CAPÍTULO 12- Oculto

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JAKE

Me estoy volviendo loco. Cada segundo que pasa y no sé qué coño está haciendo me está poniendo de los nervios. Es verdad que Jane suele desaparecer misteriosamente, pero después de la discusión que ha tenido con su hermana, estoy seguro que ahora estará emborrachándose o algo peor por algún antro. Porque ella todo lo soluciona así, huyendo del problema y enterrándose en alcohol para intentar olvidarlo. La veo hacerlo prácticamente todas las noches e incluso por las mañanas para borrar los recuerdos de sus pesadillas, pero ahora es diferente. Nunca la había visto tan fuera de control, es más, creo que nunca la había visto sin poder controlarse a sí misma. Pero yo lo sé muy bien, el único punto débil que puede tener Jane es su hermana. Uno o dos meses después de que yo empezara a vivir con ella, los padres adoptivos de Alice localizaron a Jane para que ella y su hermana empezaran a verse con más frecuencia. Al parecer, Jane no es la única que tiene pesadillas y Alice también lo estaba pasando mal, aunque cuando veía a Jane o estaba con ella, se estabilizaba un poco más y empezaba a superarlo. Por lo que sé, la madre de Jane murió cuando ella tenía 10 años y Alice 6, así que esta última prácticamente no se acuerda de mucho de su madre o de su padre y eso hace que ella lleve mejor el tema de su muerte. También se que estuvieron en un orfanato, aunque a Alice la adoptaron a los meses y Jane se pasó ahí metida tres años hasta que Irina se convirtió en su tutora legal. Nunca habla de su paso por el orfanato, ni ella ni Irina, así que esta información me ha costado 4 años saberla, y no se mucho más de su pasado aparte de esto.

Miro mi reloj una vez más antes de empezar el estúpido juego que ha propuesto Irina, pero ahora mismo necesito beber y distraerme, así que he aceptado, aunque no tengo mucho interés en que me pregunten cosas o en preguntar a alguien de los presentes. Cuando estamos a punto de empezar oigo una risa inconfundible con otra risa grave de tío fuera en el jardín delantero: es Jane. Junto con esto, suena muy fuerte algo de metal estampándose contra el suelo, y seguramente será la moto de Jane. Vuelvo a escuchar la risa del tío y mi cuerpo se tensa de tal manera que debo respirar hondo para no salir corriendo y meterle una paliza sin saber ni quién es. Me levanto tan rápido que veo a Kate asustarse a mi lado y quedarse completamente inmóvil. Doy grandes pasos para llegar afuera lo antes posible y los demás excepto Kate, que se ha quedado sentada en el sitio, me siguen medio corriendo. Abro la puerta bruscamente y lo primero que veo es a una Jane tambaleante intentando subir las escaleras mientras se coge la barriga de tanto reírse. Un poco detrás veo a Eric, un capullo de los suburbios que se junta con nosotros de vez en cuando, cuando vamos a las peleas, a las carreras o a cualquier acto poco legal de esta ciudad. Él también se coge la barriga de reírse y sus piercings de la ceja y el labio se mueven con su risa. Detrás de ellos veo la moto de Jane toda tumbada tirada en la entrada. Me quedo quieto esperando a que alguno de los dos note mi presencia, y salen los demás y miran con la boca abierta como se ríe Jane. Kate es la última en salir y se queda detrás de mí. Yo miro a Jane y una rabia se apodera de mí al ver que ese tío la ha hecho reírse, cosa que no suele hacer muy a menudo y que me gusta ver. La miro de arriba abajo con el semblante más frío que puedo poner, y está espectacular. Sigue con la ropa de esta mañana, pero el pantalón corto se le pega bien a su culo y la camiseta de tirantes deja ver su escote y se le pega al cuerpo. Además, sigue con la trenza al lado que se ha hecho y que me pone tan burro. Pensar que ese tío ha estado mirándola todo el puto día me hace dar un paso hacia delante y es cuando me ve. Deja de reírse y el tío también se calla, ya que al parecer nos ha visto, pero de él ya me encargaré más tarde.

-¿Qué coño miráis todos? –pregunta Jane intentando mantener el equilibrio.

La rabia se apodera de mí una vez más, y avanzo hasta quedar a centímetros de su cara. Le miro los ojos y los tiene desorbitados y las pupilas dilatadas: genial, ha tomado algo más que alcohol. Huele a humo, a alcohol y a su aroma inconfundible que tanto me gusta, aunque no entiendo muy bien por qué.

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