CAPÍTULO 31- Todo

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JAKE

No se mueve, no hace nada, ni tan siquiera parpadea. La temperatura de la casa acaba de bajar tantos grados que un escalofrío me recorre toda la columna vertebral. Me quedo mirando a Jane fijamente, igual que Kate que frunce el ceño, pero no hace nada, creo que ni respira. Estoy en tal tensión que si hago más fuerza, romperé la isla de la cocina donde estoy apoyado. Alice mira su comida fijamente, pero tampoco hace nada.

-Mi padre está muerto –dice de repente Jane avisando a Kaily de que no siga por ahí con su mirada.

Esta resopla, pero está igual de seria que Jane, sin apartar la mirada de ella.

-Sabes perfectamente que no es así, Jane. Tu padre está vivo y quiere veros. –Vuelve a repetir y Jane cierra un poco los ojos. Si las miradas matasen, Kaily estaría enterrada ya.

-Todos murieron el día en el que lo hizo mi madre. –Kaily intenta hablar, pero una carcajada un poco histérica sale de la garganta de Jane- ¿Qué esperabas que te dijera? ¿Qué me encantaría ver a un hombre que me abandonó mientras mi madre moría en mis rodillas? ¿¡Esperabas que dijera eso!? –dice levantando un poco el tono.

Kate tiene la boca abierta por la sorpresa y no deja de mirar a Jane y a Kaily.

-Si te lo he dicho es porque creo que puede ayudar a que arregles...

-¿Arreglar? ¿Es que ahora soy un puto juguete roto o algo así? ¡Esto es la polla! –Dice Jane levantando los brazos- No pienso permitir que ese hijo de puta se acerque a menos de 50 km de mi hermana o de mí, así que ya puedes meterte por...

-Yo sí quiero verle –dice Alice sin apartar la mirada de su comida en un susurro, interrumpiendo a Jane.

-¿Qué? –dice Jane mirando fijamente a su hermana, que por fin levanta su mirada y la encara.

Veo como se estremece por la mirada asesina que está echando Jane, y sé que esto se va a poner feo. Miro a Kate, pero esta está observando la escena muy concentrada, intentando entender lo que pasa. Por un momento lo pienso yo también. Pensaba que los padres de Jane estaban los dos muertos, eso es lo que le dijo a Kate el día en el que la conocimos. Aunque aparte de esa vez no lo haya vuelto a mencionar. Nunca hemos hablado de su padre, ni tan siquiera Irina lo ha mencionado nunca, aunque sí que dice algunas cosas de su madre. La voz asustada de Alice me saca de mis pensamientos.

-Jane, papá nos debe una explicación por lo que pasó, y yo quiero escucharla.

-¿¡Qué puta explicación puede haber para eso!? Nos abandonó, Alice. Él mató a mamá, ¿te has olvidado de eso? –por primera vez, veo el dolor en la cara de Jane.

Me sorprende tanto que mi primer impulso es ir a su lado y estrecharla entre mis brazos susurrándole que no va a pasar nada, que yo la protegeré de cualquier cosa. Quiero sacarla de ahí, de esta casa y de esta ciudad. Llevármela lejos y que olvide todo esto, que lo deje atrás todo y que se vuelva una adolescente normal. Pero solo es eso, un impulso, porque Jane nunca haría algo como eso. Ella se esconde detrás de todo sus problemas y deja que estos la consuman.

-Él no mató a mamá, Jane.

-¡Sí que lo hizo! Si no hubiera sido un puto ludópata, esos tíos nunca hubieran venido a casa a por dinero y mamá... ¡Mamá seguiría viva! –Jane coge la lata de cerveza y la estampa contra la pared.

Yo me quedo plantado en el sitio, no me esperaba que hiciera algo así. Empieza a perder el control, lo sé porque su respiración está tan acelerada que su pecho sube y baja a un ritmo increíble. Además, se toca la pulsera del óvalo repetidas veces, como si intentara calmarse, pero no sé si lo está consiguiendo. Todos estamos petrificados por lo que acaba de pasar, pero de repente Kate se levanta y le coge las manos a Jane.

-Jane, tranquilízate, por favor. –Le pide Kate con sus ojos verdes, mirándola suplicante.

