CAPÍTULO 10- Confesión

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KATE

Me quedo parada en el sitio. Cuando la he visto al abrir la puerta Jake, ya había encontrado cierto parecido en ellas y es normal, es su hermana. La hermana de Jane. Aún no me lo puedo creer. No sabía que Jane tuviera una hermana. Bueno, en realidad no sé nada de ella y eso me enfada. Sigo a Jake y a Alice y entramos al salón. Cuando lo hacemos, Alice se queda quieta al ver a su hermana y luego gira la cabeza hacia las escaleras. Se queda mirándola unos segundos y luego vuelve a centrar su mirada en su hermana. Jake lleva una bolsa que deja en las escaleras y supongo que son las cosas de Alice. Esta avanza vacilante hasta el sofá donde Jane está sentada, que ni tan si quiera la ha mirado al entrar.

-Hola –dice Alice.

Jane la mira, le hace un gesto con la cabeza y empieza a trenzarse el pelo. Jake se sienta en un taburete de la isla de la cocina mirando hacia las dos hermanas y Alice se sienta en el sofá en forma de L quedando de frente a Jake. Yo no sé muy bien qué hacer y al final decido sentarme al lado de Jane en el sofá. La tensión que se respira en el ambiente me está poniendo tan nerviosa que limpio mis manos repetidas veces en mis pantalones. Me quedo mirando unos segundos a Alice que juguetea con su pelo y me quedo sorprendida de lo mucho que se parece a Jane. Las dos tienen el pelo oscuro y los labios y pómulos iguales. Sin embargo, Alice tiene los ojos azules muy claros y Jane los tiene grises y oscuros. Cuando vuelve a llevar su mano para tocarse el pelo, veo que ella también tiene la pulsera lila con el óvalo que tiene Jane, pero a diferencia de esta, su óvalo está acabado creando una pulsera preciosa. Miro a Jane que ya ha se ha hecho la trenza que le queda al lado derecho de su cara, aunque unos mechones le caen aún por esta, se vuelve a encender un cigarrillo, y observo sus pulseras. Miro a Jake y veo que él parece tan tenso como yo, así que decido hablar, no sin antes limpiarme las manos otra vez.

-La verdad es que os parecéis mucho –digo medio susurrando- tenéis el mismo pelo –veo que Alice mira a su hermana y luego a mí, pero Jane ni tan siquiera levanta la cabeza.

-¿Y eso que ahora tienes amigas? –le pregunta Alice a su hermana, que levanta la cabeza y la mira.

-No es mi amiga –me da un pinchazo el pecho y frunzo el ceño. ¿Aún sigue con eso?- solo es una mimada que intenta meterse en mi vida como un parásito - Me quedo quieta y mi mente se nubla. ¿Eso es realmente lo que piensa de mí? ¿Qué soy un parásito?- pero... supongo que es una mimada de las buenas.

Eso me deja en el sitio. Jane me acepta y parece que por fin vamos avanzando. Alice me mira un poco extrañada y parece que se ha ido mucho más lejos inmersa en sus pensamientos. Sonrío de oreja a oreja.

-Bueno, supongo que cuando alguien intenta que no te metas en peleas se le aprecia –digo eso y enseguida noto que he metido la pata por conforme me mira Jane, atravesándome con sus ojos grises- ¿He dicho algo malo? –empiezo a ponerme nerviosa otra vez y vuelve el aire tenso, así que me limpio las manos una vez más.

Veo como Alice se incorpora rápidamente en su sitio y fulmina a su hermana con la mirada y de reojo veo como Jake se tensa.

-¿Peleas? ¿De qué hablas? –Mira a su hermana durante unos segundos- ¿Por eso tienes el labio así? –dice con el tono de voz alto.

Ni siquiera me había dado cuenta de la herida que lleva Jane, y un recuerdo un poco borroso me muestra la imagen de Jane saliendo por la puerta de atrás de la discoteca con el labio partido. Seguro que no se lo limpiaría y por eso ahora lo tiene morado. Antes de que pueda explicarme Jane empieza a hablar.

-De nada, es una tontería –Alice le echa una mirada a Jane y veo que ella también hace eso de mirarte como si lo viera todo por dentro- Joder, necesitaba puto dinero, ¿vale?

-¿Y por qué no me lo pides a mí? –dice Alice moviendo mucho los brazos y gritando. Definitivamente he metido la pata.

Aunque eso me desconcierta un poco. Si son hermanas, ¿por qué no viven juntas?

-Porqué no quiero meterte en mis mierdas –dice Jane y sé que esto se va a poner feo por la forma en que la mira, avisándola de que deje de meterse en ese asunto, fulminándola con sus ojos grises y arrasándolo todo con ellos.

