CAPÍTULO 47- Nuestro

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KATE

Me cambio rápidamente y dejo mis cosas en la furgoneta de J. Nadie me ha explicado aún qué es lo que vamos a hacer, pero noto un cosquilleo por todo mi cuerpo que no había experimentado nunca. Noto mi corazón latiendo fuerte en mi pecho y un sudor frío en mis manos y nuca. Jane me da un gorro, una bufanda y una chaqueta negra.

-¿Tú no tienes frío? –Le pregunto mirando sus ojos desorbitados por el alcohol.

Ella va con una simple camiseta de cuello alto y me está dando toda su ropa. Niega con la cabeza mientras bebe de una botella que le da Eric.

-Es para que no te reconozcan, no para el frío. –Me dice Jane ofreciéndome la botella.

La acepto y bebo un gran trago. Ya ni tan siquiera noto como me arde la garganta de todo el alcohol que he bebido esta noche. Estoy bastante mareada, pero la emoción de lo que vamos a hacer lo supera todo. Volvemos a las escaleras de emergencia por el callejón y hay mucha más gente de la que había antes, todos vestidos de negro.

-¿Es que vamos a robar un banco o algo así? –Le digo a Jane, que me sonríe mientras niega con la cabeza.

-Va a ser mucho mejor que eso. –Dice con un brillo en los ojos que no le había visto nunca- Escúchame, no te separes de los chicos, ¿me oyes? Si te pierdes o bajas el ritmo, no te esperaremos, así que no te separes de ellos. –Asiento poco convencida- Luego nos vemos, mimada.

Me toca con la mano derecha la cabeza como despedida y se pierde con Eric y sus amigos por la escalera. Veo como el amigo de Eric que estuvo en la fiesta le sonríe a Jane mientras suben.

-¿Quién es ese? –Le pregunto a Brad que se ha puesto a mi lado.

-Se llama Michael, creo. Es un buen tío. –Dice mientras lo mira fijamente.

De repente, todo a mi alrededor empieza a moverse. Noto como Brad me coge del brazo para que la gente no me engulla. Empiezo a correr y salimos a la calle principal, pasando por delante de la discoteca. La gente que está aún haciendo cola nos grita dándonos ánimos, como si no fuera la primera vez que ven esto. Intento mirar a mi alrededor, pero solo veo a gente con cuerpos negros corriendo por la calle a toda prisa. Sin saber muy bien por qué, empiezo a reírme con todos ellos, como una más. Esto me gusta. Brad a mi lado empieza a gritar y a reírse y yo hago lo mismo. Brad me señala algo en el cielo y levanto la cabeza. Abro la boca cuando veo que no solo hay una marea de gente de negro por la calle, sino que muchos otros están saltando de edificio en edificio por los tejados. Instintivamente, me pongo a buscar a Jane, y la encuentro al principio de todos los que van saltando como monos por los tejados. Se muevo con gracia, aunque no puedo distinguir con quien va, ya que todos son manchas negras. Ni tan si quiera sé como he podido reconocerla a ella... tal vez por su pelo, que brilla a pesar de lo oscuro que es o por la forma en la que corre y salta, tan segura de sí misma, sin temor a caer. No sé cuánto tiempo llevamos corriendo, pero noto mi corazón en las orejas y mi respiración tan acelerada que el oxigeno me quema al pasar por mi garganta. El mareo del alcohol se me ha pasado completamente con todo lo que estoy sudando. Noto que bajo mi ritmo, aunque Brad me arrastra entre la gente. Otra mano me coge por la cintura y me levanta del suelo como si fuera una hormiga.

-No te detengas, enana, o la gente te comerá. –Me dice Jake al oído y un escalofrío me recorre el cuerpo. Noto sus fuertes músculos debajo de mí mientras me pega a su cuerpo para poder correr mejor- ¡Brad, yo me la llevo! Reúnete con J, está delante de todos los de la calle. –Brad asiente sonriendo y se despide de nosotros- Dime, ¿te apetece tener alas, enana?

Me giro para mirarle directamente y veo como sus ojos también brillan de la emoción, haciendo que sean más claros que de normal. Su pelo castaño está despeinado y una ligera capa de sudor le cubre la frente. Dios, es tan guapo que te quita el aliento. Le miro confundida por lo que ha dicho y me sonríe con superioridad. Con dos grandes zancadas consigue alejarse de toda la gente del medio y salimos afuera de la multitud. Veo que la gente se divide en dos: unos pocos están entrando a un oscuro callejón, mientras los otros siguen corriendo a mitad de la calle. Me fijo en que ya no estamos en los barrios bajos, si no que ahora estamos casi en el centro de la ciudad. Muchas personas nos miran con asombro mientras nos hacen fotos con sus móviles. Jake entra en el callejón y veo que hay una escalera para subir a los tejados. "Ay no" digo interiormente mientras Jake empieza a subir los escalones de dos en dos sin que yo toque el suelo. Llegamos arriba del tejado y me suelta para volver a poner los pies en el suelo, pero me coge del brazo para que no me detenga.

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