Miro a Jane y sus ojos están un poco desorbitados y está tensa por el contacto de Kate, pero cuando centra su mirada en ella, su respiración empieza a volverse normal. Cuando miro a Alice está tan furiosa que da miedo, igual que el día en el que ella y Jane discutieron y Jane se la piró de casa.

-Tú eres la que sigue viendo a esos tíos todos los meses. Tú ves a los tíos que mataron a mamá... ¡Papá no lo hizo, Jane, él no fue! ¡Fueron los hombres a los que pagas! –grita Alice.

Jane sigue mirando fijamente a Kate y cuando sus ojos se posan en su hermana, su mirada fría da más miedo que nunca.

-No vamos a ver a ese hombre, fin de la discusión. –Kate arruga el ceño y Jane la suelta y empieza a subir las escaleras- Ah, si ya has acabado –le dice a Kaily mirándola por encima del hombro- lárgate de mi casa.

Desaparece en su habitación después de dar un portazo. Nos quedamos todos en silencio, hasta que Kaily lo rompe.

-¿Cómo has hecho eso? –le pregunta Kaily a Kate, aunque esta sigue mirando hacia las escaleras.

-¿El qué? –pregunta ingenua cuando la mira.

-Tranquilizarla así, esto se podía haber puesto mucho más feo. Llevo años con Jane y al principio, cada vez que intentaba hablar con ella sobre su padre se ponía hecha una furia y empezaba a romper todo lo que se encontraba. Nunca había visto a nadie capaz de tranquilizarla de esa manera. –Kate la mira unos segundos y se encoje de hombros. Kaily asiente y se dirige hacia Alice- Te dejo que te lo pienses, tampoco quería que me dierais una respuesta hoy, aunque la de Jane ya la tengo bastante clara. Te llamaré esta semana y me lo confirmas, ¿vale? –Alice asiente.

Kaily coge otro sándwich y se despide de nosotros. Nos quedamos unos minutos en silencio y Alice también se va, ya que parece que sus padres han venido a por ella porque tiene que estudiar. Se va hecha polvo y yo le doy un abrazo para consolarla. Kate y yo nos pasamos el día tirados en el sofá y vemos una película. Stephen llama a Kate para saber si quiere que vaya a por ella, pero le dice que tiene que hacer unas cosas por aquí y que luego le llamará. A mitad tarde, se escucha la puerta de Jane abrirse y los dos nos giramos para ver como baja las escaleras. Cuando está bajo ni tan siquiera nos mira y coge una botella de whisky del armario. Kate se levanta del sofá y yo hago lo mismo, aunque me quedo detrás de ella.

-¿Qué haces? –le pregunta Kate.

-Nada, aún. ¿Qué quieres? –dice Jane exasperada.

-Bueno, creo que nos debes una explicación... -dice Kate con un susurro.

-Yo no os debo nada, a ti te salvé la vida y él vive en mi casa de gratis. ¿Qué coño es lo que te debo, Kate? –Jane da un trago a la botella y a mí no me gusta el tono con el que habla. Es más que obvio que no nos va a contar nada.

-Una explicación. Somos tus amigos, Jane, no vamos a juzgar nada de lo que nos cuentes. Yo quiero... entender todo lo que te ha pasado.

-Hay cosas que es mejor no saber... -dice Jane atravesando a Kate con su mirada, pero esta la mira fijamente.

-Tal vez –dice Kate encogiéndose de hombros- pero respecto a ti, lo quiero saber todo.

Jane la mira y luego posa sus ojos en mí, esperando a que diga algo. ¿De verdad es necesario?

-Creo que está más que claro que pienso igual que ella. –Digo demasiado frío.

Jane asiente y da varios tragos más a la botella. Después se apoya en la pared de la cocina y se deja caer por esta hasta llegar al suelo. Kate se sienta a su lado y yo hago lo mismo sentándome al otro. Kate le coge la botella de whisky y le da un trago mientras Jane la mira como si no entendiera lo que hace.

-Ya nunca más volverás a beber sola. Nosotros no te vamos a traicionar. –Le da otro trago y hace una mueca cuando el líquido le pasa por la garganta.

Me la da a mí y le doy un enorme trago, porque yo ya la he traicionado. Me mira fijamente y al final suspira.

-Está bien, os lo contaré todo.

LibérameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora