alguien que me haga preguntas que no sé si sabría responder.

-Alison, ¿dónde has pasado la noche? –Le digo susurrando para que solo me escuche ella.

-Ian ha sido muy simpático conmigo y me dejó quedarme en su casa al volver de una discoteca. –La miro con el ceño fruncido al recordar lo que me hizo ese en la fiesta de Sophia- Tranquila, le he dicho a tu madre que dormimos en casa de la muerta de hambre, pero como me he despertado antes que tú y tenía que hacer las maletas, he vuelto antes.

Suelto todo el aire que había en mis pulmones y me destenso un poco.

-Gracias por decirle eso, y siento todo lo que pasó anoche... -Digo limpiándome las manos en los pantalones, aunque en realidad, no sé si me arrepiento sinceramente.

-No te disculpes, gracias a ti he conocido a Ian. Es una auténtica fiera en la cama... -Dice con una sonrisita de superioridad y yo me quedo de piedra.

¿Desde cuándo se ha vuelto así? No juzgo a las chicas que hacen eso, pero Alison sí lo hace, y ella es ahora la que se ha acostado con un chico que no conoce de nada. Ian es un auténtico capullo, detrás de esa sonrisa bonita se esconde un ser retorcido y cruel.

-No creas que he olvidado todo lo que me dijiste anoche. –Dice con la voz más fría del mundo- Parece que juntarte con esa chusma te ha cambiado, y ahora que he visto como eres, no quiero tener nada que ver contigo ni con tu grupito de muertos de hambre.

-¿Qué yo he cambiado? –Pregunto sorprendida ante sus palabras llenas de odio- Siento mucha pena por ti, la verdad. Juzgas a la gente equivocada, y aunque no tengan el mismo dinero que nosotras, son mucho más buenos que tu semental en la cama. –Digo poniendo los ojos en blanco.

De sus labios escapa una carcajada fría y grave, y se me ponen los pelos de punta. Frunzo mi ceño y decido no hacerle caso, ya que sería como discutir con una pared. Mientras espero a que mi familia baje, me doy cuenta de las duras palabras que le he dicho a Alison. ¿Desde cuándo tengo este carácter? Ahora que lo pienso, a Jane también le he hablado duramente, sin quitar las palabrotas mentales que no dejo de decir. Alison sí que tiene razón en una cosa, que he cambiado, pero no creo que sea un cambio negativo. Ayer, mientras saltaba con Jake de tejado en tejado, me di cuenta de lo cansada que estaba de hacer siempre lo que los otros me dicen o lo que la sociedad cree que es correcto. Estoy harta de morderme la lengua ante las exigencias de mi madre, estoy harta de no poder defenderme por mi misma y estoy harta de ser siempre la pobre e ingenua Kate. Esto se acabó, y sé a quién le tengo que dar las gracias por abrirme los ojos.

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