-¿En tus mierdas? ¡Llevo metida en ellas toda mi vida! –sigue gritando Alice- Así que no intentes protegerme de esas cosas, porque yo soy tu hermana, ¿recuerdas? ¡Tú hermana! Aunque parece que eso lo has olvidado –una sonrisa amarga aparece en su rostro y noto como Jane se tensa tanto a mi lado que temo que se levante y le pegue una bofetada.

-¡Solo eres una puta cría! –le grita esta levantándose y yo no sé qué hacer. Es la primera vez que veo a Jane gritar y perder el control sobre sí misma.

Me limpio las manos repetidas veces y retrocedo aún sentada en el sofá. Veo como Alice se encoje un poco y es normal, Jane da miedo. Tiene el ceño fruncido y los puños tan cerrados que debe de estar clavándose las uñas en las palmas. No sé qué hacer y quiero ser su amiga, parece gracioso. Veo como Jake se levanta y se acerca al sofá.

-Jane –le dice tan frío y con una voz tan grave que doy un respingo- déjalo ya.

Esta se vuelve a sentar en el sofá y se pone en los labios el cigarro número 100.

-¿Por eso me abandonaste? –grita Alice levantándose del sofá.

Veo la cara de Jane y todos los sentimientos que pasan por ella: ira, rabia, enfado, dolor y finalmente puedo vislumbrar algo de culpabilidad, aunque desaparece tan rápido que temo habérmelo imaginado.

-¡Yo no te abandoné! –dice esto levantándose y tirando al suelo la mesa de cristal que hay enfrente del sofá y todo lo que tiene encima, aunque por suerte no se rompe nada- ¡No tienes ni idea de lo que me hicieron allí dentro! ¡No tienes ni puta idea de la mierda por la que pasé! ¿Qué coño vas a saber tú lo que es estar metida en la mierda? ¡Yo te protegí, yo te salvé y encima ahora me lo echas en cara! –Alice se encoje y se vuelve a sentar en el sofá, escondiendo su rostro entre sus manos.

Jake y yo nos quedamos quietos, sin saber qué hacer y creo que ahora mismo ni Jake sabe cómo reaccionar, no creo que la haya visto muchas veces así... me quedo pensando en lo que ha dicho, y la imagen de una Jane pequeña, sufriendo y llorando sola, me destroza por un momento. Quiero saber que fue lo que hicieron y quién fue. Un sentimiento de rabia que no había experimentado nunca me recorre el cuerpo al pensar en que alguien le ha podido hacer daño a Jane. A ella, a mi amiga, a la única que tengo y a la única que quiero tener. Escucho unos sollozos que proceden de Alice y me quedo quieta al ver la cara que pone Jane, tan fría como el hielo y veo que da tanto miedo o más que la que estaba poniendo hace unos segundos.

-Yo no quería que nadie me salvara... yo solo quería estar contigo. Yo sólo quiero estar contigo y no con la familia de ricachones y de mentira con la que vivo ahora. Yo te necesitaba a ti, necesitaba a la hermana con la que vi morir a mi madre, a la hermana dulce que me trenzaba el pelo hasta quedarme dormida, a la hermana que sonreía y que me escondía cuando hacia algo malo... ¿Qué hay de malo en eso? –Alice levanta su cara y veo su rostro roto de dolor, con los ojos rojos de aguantarse las lágrimas y el labio inferior temblándole. Jane retrocede un paso- ¿Dónde está esa hermana, eh? ¿Dónde?

-Muerta –dice Jane con la voz calmada, como si estuviera hablando del tiempo o de algo sin importancia- murió en el momento en el que mi madre respiró por última vez.

Jane se gira y se encamina hacia la puerta. Yo sigo con la boca abierta y las manos temblándome como si fueran flanes. No tengo fuerza ni para respirar, y noto como una lágrima resbala por mi mejilla sin darme cuenta. Todo su dolor... no soy capaz de imaginarme por lo que han pasado, por lo que ha pasado Jane. Yo no sería nada sin mis padres, y ella ha tenido que vivir media vida sin ninguno de los dos. Me quedo quieta mirando a Alice, que esta mira a su hermana como se aleja de ella y de todas las confesiones que se acaban de hacer. Se aleja huyendo del dolor de su hermana, huyendo de una realidad de la que no puede huir, de una cicatriz que aún sangra y que nunca será capaz de curar.

-Yo pienso que no ha muerto –dice Alice hablando más fuerte para que Jane la pueda escuchar y dejando que sus lágrimas escapen de sus ojos- pienso que solo se ha escondido en una habitación oscura de la que no puede escapar... o de la que no quiere hacerlo.

Segundos después, se escucha la puerta de casa cerrarse de un portazo y una moto saliendo a toda velocidad.    

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