CAPÍTULO 38- Se acabó

37 6 0
                                    


JAKE

El ruido de los coches me despierta. "Que raro" pienso. Por la urbanización no suelen pasar muchos coches, y la casa de Jane está más apartada que la del resto, así que no entiendo a qué viene tanto jaleo. Me doy la vuelta en la cama y mi mano toca el suelo. No recordaba que fuera tan pequeña y bajita. Me alegro de que el ruidoso pitido del despertador de Jane no me haya despertado, me da dolor de cabeza y llevo una resaca del 10. Huelo a café barato. No es el olor del café que compra Jane, ya que es muy exquisita con eso. Seguro que ahora estará echándose una buena dosis de Baileys para soportar el nuevo maravilloso día. Abro mis ojos y me doy cuenta: esta no es mi habitación. Mierda. Busco a ver si hay algún cuerpo a mi lado que me indique que ayer ligué con alguna tía y que me haya quedado a dormir en su casa, pero no encuentro nada. Y entonces la reconozco: esta es mi habitación. No la habitación donde he pasado el último año de mi vida, sino la habitación de cuando era un niño. Todo sigue igual. Espera, ¿qué coño hago yo aquí? Me incorporo de golpe e intento recordar algo de ayer. Recuerdo estar en un antro de mala muerte bebiendo a más no poder. Creo que acabé liándome con la camarera y que por eso me invitaba a alcohol a pesar de que no podía beber más. Joder, mi cabeza está a punto de estallar. Luego salí de ahí y fui a la discoteca de Thalia... creo. Me toco la cabeza y noto un chichón en la parte de atrás. ¿Con qué coño me hice esto? Ni puta idea. ¿Quién coño me ha traído aquí? ¿Jane? Imposible. Estaba tan enfadada conmigo que no hubiera venido a por mí. Creo recordar a Kate mirándome con esa expresión que pone cada vez que hacemos algo malo... esa expresión de horror. ¿Ella me trajo aquí? No me acuerdo, joder. Veo una bolsa al lado de la puerta y dentro está mi ropa. Vale, Jane me ha echado de casa. ¿Por eso estoy en casa de mi madre? Miro la hora: las 6:30 de la mañana. Por lo menos puedo ir al colegio. Imágenes sueltas se pasan por mi cabeza, pero ninguna es lo suficientemente nítida como para sacar algo en claro. Empiezo a agobiarme. Necesito aire, salir de esta pequeña habitación. Abro la puerta y mis pies andan por esta casa como si aún la recordaran. Llego hasta la cocina y la veo. Va vestida con un feo uniforme y lleva un moño mal hecho y una taza de café en la mano. Me mira con sus ojos marrones y por un momento, ni tan siquiera sé cómo actuar.

-Hola. –Dice al ver que me quedo parado en el marco de la puerta. No le contesto- He hecho café. Bueno, no sé si te gusta el café pero...

-Suele pasar cuando estás 5 años sin ver a una persona, que no sabes lo que le gusta y todas esas cosas. –Digo fríamente y ella se mira los pies. No puedo pagar con ella toda la mierda que estoy acumulando, debo calmarme- No me gusta el café barato. –Le digo fríamente otra vez y me siento en un taburete que hay al lado de una pequeña mesa.

-Bueno, puedes decirme la marca que te gusta y la puedo comprar para ti. –Me sonríe. Pero, ¿qué coño?- También te he hecho huevos revueltos, un sándwich, unas tortitas y un zumo. Tampoco sabía lo que te gustaba para desayunar así que... aunque puedo prepararte otra cosa si lo prefieres.

Está nerviosa y me está pegando los nervios. La miro fijamente, pero ella no es capaz de mirarme a los ojos. ¿Quién me iba a decir a mí que estaría hablando con mi madre otra vez? El olor de los huevos revueltos me abre el apetito. Un vago recuerdo de cuando era un niño viene a mi mente, cuando ayudaba a mi madre a preparar el desayuno... lo vuelvo a esconder en el oscuro sitio del que ha salido.

-¿Qué coño es eso que llevas puesto? –Le pregunto más duro lo que intento sonar.

