CAPÍTULO 49- Mentiras

49 5 3
                                    

KATE

Me vuelvo a girar para mirar a Jake. Tiene los hombros hundidos y los brazos muertos a sus costados. Parece tan... destrozado. Esa es la palabra. Me giro cuando noto que el hueco en mi pecho se hace más grande. ¿Qué es lo que ha pasado entre ellos? Me ha sorprendido que estuvieran juntos, pero me ha sorprendido aún más la reacción de Jake cuando nos íbamos. Nunca he pensado que era de los que pedía perdón. Jake es muy orgulloso y lo he comprobado en varias ocasiones. Miro a Jane que va con paso acelerado ignorando lo que dicen Michael y J. Me ha mentido, lo sé. No estaban hablando. Tal vez han vuelto a discutir... algo ha debido de ocurrir para que Jake se pusiera así. Acelero mi paso y me pongo a su lado.

-¿Todo bien? –Le pregunto en un susurro para que no nos escuchen los chicos.

Asiente sin mirarme y acelera su paso. A los minutos llegamos a la discoteca, pero Jane se dirige a la furgoneta de J directamente. Y la verdad es que se lo agradezco bastante, estoy hecha polvo, necesito dormir. Nunca me lo había pasado tan bien como esta noche. Sonrío una vez más al recordar como volábamos Jake y yo por los tejados, pero se me borra la sonrisa cuando lo vuelvo a ver hundido en el callejón oscuro.

-A mi casa. –Oigo que dice Jane y no me doy cuenta de que hemos arrancado el motor.

-¿Qué tal te lo has pasado? –Pregunta Michael a mi lado y me fijo en él.

Me dedica una perfecta sonrisa y sus ojos color miel se oscurecen y se iluminan con las luces de las farolas. Tiene el pelo rubio revuelto y me fijo en que él no pinta nada con todos ellos. Lleva ropa de marca y parece mucho más mayor que todos nosotros.

-Ha sido muy divertido, nunca había hecho algo así. –Le digo sonriéndole y limpiándome las manos en los pantalones.

Empieza a hablarme como si me conociera de toda la vida y me cuenta la primera fiesta a la que asistió con Eric. Al parecer le dejó solo a los cinco minutos porque se fue con una chica y tuvo que hacerse amigo de todos los tipos con piercings y tatuajes. De la forma en que lo cuenta hace que suene divertido y me paso todo el trayecto riéndome, aunque el pobre parece que lo pasó mal. Me despido de los chicos cuando llegamos a casa de Jane, aunque esta baja sin decir nada y camina aceleradamente hasta la puerta. Cuando llega, se detiene antes de abrirla y se gira para mirarme.

-¿Te apetece ver algo? –Me dice fríamente y asiento.

Curiosa, la sigo rodeando su blanca casa por el jardín y llegamos a una pequeña puerta del jardín trasero que está bastante escondida. Nunca me había fijado en ella. Jane la abre y la sigo por un pequeño sendero rodeado de matojos hasta que mis pies se hunden en algo. Jane saca su móvil y me ilumina el sendero, y me doy cuenta de que lo que estoy pisando es arena. Caminamos un poco más y llegamos a un llano de arena y delante de él se encuentra la playa. Miro boquiabierta el paisaje precioso que tenemos delante. La luz de la luna empieza a ser reemplazada por los primeros rayos de sol, que iluminan el agua del océano y hacen que brille como si estuviera hecha de diamantes. El pequeño llano está escondido por más matojos, pero al estar elevado, podemos ver toda la playa desde nuestra posición. Jane se sienta en la arena e inspira hondo, como si no hubiera respirado nunca.

-Me encanta este lugar. –Dice rompiendo el silencio. Me siento a su lado y la miro expectante para que siga hablando- Eres a la primera persona que se lo muestro a parte de Alice. Aquí es como si... respirara de verdad, ¿sabes? –Me dice mirándome a los ojos por primera vez.

-Es precioso. –Digo apartando los ojos y centrándolos en los rayos de sol que se asoman por el horizonte.

Pongo la mano en el bolsillo de mi abrigo y toco el pequeño regalo que le compré a Jane en Hawái. Sé que me dijo que no le comprara nada, pero no pude evitarlo. No sabía si debía dárselo o no, así que he esperado al mejor momento para hacerlo. Y parece que la espera ha valido la pena: no hay mejor momento que este.

LibérameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora