CAPÍTULO 43- Amigos

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JAKE

El olor a comida me despierta. Doy una vuelta en la cama y el pinchazo de mi cabeza me recuerda la borrachera que me pillé anoche. Mierda... Me incorporo lentamente en la cama y pienso en lo que pasó. Rápidamente viene a mi mente los ojos del Chad ese. Me tenso. Prácticamente salí corriendo después de que dijera que había trabajado en el centro de menores donde estaba Jane de niña. De pensar que Jane se había criado con semejante loco me dieron ganas de partirle la cara, pero prefería no meterme en líos. Entré a la discoteca, me bebí todo el líquido alcohólico que había y luego de que una tía me la chupara en el baño volví a casa. Dan unos golpes en la puerta de mi habitación y me sobresalto.

-Pasa. –Digo.

-Vaya, me alegro de que te hayas despertado... -Dice mi madre, que se queda a los pies de la cama- La cena está casi lista... Sal cuando quieras. –Me dedica su mejor sonrisa y se va.

No sé por qué coño he aceptado cenar con ella, aunque tal vez no esté tan mal. Se ha puesto muy contenta cuando le he dicho está mañana que sí que cenaría con ella. No sé porque lo he hecho, pero al ver lo contenta que se ponía... una sensación cálida se ha apoderado de mi pecho. Tal vez debería intentar arreglar las cosas con ella. Se está portando muy bien, y sé que está limpia de verdad... Resoplo y cojo la toalla para darme una ducha. No quiero seguir pensando. El agua caliente me quema, pero consigue que me olvide un poco de todo y me relaje. Aún no sé cómo debo actuar delante de mi madre y eso me pone nervioso. Escucho como mi móvil empieza a vibrar y salgo corriendo de la ducha.

-Jake. –Digo sin mirar el nombre en la pantalla.

-Hola, tío. –La voz de Brad me sorprende por unos segundos- ¿Qué vas a hacer esta noche? –Está nervioso. Lo noto por como tartamudea.

-Pues por ahora cenar, y luego no tenía nada pensado, ¿por? –Digo mientras me seco el pelo con la toalla.

-Hemos quedado los chicos para ir de fiesta luego, te llamaba por si querías venir...

Lo pienso durante unos segundos. "Los chicos" supongo que no incluye a Jane, así que no tendré que verla. Por un momento pienso con quién estará pasando las fiestas y un pinchazo me recorre cuando pienso que puede estar sola, aunque para ella eso es algo bueno. "Los chicos"... ¿eso incluye a Logan?

-¿Jake? –Dice Brad, me había olvidado de que estaba hablando por teléfono.

-Sí tío, ¿dónde quedamos? –La verdad es que tengo ganas de verlos.

Son mis amigos, al fin y al cabo.

-Ven a casa de J cuando acabes de cenar.

Después de un "vale", cuelgo. Me quedo pensativo durante unos momentos mirándome al espejo y por un momento no me reconozco. El verde de mis ojos está más oscuro que nunca, a pesar de tenerlos tan claros. Parecen apagados, y por un momento me recuerdan a los ojos fríos de Jane. Desvío mi mirada del espejo, me pongo unos bóxers y salgo del baño. Entro a mi habitación y tiro la toalla encima de la cama, me pongo unos vaqueros negros y una camiseta del mismo color. El olor a comida me hace llegar hasta la cocina sin darme cuenta y me veo a mi madre con un moño en lo alto de la cabeza andando de un lado a otro en la pequeña cocina. Va vestida con un jersey rojo y unos pantalones negros. A pesar de sus ojos cansados, mi madre no aparenta más de 30. Le saco más de una cabeza y está muy delgada, demasiado para mi gusto. Cuando me ve apoyado en el marco de la puerta me sonríe cariñosamente y yo desvío la mirada mientras me paso la mano por la nuca.

-¿Nos sentamos? –Me dice señalando la pequeña mesa de la cocina donde está toda la comida.

Asiento y me siento en uno de los taburetes. Mi madre deja varias bandejas de comida en el centro de la mesa y pienso en que se habrá pasado la tarde cocinando para esto. La miro un momento y veo como le tiembla el tenedor en la mano. Está nerviosa, y yo también. Desde que vivo aquí, no he intercambiado más de dos palabras con ella y ahora tenemos toda una cena por delante para poder hablar. Cojo una patata y me la meto en la boca. Cuando la acabo de masticar me abre el apetito aún más, y empiezo a llenar mi plato con toda la comida de la mesa. En unos minutos me he comido la mitad y cuando levanto la cabeza veo como mi madre me mira fijamente.

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