-Es... bueno, desde hace un tiempo estoy trabajando en un restaurante y me hacen llevar este uniforme. No es muy bonito, ¿eh? –Me mira a los ojos y ahora el que los aparto soy yo- Por la tarde también trabajo limpiando unas oficinas, así que no sé si estaré cuando llegues a casa...

-¿Quién te ha dicho que me vaya a quedar aquí? –le suelto antes de que siga hablando y creo ver el dolor en sus ojos.

-Bueno, yo... Jake, estoy limpia. Desde hace más de un año que no consumo nada, ni alcohol, ni drogas ni nada. Entiendo que estés enfadado conmigo, y sé que tenemos muchas cosas de las que hablar, pero dame esta oportunidad, por favor. O si no quieres, quédate aquí hasta que todo esto se solucione aunque sea. De verdad, que...

-Vale. –Digo sin pensar para que se calle. Su voz me está produciendo más dolor de cabeza aún.

-¿Vale? –Me pregunta con ilusión en los ojos y en su tono de voz.

-Vale a que me quedaré aquí hasta que encuentre algo. –Le digo mientras cojo el sándwich y le doy un buen mordisco.

-Oh –dice y se mira los pies.

-Está bastante bueno... -Digo en voz alta sin darme cuenta refiriéndome al sándwich.

-Me alegro que te guste. –Me dice mirándome otra vez y dedicándome una sonrisa- Debo irme a trabajar. Te he dejado algunas toallas en el baño por si querías ducharte.

-¿Quién me trajo ayer? –Le pregunto al ver que no dice nada sobre como llegué como una cuba a casa.

-La amiga de Jane y otro chico con un traje negro. –Vale, Kate y el musculitos.

Asiento en respuesta y antes de salir de la cocina, se acerca a mí e intenta darme un beso. Al sentir su mano cálida con mi piel me tenso, aún no estoy preparado para esto y nunca me han gustado está clase de tonterías. Parece que lo capta y se separa de mí.

-Lo siento –Me dice, pero no soy capaz de mirarla a los ojos- Me alegro de que hayas decidido quedarte por un tiempo, Jake.

A los segundos escucho la puerta cerrarse y suelto todo el aire que tenía en mis pulmones desde que me ha rozado. No entiendo cómo puede actuar como si durante estos años no hubiera pasado nada, como si no me hubiera abandonado por unas cuantas pastillas y un polvo blanco. Y lo que entiendo aún menos, es que qué coño hago yo aquí. Me duele tanto la cabeza que no soy capaz de pensar con claridad. Decido darme una ducha y pensar luego en todo esto. Llego hasta el baño y me desnudo rápidamente. Me meto debajo de la ducha y dejo que el agua caliente me ayude a dejar de pensar un poco, pero no lo consigo. ¿A partir de ahora esto va a ser así? ¿Mi relación con Jane ha acabado? Espera... ¿En qué relación estoy pensando? Nunca he tenido ninguna relación con ella. Solo la amistad y a veces, ni eso. Jane es una persona solitaria, me lo ha demostrado durante todos estos años. Utiliza a la gente para sus fines y cuando se cansa de ella, la desecha. Después de todos los años que la conozco, no me ha demostrado ninguna vez que era importante para ella.Bueno, tal vez me contara cosas sobre su pasado, pero solo lo hizo porque Kate estaba conmigo. Tal vez Jane y yo estábamos destinados a acabar así. Tal vez,nunca debería haber dejado que entrara tanto a mi mundo, no debería haber dejado que me cambiara. Ese es el problema. Que yo puedo cambiar, pero ella no.Siempre va a ser así. ¿Para qué coño quiero que cambie? Para nada. Es más,¿para qué coño cambié yo? Si hubiera seguido como antes, ahora no me estaría comiendo la cabeza por esto. Seguiría pensando que las tías no valen para nada.Seguiría siendo yo el que las utilizara, y no ellas a mí. Eso es. Solo debo recordar quién soy, solo debo volver a ser yo mismo. Se acabó comerme la cabeza por Jane. Se acabó el pensar en sus ojos grises. Se acabó el pensar en ella más que en mí. Se acabó esto. Adiós, Jane. Hola, Jake. 

LibérameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora